Mr. Ho revive a Esquivel (el bueno) el próximo 20 de marzo

Brian O’Neil está por llegar a México a preparar un concierto en el que tocará la música que el mexicano Juan García Esquivel impregnó con su característico sonido espacial en los años cincuenta y sesenta. Para lograrlo, fue necesario conformar una orquesta de 22 elementos, ya que Esquivel fue también pionero en el sonido estereofónico. Y fue necesario, sobre todo, darse a la tarea de transcribir las partituras de oído.

Resulta que, hasta antes de los años noventa, cuando se le reconoció como figura clave del Space Age Pop, a Esquivel se le asociaba, si acaso, con la música que hizo para el programa infantil Odisea Burbujas.

Por fortuna nunca dejó de haber un fiel puñado de melómanos capaces de reconocer su trabajo. Y uno que otro tan dedicado como este joven percusionista nativo de Arizona y conocido como Mr. Ho, que desde que descubrió “Andalucía”, del álbum More of Other Worlds, Other Sounds, ha dedicado incontables horas a recuperar cada uno de los elementos que componen el sonido único de Esquivel.

¿Que cómo lo hace?

La palabra clave es rebobinar. Una y otra vez. Y otra más. Mr. Ho se resiste orgullosamente de recurrir a una herramienta como el “Amazing Slow Downer”, que permite alentar la música sin cambiar el tono.

En lugar de eso, extrae “horizontalmente” todo lo que hace por ejemplo el bajo, o las percusiones, y luego escucha “verticalmente” todas las capas de sonido que se acumulan en cada barra. Lo más difícil son los metales y vientos, sobre todo cuando hay más de un instrumento tocando la misma nota... ahí a veces no queda otro remedio que interpretar.

“Es como un juego, una meditación; de hecho me gusta el proceso […] se te pasan ocho horas y en el mejor de los casos, al final del día, te quedas con una canción. Y todo para que… después de eso, descubras un arpa, sólo dos notas, ¡justo lo que necesitabas!”

La idea es ser fiel a los arreglos de Esquivel, pero se hacen algunas excepciones: la Orquestrotica de Brian es de 22 músicos, no de 28 o 30 como la de Juan; para sustituir a esa arpa que está ahí para apenas unos segundos, se utiliza una guitarra de nueve cuerdas; y para los glissandos, recurren al piano.

Pero donde el proyecto de Mr. Ho se aparta más del de Esquivel, es en la libertad que Brian le da a sus músicos para improvisar.

“Mi orquesta tiene muchos intérpretes clásicos porque esta música, en particular los vientos, requiere de ese nivel de atención al detalle, pero también tenemos músicos de jazz, para quienes leer tanto es una pesadilla, ellos quieren que les des unos cuantos acordes y ponerse a soplar. Así que, canciones como ‘Boulevard of Broken Dreams’ ellos hacen solos […] yo mismo siempre toco un solo de pandereta y la verdad es que estoy seguro de que de algún modo, Esquivel lo apreciaría.” Dice esto antes de afirmar que, según lo que ha oído, todo indica que Esquivel llevaba su orquesta como una dictadura.

En cuanto al repertorio, Brian es muy cuidadoso con su selección musical. Lo que le gusta es lo que Esquivel hizo en los años cincuenta y hasta principios de los sesenta; Infinity of Sound, Other Worlds, Other Sounds. No se mete con Strings Aflame, que es un disco de cuerdas, ni con la cosa lounge que le gusta a todo mundo.

“Sabemos que a mucha gente le fascina oír ‘Mucha Muchacha’ y ‘Mini Skirt’, en especial a los que se conectan por el lado de las letras. Pero para mí eso no es más que el adorno de un trabajo artístico de otro nivel”. Y sí, a Mr. Ho los fans de Facebook le piden letras chistosas, pero él, apenas tenga tiempo, está pensando más bien en transcribir el hermoso arreglo que Esquivel le hizo a ‘Autumn Leaves’. Porque “por suerte esto no es una democracia”.

Es más, Mr. Ho tiene una interpretación distinta de lo que otros ven como humor en Esquivel. Ni siquiera está seguro de que Esquivel considerara su música como algo chistoso per se. “Sus coros no son para hacerse el gracioso, los consideraba como una sección de vientos, una serie de instrumentos de los que podía servirse […] por eso no oyes letras, porque quería dirigir la atención a los arreglos. Luego deja ir unas cuantas palabras, como ‘night and day’, para recordar la canción que está tocando.”

Hasta la fecha Brian sigue descubriendo que le faltó una campana por aquí, un tercero o cuarto corno francés por allá. Las partituras, por eso, las reimprime constantemente. De hecho, Brian ha optado por no escuchar la música de Esquivel con audífonos. “Sería como abrir el cajón con las fotos de tu ex novia”.

Mr. Ho tiene muy claro que las partituras originales nunca van a aparecer pero, al fantasear sobre lo que haría, se queda pensando que quizá las usaría, siempre y cuando alguien más las capturara en la computadora.

Brian toca el piano desde los cuatro años y sueña con aprender los concertos de Rachmaninov, pero no se considera intérprete de piano. Para este proyecto, sin embargo, decidió desdoblarse, de modo que el próximo 20 de marzo, se le verá tocar el vibráfono, el piano, y dirigir a una orquesta compuesta por los músicos del trompetista mexicano Víctor Guzmán junto con otros tantos que han seguido a Brian en su aventura. Quienes asistan al Teatro de la Ciudad (de México DF) corren el riesgo de agasajarse con un despliegue de energía, talento y generosidad que rara, muy rara vez pueden verse juntos.

Algunos ejemplos del trabajo de Mr.Ho pueden descargarse de manera gratuita en: http://orchestrotica.com/mailinglist.cfm

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Hay que adaptarse