Vintage: The Dream of the Blue Turtles, el instinto que ha conducido a Sting a 30 años de carrera solista

Para Gordon Matthew Thomas Sumner la lógica indicaba que dejar a la banda más grande del mundo (de su tiempo) en 1986 era un error. Sin embargo dentro de sus entrañas estaba latente el instinto. Esa delicado eslabón que nos une con la parte más primitiva de nuestro ser. El instinto le indicó a Sting que después del éxito rotundo con The Police, a la gente le deberían de quedar ganas de presenciar las maniobras que podía ejecutar volando solo.

Después de tocar en el Shea Stadium como parte de la gira del álbum Synchronicity (1983) el músico de entonces 33 años consideró que habían conquistado el Everest de la banda. Estaba claro que tenía que hacer una carrera en solitario. Si bien el desbande oficial de La Policía ocurrió tres años más tarde, dejar a sus compañeros significó abrir una ventana en un cuarto encerrado. A pesar de la versatilidad del trío, arreglar las composiciones para tres músicos le restaba libertad a sus intereses.

Boleto de Police en el Estadio Shea.

Con la ayuda del escritor y crítico Vic Garbarini, reclutó una banda de jóvenes jazzistas afroamericanos diez años menores que él: The Blue Turtles. Los cuatro virtuosos fueron sustraídos de sus proyectos: Omar Hakim, baterista de The Weather Report; Darryl Jones, quien se convertiría en el bajista de los Rolling Stones una década después; Bradon Marsalis, saxofonista del ensamble de Art Blakey; y Kenny Kirkland, tecladista de Chico Freeman.

Darryl Jones

Kenny Kirkland

Omar Hakim

 

 

Brandon Marsalis

La inspiración de The Dream of the Blue Turtles (1985) proviene de una pesadilla que tuvo Sting en la primera noche que pasó en Barbados, donde grabó una buena parte del álbum. Según relata, estaba sentado bajo un árbol de lilas en el jardín perfectamente podado de su casa de Hamstead, rodeado de rosales hermosos. Intempestivamente, la cabeza de una tortuga azul del tamaño de una persona parada atraviesa los arbustos. Al quelonio gigante lo acompañan tres congéneres que derriban el árbol de lilas y destruyen su pedazo de paraíso. Lo despertó la estruendosa carcajada de Marsalis en el cuarto contiguo. Los hechos son plasmados sin palabras en la pieza más corta y homónima del disco, la cual termina con la risa contagiosa el saxofonista.

https://www.youtube.com/watch?v=RfRCnA0-u7E

En junio de 1985, reveló a Los Angeles News que las cuatro tortugas eran los cuatro músicos de su banda. Para él son un buen símbolo porque la tortuga es una criatura con la capacidad de vivir bajo el agua o fuera de ella. Dentro de su razonamiento el mar es un buen símbolo del subconsciente.

Para Sting la gente de raza negra se encuentra más cerca del subconsciente, además de que el azul es un gran color para los músicos de jazz. Lo que ellos hicieron fue destruir su fórmula segura, su patio trasero perfecto. Destrozaron la seguridad de la opción sencilla que era hacer un disco con The Police. El arado profundo de la tierra le asegura al granjero una tierra fértil para el año venidero. En muchos sentidos su pesadilla era más bien un sueño que se confirmaba. Un sueño dramático que asusta, pero que otorga una recompensa al final. 

Y vaya que sería recompensado. Al cabo de un año, su primer disco de solista sería triple platino en los Estados Unidos (3,000,000 copias), doble en el Reino Unido (600,000 copias), platino en Alemania, Canadá y Francia además de disco de oro en España. La cereza en el pastel la pondrían las nominaciones a Mejor Álbum del Año y Mejor Interpretación Vocal Masculina para los Premios Grammy de 1986.

Durante la grabación del álbum Sting produjo un documental que recogiera las sensaciones y conjeturas del proceso creativo. Bring On The Night (1985) estuvo dirigida por Michael Apted -quien después dirigiría Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba (2010).

https://www.youtube.com/watch?v=itN9lSrXHxA

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