Hoy nos acompañó a un lado del camino. Siempre pegadita al pie, como lo hacen los grandes. Hoy nos acompañó en el trajín más pesado del viaje, hasta ahora. El trayecto de Natal a Fortaleza, en busca de la segunda cita mundialista ante Brasil. La arena y la ciudad de Fortaleza nos abrió los brazos con lo primero que queríamos ver en Brasil y que para llamar la atención, aún no habíamos encontrado en Natal; gente jugando futbol en las calles. Desde la carretera hasta nuestro destino, vimos pelotas y balones botar entre la gente. La gente ya lo vive y lo esta viviendo con emoción, el Mundial de Brasil.
La afición del Tri, se volcó con los protagonistas. Con los que toman la última decisión. La invasión de los mexicanos, llegó acá. A Fortaleza para cubrir con el verde, blanco y roja la arena y el sol de ésta nueva costa.
La redondita estuvo ahí en todo momento, en las primeras dos horas de camino, en la siesta que tomamos, en la tienda que paramos para un pequeño tentempié y siempre, estuvo ahí. Paciente antes de llegara rodar y sacar sonrisas.
Fue un tramo larguísimo antes de llegar a nuestro destino, cerca de ocho horas de camino y un buen dolor de espalda fue lo que nos costó llegar. Pero el trayecto fue interesante. Ver el cambio de estados, la forma en que uno viste a sus habitantes y en la que otro alberga a los suyos. Una carretera de colores, de verdes constantes y cambios de clima. Ella junto conmigo, vio la lluvia de la primera mitad. Hasta que al fin se nos interpuso el sol que alegró a la caravana. Veníamos muchos mexicanos siguiéndonos por si algo se ofrecía. Ya saben que en bola, nos sentimos más seguros.
La aventura en Fortaleza apenas comienza con ella. A dos días del partido más importante del Tri, ella ya toma el sol junto conmigo y practica sus mejores cánticos para el momento indicado. Ella ya admira el mar y goza del viento como yo de las caipirinhas. Ella ya siente el ambiente Mundialista en su último día de partidos de la primera serie de todos los grupos. Ella está lista para dar pasos importantes a la par de la Selección.
Nos esperan días largos. Con mucha fiesta, baile, gozadera y felicidad. Ella seguirá bailando y conociendo gente al ritmo que ella lo decida. Seguirá dando de hablar entre los mexicanos y extranjeros, pero sobre todo nos seguirá regalando grandes historia que corren por su cuenta. Que corren por parte de ella, de la Brazuquita.