Por @AlanisMoon
Nos hemos cansado de repetir que en Chile, los muchachos que ahora hacen música parecen haberse nutrido de los mejores exponentes de la música pop anglosajona y, casi casi, llevaban una educación obligatoria en sus respectivos colegios. ¿Qué es lo que los hace tan efectivos? ¿Es algo en el vuelo del cóndor? ¿En las cumbres de los Andes? ¿Algo de la genialidad de Alexis Sánchez o “El Rey” Arturito Vidal se contagia del pambol a la música? Las teorías son muchas, pero lo único cierto es que debemos voltear a la tierra de Bolaño para escuchar cómo se hace buen pop.
A Planeta No los conocimos por coincidencia, primero, y luego por convicción. Un disco llegó a nuestras manos de las de Camilo Molina, quien se encontraba en México acompañando a Dënver en su tour. Eran 4 los temas que conformaban Matucana. 4 temas que se repitieron incansablemente en nuestras cabezas. Y el rastro no se perfería.
Pero si bien nosotros pensábamos que el epé era un trabajo consolidado, Planeta No nos decía que esperáramos, que lo que vendría sería mejor. Y cómo no creerles, así que lo único que nos quedaba era esperar.
Así pues, salió Odio. El primer LP de la banda chilena que ya nos había conquistado y que lo estaba por afianzar. Es así que llegamos al video de “Sol a sol”, una combinación de lo más carameloso de la estética japonesa, que de repente se torna ominoso y las criaturas afloran entre un amor cinematográfico. Con una producción bien cuidada y un tema musical que amenaza con retornar a cada segundo del día, los chicos de Planeta No cumplieron su palabra, y la espera del Odio, valió cada hora transcurrida.
https://www.youtube.com/watch?v=ra-x8JmIhww