Tráfico de bots y sus implicaciones: Rossana Reguillo, coordinadora de SIGNA-LAB ITESO.

Platicamos con Rossana Reguillo, coordinadora de SIGNA-LAB ITESO, sobre el tráfico de bots y sus implicaciones.

En entrevista en #RADAR909 nos comentó que lo primero que hay que plantear es que una cosa son los automatismos y otra cosa, muy diferente, son las campañas coordinadas y pagadas evidentemente con intereses para levantar o atacar un tema.

Señaló que primeramente están lo que se conoce como bots, que es un script, un código que tú alimentas en una computadora y lo programas para repetir mensajes ad nauseam, o sea, repetidamente y no actúan solos, no se crean de la nada sino que son creados por personas concretas que tienen un interés ya sea político, de dañar a alguien o al revés.

En seguida están los trolls, hay algunos que son espontáneos, hay gente que le encanta subirse al ring a golpear gratuitamente pero, en términos generales, el troll es una figura operada por un ser humano por supuesto pero, en términos generales, es ficticio el nombre y también la fotografía de perfil que utilizan y son utilizados para aviso selectivo, para atacar y para mover de una manera muy agresiva ciertos temas.

Y luego vienen las personas concretas, de carne y hueso, que a veces de manera inconsciente  y sin razonar adecuadamente se suben a unas tendencias que son francamente muy agresivas.

Al fin de cuentas lo que trato de enfatizar es que el problema no está como dice el presidente en las plataformas. El problema está en las campañas. El problema se resuelve siguiendo el dinero, pero no el dinero que entra a Twitter. El modelo de negocio en las plataformas es muy distinto, ellos no venden coordinaciones, ni venden ataques, venden publicidad.

Lo que es muy grave es el uso de estas campañas para dinamitar la conversación pública. Lo que hemos estado viendo, especialmente en los últimos dos meses, es ya realmente cansón. Realmente ya es hasta obvio. Los que están gastando en ésto deberían darse cuenta que el 80% de los usuarios de Twitter tenemos cierto grado de inteligencia y nos es evidente que ahí hay un interés pagado que, lamentablemente, con las herramientas de ciencia de redes no se puede saber quién es, ni de dónde viene. No podemos decir está ahí, éso es imposible saberlo.

Pero ese afán persecutorio contra las plataformas no es la mejor opción. Lo mejor sería un llamado a la concordia. Esto se va a sofisticar, va a cambiar porque ya se están dando cuenta que no está funcionando. Lo mejor sería elevar el rango de la discusión pública.

En un debate sano y democrático la crítica al poder es fundamental. Nunca me he detenido de señalar los errores y los abusos que me parecen del poder, sea del color y de la ideología que sea. Y creo ése es el trabajo de los intelectuales, de los académicos, de los periodistas y, principalmente, de los ciudadanos.

Está muy enrarecido el ambiente, así que tenemos que esforzarnos por subir el nivel del debate público y hacer un énfasis muy grande de que el problema no está en las plataformas. El problema está en una coordinación previa que tiene un interés específico.

Comentó también que la autocensura es un tema muy sensible y no se puede medir con herramientas de Big Data, pero que es evidente que esto está teniendo un efecto en el autocontrol porque piensan que se les van a venir encima. Es muy lamentable, muy triste y muy indignante que te arrebaten tu posibilidad de expresión por miedo.

Las plataformas están haciendo esfuerzos por evitar ésto. Twitter desde el año pasado no acepta propaganda política de ningún partido y de ningún político, lo que es un avance importante, pero es un tema más bien de un esfuerzo colectivo de las plataformas.

Cuando me topo con una cuenta muy agresiva la denuncio y luego veo que tiene efecto la denuncia, que la restringen o que la suspenden. Tenemos que empezar a ejercer nuestro derecho a la denuncia de aquellas cuentas que suben el tono de la agresividad.

Aquí pueden escuchar la entrevista completa.