¿Ustedes han visto a un gitano que quiere ir a la luna?
Hasta en la PKJU hay silencio. No es frecuente, pero eso sucede cuando un vacío se deja. En este caso se debe gracias al rumbero gitano, al músico catalán: Peret. Pedro Pubil Calaf (nombre verdadero) murió ayer 27 de agosto de 2014 a causa de cáncer de pulmón, el cual fue anunciado hace casi un mes, y mismo que lo llevó a suspender giras y presentaciones en vivo.
Peret ocupó el sonido familiar de la rumba flamenca para crear lo conocido como rumba catalana, a través de una fusión con su cultura madre: la romaní o gitana. Fue así, como este amo del ritmo se denominó a sí mismo “El Rey de la Rumba” y su legado es excelso. Esta influencia perdura hasta nuestros días, pues se pueden escuchar en grupos favoritos de esta isla como Ojos de Brujo o Manu Chao, quienes incorporaron este estilo característico de rumba para sus producciones musicales.
Y es que es inevitable no contagiarse con la música de Peret. No importa qué tan arraigado esté uno en la guitarra distorsionada, una sitara oriental o un ritmo afrobeat, es imposible tratar de resistirse a esa guitarra acústica flamenca, a esas percusiones pegajosas y al estilo que invita al candor y fiesta. Pero, sobre todo, a la personalidad afable y buen humor que lo caracterizaba.
Peret está muerto, pero —seguro— también sigue de parranda.