Por Eduardo Díaz A finales del 2011, Dave Longstreth, mente maestra detrás de los Dirty Projectors, anunciaba la realización de nuevo material después de 3 años de aparente inactividad. Demasiado tiempo fuera de la escena, si hablamos de una banda que había sacado EPs, álbumes, singles y colaboraciones sin parar desde el 2002; cuando Longstreth aún era parte del alumnado de Yale.
La noticia vino con su propio misterio: Longstreth compuso y grabó demos de un poco más de 70 canciones y beats nuevos en una casa abandonada en el estado de Nueva York, a 4 horas de Manhattan, completamente solo, mientras sobrevivía de fogatas y comida enlatada. El resultado de tal aislamiento fue una prolífica entrega de un álbum, una película, un par de singles y un último EP titulado después de uno de los sencillos del Swing Lo Magellan (Domino Records): About To Die.
Cuatro canciones y dos bonus tracks conforman este pequeño release, que más que un parte aguas o un cambio de dirección, es una reafirmación de lo que Swing Lo Magellan comprobó: un sonido mucho menos tangente y más central y directo. Uno de los aspectos de los cuales Longstreth se ha encargado de desarrollar con el paso del tiempo es aquello a lo que muchas bandas les costaría toda su existencia y algunas desistirían en el intento: la posibilidad de encontrar un punto de encuentro entre la inocencia de sus primeros años y la madurez e inteligencia que se obtienen con la experiencia.
Pocas bandas consiguen esta frescura de lo maduro, muchas terminan por vender su sonido a poderes que existen fuera de lo creativo, otras viven en la sombra de su pasado. Los Dirty Projectors han logrado balancear su poder sónico entre la espontaneidad cacofónica de su primer material y la madurez harmónica de producciones posteriores. About To Die suena exactamente a lo que debe de sonar y, aún más, expresa precisamente lo debido.
En sus primeras producciones encontramos a un Longstreth dispuesto a probar, romper y reimaginar sus propias posibilidades y límites, a veces con miedo y en otras totalmente radical. Escuchar álbumes como The Glad Fact o New Attitude es escuchar a alguien que está constantemente en la búsqueda. En Swing Lo Magellan y About To Die aparece Longstreth seguro de sí mismo, consciente de sus trucos, sus defectos, cuidadoso, pero no reservado con sus propios límites. Canciones como "Gun Has No Trigger" o la misma "About To Die" deja ver ver piezas donde las guitarras, las harmonías vocales y la propia voz de Longstreth aún experimentan, pero ya no se desgarran en el proceso.
El día 6 de diciembre se tendrá el gran placer de recibir por primera vez a los Dirty Projectors en México. La respuesta a si se tardaron mucho o no en venir, reside en la seguridad de que lo que se verá el próximo 6 de diciembre en el Auditorio Blackberry. Puede ser la confirmación de todo lo que se le puede pedir a una banda en el escenario: dominar su propio sonido. Como dice "Dance For You", la sexta canción de Swing Lo Magellan: “There is an answer/ I haven’t found it/ But I will keep dancing 'till I do” Quizá nunca se sepa qué es lo que buscan, pero lo más seguro es que los Dirty Projectors desean seguir en la búsqueda sin perder de vista el piso.