(Ñoños) Perdidos en Comic-Con

Fotos y Texto por Karla Sanay (@karlasanay), Sofía Martínez (@deer_ink) y Ricardo Marín (@reecardough)

Cada quien hace su Comic-Con. Es decir, si alguna vez se han dado una vuelta por San Diego durante la época, podrán ver que es imposible ver todo. La inmensidad de los campos abarcados simplemente es apabullante. Es por eso que una persona no es suficiente para cubrir un evento de esta magnitud. Pero respeto a quienes lo intentan, y aunque nuestros intentos fallaron en donde debían de fallar, triunfaron donde éste era imperativo y necesario. Quizá no nos dimos cuenta al momento, pero en retrospectiva Comic-Con siempre es un triunfo.

La Meca del Fandom

Miércoles y Jueves

Miércoles es de Preview Night, lo cual significa que hay un par de proyecciones interesantes pero nada de carácter masivo (el salón más grande —Hall H— ni siquiera lo abren), así que uno en realidad nada más se pasea por la sala de exhibiciones viendo los puestos y comprando las cosas interesantes de la convención.

El jueves, por otra parte, el día comenzó temprano. El segundo salón más grande —Ballroom 20— tendría algunos de los paneles más esperados de la convención: Teen Wolf y Hannibal. No obstante, nosotros íbamos con un objetivo: Community. Joel McHale, actor estelar de la “exitosa” serie, lo dijo: “Los fans de Community son los mejores, y me gustaría darle un beso francés a todos ellos”. Las risotadas y chistes locales se hicieron presentes, lo cual hace difícil de superar una presentación tan personal. Se discutió lo sucedido cuando se anunció la cancelación de la serie y cómo reaccionó el elenco, así como qué se siente ser la primera serie rescatada por internet para funcionar como un serial casi exacto pero con internet. Darn Harmon lo resumió muy bien: “Ahora van a poder ver el programa como siempre lo veían, sólo que será legal”.

Panel Community

En cuanto a la pantalla grande (que en realidad puede considerarse pantalla grande en la pantalla chica) sólo vimos la obra maestra Sharknado 2: The Second One. El tagline de Sharknado (la primera) es: “Enough said!”. Pero no, no fue suficiente. La evidencia está en la ambición que se tiene para su secuela. Los panelistas incluían al director y parte del elenco, a los cuales se les da bien el mismo jugueteo que se puede ver en la pantalla de estas películas. Es decir, todo fueron chistes y bromas sobre cómo el ciclón de tiburones debía llegar a otros lugares (París y Moscú fueron discutidos).

Esta misma diversión incluye el final del día, donde acudimos al primer Adventure Time Royal Ball [Baile Real de Hora de Aventura]. En este panel invitaban a la gente fan de la caricatura a disfrazarse de su personaje favorito de la serie, con la oportunidad de ganar sorpresas. La vibra era magnífica, pues la gran mayoría iban con el atuendo de algún personaje, todos unidos por su gusto a la caricatura. Una vez en el panel/baile/concurso, pasaron cuatro episodios jamás vistos de la serie y con la sorpresa de que estaban presentes Jeremy Shada (voz de Finn) y Olivia Olson (Marceline), quienes eran parte del jurado del concurso de disfraces una vez terminadas las proyecciones. En el carnaval había de todo: gente que —se notaba— invirtió muchísimo tiempo en su disfraz y otros que sólo tenían algo representativo; pero eso no importo, la diversión primó en el ambiente de risas y alegría. La ganadora del concurso fue una digna y merecida Lumpy Space Princess, quien lucía un vestido largo y hampón.

Adventure Time Ball

Viernes

Al salir del centro de convenciones la noche anterior pudimos ver la fila de casi un kilómetro que se acumuló para entrar a Hall H, donde el viernes se presentarían Game of Thrones y The Walking Dead de manera estelar (el resto de los paneles no eran tan atractivos, realmente). No fue un error de redacción, la gente hacía fila desde la noche anterior. Esto ya es patrón normal de Comic-Con, así que al día siguiente —después de considerarlo— preferimos no entrar a Hall H. Después de todo, ya vimos esos paneles el año pasado.

La Fila

No obstante el día se dividió en varios otros elementos. Como nunca se puede tener suficiente Adventure Time, asistir al panel de la caricatura era una obligación. Moderado por Tom Kenny, el panel presentó a Jeremy Shada, John DiMaggio (Jake), Olivia Olson, Justin Rolland (Lemongrab) y el director creativo Adam Muto. La expectativa y popularidad de la serie hicieron de este momento uno de los más esperados por el público. El panel consistió en hablar del programa y las experiencias que tenían estando en ella, fue increíble ver que cada una de las voces tiene un parecido con su contraparte en la caricatura, elemento sumamente notorio. A pesar de que todos son talentos inmensos, se puede ver una profunda amistad entre ellos, y no es de extrañarse que esa sea una de las razones por las cuales la serie es tan querida: todo es un reflejo del compañerismo y amistad. Asimismo, mostraron algunos de los adelantos que veremos en las futuras temporadas.

Adventure Time Panel

Por si no lo hemos dejado claro, las caricaturas son algo especial en el mundo del entretenimiento de hoy. Varias de las participaciones más espléndidas correspondieron al sector “infantil”. El panel de My Little Pony: Friendship is Magic reafirmó muchas razones por las cuales le concedemos mucho respeto. Más allá de una sobredosis de cuteness a la que todos somos susceptibles, la sesión de preguntas resultó particularmente conmovedora por dos admiradores: niñas y los célebres bronies. Las muestras de aprecio abarcaron desde una niña pequeña de unos siete años que, a lágrimas, agradeció a los panelistas por la ayuda que le brindaron en el divorcio de sus padres, hasta un brony que reconoció sinceramente el papel de la caricatura para enfrentar sus dificultades sociales y creativas.

Aunque pertenece a la pantalla chica, el panel de Orphan Black adquirió una relevancia en toda la convención. Ésta es una serie canadiense de ciencia ficción que debate la clonación humana, todo a través de una trama colmada de suspenso e intriga que propicia el binge-watching. Las interacciones con su legión de fans (denominados Clone Club) dio lugar a más instantes cautivadores, como un premio honorario a “mejor actriz del mundo” (un detalle simpático ante ser controversialmente ignorada en los Emmys) y una matrioshka personalizada con las clones más representativas de la serie para Tatiana Maslany. A pesar de lo anterior, el momento más conmovedor fue sin duda el poderoso testimonio de una admiradora acerca del impacto que le brindó Orphan Black en su duelo cuando salió del clóset. La respuesta de los actores se concentró en su discurso evidente de expresión de la individualidad, la condena a los reduccionismos fundamentados en constructos sociales y la complejidad de la condición humana.

Panel Orphan Black

Por otro lado, la faceta de los comics nos llevó a un paseo por los paneles de Fiona Staples y Brian K. Vaughan (presentándose cada uno de manera individual), donde platicaron de su trayectoria y trabajos importantes, pero se enfocaron más en Saga, su más reciente y asquerosamente exitosa serie de comics. Revelaron algunos vistazos sobre cómo escribieron y crearon esta bellísima historia, al igual que dieron a conocer un par de portadas próximas.  Si no te gustan los comics, o si te gustan y simplemente no lo has leído, esta lectura es para ti. No obstante, lo mejor fue el trato con ellos, y ver que se trata de personas normales, sumamente amables, y dispuestas a dialogar con las personas que —ellos saben— les dieron gran parte de su éxito: sus fans.

Spotlight on Brian K. Vaughan

Por último, la noche la amenizó Kevin Smith en su tradicional presentación de Hall H. El cineasta de culto presentó su película Tusk, una historia que él clasifica con elementos de Misery, The Island of Dr. Moreau y The Human Centipede. La trama de esta producción se engendró en un cotorreo banal e hipotético en SModcast (podcast que realiza con su colega Scott Mosier), en el cual se desarrolló demencia tras demencia hasta llegar a lo que ya se consolidó en un largometraje pulido (aprobado por un pronóstico de Twitter con el hashtag #WalrusYes).

Sábado

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El sábado usualmente es el día más caótico de la convención, y así lo fue para las personas que estuvieron haciendo fila para Hall H desde media noche. Tenían enfrente otras 6000 personas que desde las 4 pm del día anterior hacían fila, y no por nada. Marvel presentó uno de los paneles más emocionantes de la convención mientras que DC también presentó un panel, quizá con menos emoción y anuncios, pero contundente.

Igualmente la Comic-Con siempre nos depara cosas diferentes para todos los ansiosos de entretenimiento. Como empedernidos de las caricaturas, Regular Show, no se quedó fuera y tuvo su genial panel. Moderado por el creador, J.G. Quntel (también voz de Mordecai), quien fue presentando al elenco de voces como William Salyers (Rigby) y Roger Craig Smith (Thomas), esta fue una de las conferencias más divertidas del año. En ella, estos creadores contaron la historia de cómo surgió la caricatura, llena de experiencias de la universidad y plasmando éstas en la serie con un pájaro azul y un mapache. Asimismo, motivaron a la audiencia para crear sus propias series animadas, diciendo que —aunque se debe trabajar muy duro— mientras más cosas se sepan hacer más lejos se puede llegar, al igual que un par de adelantos de la serie, mencionando que algunos personajes no vistos por un tiempo volverán a aparecer.

Panel Regular Show

También tuvimos la oportunidad de estar en el spotlight de Bryan Lee O’Malley, mejor conocido como la mente detrás Scott Pilgrim y Lost At Sea. En esta ocasión elaboró sobre su reciente obra Seconds, la cual gira en torno a Katie, una joven insatisfecha de 29 años que encuentra una solución mágica a todos sus problemas pretéritos a través de una libreta y hongos. Al presentar la entrada a la tercera década, Seconds sigue una tendencia cronológica de diversas etapas de crecimiento y realización (Lost At Sea explora el fin de la adolescencia mientras que Scott Pilgrim enfrenta el quarter-life crisis de mediados de los veintes). El encanto canadiense y carisma tímido de O’Malley cumple nuevamente en esta maravillosa entrega que, de entrada, ya le está yendo excelente en ventas y aclamo de la crítica.

Si algo es seguro es que la Comic-Con la arma cada quien. Es decir, uno podrá decir que lo más relevante del día fueron las presentaciones de Marvel, de DC, de Warner (que incluyen The Hobbit, Mad Max: Fury Road, etc.) y más titanes del entretenimiento, pero nosotros optamos por obedecer a nuestros llamados y esas pequeñas cosas que despiertan nuestra curiosidad. Después de todo, el evento se hace por esa razón.

Domingo

Domingo es el día de relajación en la Comic-Con. Paneles de menor hype toman lugar, pero estos no son malos, más bien al contrario, se hacen más personales. El ejemplo es Sesame Street. Más allá de la huella a nivel personal que han dejado estas marionetas, una de las grandes contribuciones de esta generación de realizadores ha sido la sublime serie de parodias recientes (las cuales fueron el enfoque de esta discusión). Algunos de estos tributos se han destinado a productos como Mad Men, Homeland, True Blood, Les Misérables, The Hobbit, The Hunger Games, etcétera (próximamente lanzarán sus versiones de Avengers: Age of Ultron, Game of Thrones y House of Cards). Con un ingenio privado de cinismo y colmado de calidez atrayente a cualquier edad, Sesame Street se mantiene como uno de los grandes referentes emblemáticos para millones de personas alrededor del planeta (aquí a México llegó como Plaza Sésamo), así como una valiosa aportación en evolución constante al enfrentar temas delicados como la pobreza y hambre, esquemas de belleza, muerte de seres queridos, el divorcio, padres en prisión o en servicio militar, etc.

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Independientemente de los fandoms a los que pertenezcan, el común denominador entre esta masa de dementes es la validación que les conceden esos cinco días de convocatoria en el Olimpo de los clavados de la cultura pop. Si hay algo que entienden todos estos individuos es que estas narrativas no se reducen a mero entretenimiento, sino que también fungen como un peldaño indispensable en hacer la vida un poco más tolerable. Tal vez este tipo de pasiones desbordantes lleguen a aislarlos en muchos escenarios, pero la atmósfera de inclusión en esta comunidad con innumerables vertientes se define en rodearte de las personas que se emocionan inhumanamente por lo mismo que tú. No importa lo que amas sino cómo lo amas, ¿para qué recurrir al desgaste hater cuando hay tanto mérito artístico que celebrar? Para estos fans es suficiente contar con alguna fuente de alegría inmesurable, o como diría memorablemente Abed en Community: "I guess I just like liking things".

Roshi

30 de junio a 6 de julio

[Cobertura especial] 67º Festival de Cine de Locarno. Día 2