Mala in Cuba

Por: Beto Palacios
“… I create a brain and a heart… the bass as a brain for you to listen and the drum is the heartbeat…the bass/drum is a living being that makes you want to dance.” Lee Scratch Perry

Las fogatas varían de usos y métodos empleados para su elaboración. Hay desde aquellas que se prenden con lo que se presente a la mano (su duración se alimenta arrojando lo que sea. Mientras siga prendida y distrayendo del clima, da igual), hasta esas que conllevan un proceso minucioso en la que el detalle adherido a los procedimientos se realizan de una forma casi artesanal para así propiciar una experiencia comunal de  “interacción y sensaciones colectivas”.

En el sur de Londres comenzó la flama, posteriormente fue extendida al mundo de líneas económicas y aquél de los pixeles. Fue en aquellos distritos sureños dónde en tiendas de discos y clubes bodega dónde el craft sónico de bajos emergió y después se pasó de la presentación experciencia en localidades para ser plasmado en Internet.

Continuando el calor de  jungle y drum n’ bass  lo que siguió fue una propuesta musical que contenía bass recio con elementos de dub  y alguno que otro ritmo grifo de drum machines (además con presencia del constante sampleo en voces o pautas clásicas de beats). Uno de los venues más simbólicos para la escena soundsystem-south-london contemporánea es el DMZ  y como ser representativo de este sonido (en ocasiones convencionales etiquetado como “dubstep”) resalta Mark Lawrence aka Mala.

DMZ (disquera/club) empieza durante el 2004 y es armado por Mala y dos amigos suyos: Coki y Loefah.  El factor principal del surgimiento es una respuesta a la falta de espacio donde plasmaran la música que ellos quería hacer.

Mala junto con Dean Harris (Coki) conforman el dúo llamado Digital Mystikz, su primer lanzamiento fue por medio de Big Apple Records, la disquera/tienda era manejada por Dj Hatcha (considerado un precursor del sonido “dubstep”) y es para varios el establecimiento responsable para su influencia (como es el caso de Benga y Skream). Después de varios releases en la disquera DMZ (todos en formato “dubplate”), Mala comenzó su siguiente firma de música (con el mismo concepto de presentación en vinil) llamada Deep Medi.

Se debe considerar como un suceso importante en su trayectoria la participación que toma en el proyecto de Gilles Peterson (Dj, productor y conocedor musical) “Havana Cultura” para la realización de Mala In Cuba (Brownswood Recordings, 2012). Este es el primer álbum que hizo y según Gilles es de gran relevancia, ya que él lo contempla como una producción en la que el sound system del Reino Unido interactúa y conoce al de Havana. Para la elaboración de Mala In Cuba, Mark viajó a Cuba juntó con Gilles Peterson en el 2011 y se dedicaron a grabar sesiones en vivo de artistas cubanos contemporáneos como: Danay Suarez, Roberto Fonseca, Dresier y Sexo Sentido.

Mala confirma lo obvio al decir que es la elaboración musical más complicada y arriesgada que ha hecho. Principalmente por los beats y movimiento de la música cubana (además nunca había trabajado con músicos en vivo) juntó con el reto de una composición más extendida. Cuando se escucha su obra, hecha a partir de disecciones, es posible asumir que el resultado se trata de una pieza en dónde queda plasmada la interpretación de un encuentro entre dos espacios urbanos. Tal vez lo que resalte en el álbum es la manera en que Mala produce su acercamiento con la música cubana siempre teniendo en cuenta  la experimentación en los estilos:

“…For me the joy in what I do is actually the exploring…new patterns, newshapes, colors and frequencies…” Mala

Hay algunas canciones que brotan asociaciones con lo anterior, como es el caso de “Changuito” dónde el bell cow es tan persistente como el bajo que lo acompaña en su alboroto y después una trompeta (con un efecto que la hace donar pacheca) se une. Entre “Tribal” y “Changuito” hay un puente de transición representado por el ruido bell cow, ambas junto con “Curfew” y “The Tunnel” podrían ser las que sugieren con mas evidencia la presencia de Mala por las similitudes con canciones como “Serious” del Urban Ethics(DMZ, 2010).La canción que opaca y le toca la maldición de repeat es “Noche Sueños”, el acompañamiento vocal de Danay Suarez junto con el paso lento y sensual dubbero le da el toque seductor que debe estar implícito al portar la palabra/concepto Cuba. El procuctor queda como una apuesta, pero es respaldado por la veteranía y prestigio que arraiga Mala,  además del apoyo y  la confianza de Gilles Peterson. Las subjetividades serán una cuestión recurrente al aprecio o disgusto del álbum, pero lo innegable en Mala In Cuba es el efecto de ente-batería-bajo que sucede en el organismo al escucharlo en un sistema de sonido choncho, las vibraciones causarán movimientos groseros  y tal vez baile recio.

http://youtu.be/ezmlG3ay9sM

I Am Genko “Green is the new black”

[Reseña] Algodón Egipcio