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Portada del disco Is It Now? de Automatic.

Pequeños sucesos que mueven nuestro universo

Es difícil sacarse la cabeza del intestino y notar que mientras estás experimentado lo que sea que te esté pasando en el momento, hay millones de cosas sucediendo simultáneamente en todo el universo.

Anoche, mientras cada uno de estos jóvenes escritores intentaba escribir dos párrafos para hablar de esta selección de discos, estaba tocando Big Thief en el Teatro Metropólitan por primera vez en esta ciudad. A unas cuadras del teatro, una marabunta enardecida cerró las calles del Centro y secuestraron una unidad de Metrobús para protestar en favor de Palestina y pedir el regreso seguro de los mexicanos a bordo de la Flotilla Global Sumud.

Al mismo tiempo, las pocas sinagogas que existen en el corazón de la ciudad se llenaban de familias que se congregaron en ayuno para la noche de Yom Kipur, una de las fechas más sagradas en su calendario.

Esta pequeña colección de registros se suma a los pequeños sucesos de anoche, con la importancia que tienen en su propia existencia.

Raquel

 

 

Through The Wall – Rochelle Jordan
Alex

 

Portada del disco Through The Wall de Rochelle Jordan.

 

Desde hace ya algunos años que giro en un entorno de según “saberle a la música” como si eso fuese algo que se pudiera medir. Me esforcé y me apegué a escuchar música más seria, de escuchas más complicadas, sumergiéndome cada vez más en ese agujero infinito de música de persona insoportable.

No es que esto tenga algo de malo, pero ¿dónde está la diversión? ¿Dónde están los buenos momentos? No todo en la vida son canciones de 14 minutos que hablan de lo mal que te sientes. A veces me olvido de esa simpleza necesaria, y este disco me la regresó con una invitación a bailar, que no pude rechazar ni aunque hubiera querido. 

Rochelle Jordan solo me sonaba de ese gran disco de KAYTRANADA, el TIMELESS del 2024, gracias a canciones como “Spit it out” o “Lover/Friend”. Al ver la portada me llamó mucho a escucharlo, un retrato monocromo tan encantador como el sonido del mismo. Y vaya que no me decepcionó.

Este álbum rescata perfectamente ese sentimiento del que hablaba al principio, jugando con un balance exacto entre el deep house y un R&B, que te jala del brazo a la fiesta y a lo sensual, por más que llegue a ser algo largo. Yo creo que hay que tratarlo como esos Dj sets en fiestas de casa que abundan por YouTube.

Es lo que desearías que pusieran cuando sales de fiesta: enérgico, apasionado y más importante, ¡bailable! Déjate llevar y fluye con eso que te quiere decir el álbum, aunque sea como una escucha de fondo, no decepciona ni un solo momento en entregar esa vibra.

No es obligatorio tener que escucharlo de fondo en tu fiesta mala del fin de semana, dale play cuando necesites ese shot de energía tan necesario algunos días. Canciones como “Sum” mantienen mucho un elemento seductivo o sensual, “Ladida” es el track perfecto para meterte en esta atmósfera y “Around” cierra con broche de oro todo lo que Through the Wall quiere lograr.

No te pide nada y te lo entrega todo para pasar un muy buen momento. Esto se trata de disfrutar y mover un poco el cuerpo, si esto no es lo que buscas, sigue deslizando.



 

Is It Now? – Automatic
Anto

 

Portada del disco Is It Now? de Automatic.

 

Este es un álbum de un post-punk futurista con piel de synthpop. No se limita a retratar el colapso, también nos interpela. ¿Vas a seguir con el piloto automático o vas a despertar? En estos tiempos en los que el futuro parece cada vez más incierto, este disco funciona como advertencia, ritual y antídoto.

En los últimos días me he cuestionado el futuro de mil maneras diferentes. A veces, pienso en él como una página en blanco que escribo con mis acciones, algunas otras siento que es una pared que se acerca a aplastarme a una gran velocidad, y justo en el momento antes de ser comprimido contra el piso, las letras del álbum llegaron a mí como un gancho que me salvó de mi destino.

El disco es como una traducción de la misma sensación contradictoria al pensar en el futuro: Sí, el futuro puede ser devastador, pero no por eso dejaremos de vivir. Cada una de las canciones parece hablarle directamente a esa incertidumbre: “Mercury” rescata la idea que, incluso cuando el mundo parece perder su rumbo, siempre existe un mundo espiritual y misterioso que nos recuerda que no todo está perdido, o “Smog Summer” que conecta con mis propios temores del futuro, un aire envenenado, el calor insoportable que ya empezamos a vivir, es la imagen perfecta de cómo lo que viene también puede ser una amenaza.

Este segundo disco de Automatic es una revelación frente a la ansiedad de la incertidumbre. Tal vez no podemos detener la tormenta, pero sí podemos bailar bajo su ruido eléctrico.

 



Michelangelo Dying – Cate Le Bon
Vale Santos

 

Portada del disco Michelangelo Dying de Cate Le Bon.

 

La voz de Le Bon te canta desde un lugar profundo, inalcanzable, en un eco emocional y genuino que se queda dando vueltas en tu cabeza como una danza interminable. Es quizás un canto de amor hacia el eco vaciado del corazón. Hay un renacimiento con la muerte del artista. 

Este álbum es adentrarse en un mundo onírico, meloso. Perfectamente podría formar parte del soundtrack de Twin Peaks dirigida por nuestro queridísimo David Lynch o volverse el protagonista de una velada lenta en compañía de un (des)amor.

Jerome” es un perfecto sueño surrealista, mientras que “Love Unrehearsed” es esa punzada en el corazón de la tristeza y el amor. “Mothers of Riches” sería una de esas canciones que bailaría mientras lloro en la soledad de mi habitación, dejándome doblar por mi propio peso how you let yourself fold. Cada canción es un sueño (o pesadilla) nuevo, un despertar solo para descubrir que sigues dormido, cada vez más lejos de la superficie. 

Destaco “Pieces of my heart” como la canción que, literalmente, te va a hacer añicos el alma. ¿Qué es más doloroso que un amor no correspondido o terminado? Es esa urgencia visceral por dar el cuerpo, la voz, el alma (o sus pedazos) en nombre del amor, de lo incambiable. Por otro lado, “About time” ocupa actualmente el segundo lugar en la lista de las canciones más reproducidas de Cate Le Bon. Y ¿qué mejor consuelo que decirnos “es cuestión de tiempo”? Es, de nuevo, esta voz onírica que te susurra al oído con esperanza y dolor. 

Este álbum es una noche bailando lentamente con el corazón roto y rastros de rimel corrido. Son las canciones que transforman a tu cuerpo en río. Un sonido etéreo, nocturno, con las luces de la ciudad de fondo y el aire frío recordándote tu existencia.

 



Escalate – VLURE
Danielo

 

Portada del disco Escalate de VLURE.


– ¿Qué pasó anoche?

–  No me acuerdo de nada…

No hay manera de entender Escalate leyendo una reseña; este disco solo cobra sentido en esas conversaciones divertidas y delirantes del día después de ESA peda, la mañana en la que buscas recordar lo real, pero solo encuentras huecos entre el sudor y la música. Al sumergirme en el disco, no sé si me ahogué… o me terminé ahogando después.

Los primeros temas son como llegar al antro: luces, energía, la promesa de una noche eufórica, dejándote arrastrar por el ritmo de las rolas. Pero hacia el cuarto track, el ruido empieza a disociarte; te arrinconas en una esquina del antro, mareado, deseando que tu mamá pase por ti. Para el noveno track, el crash out en el auto de regreso a tu casa es inevitable. Llegas a tu casa, escuchas el último track, “A Clear Tilde, mientras apenas logras ponerte la pijama antes de desplomarte en la cama.

En este disco hay humanidad y caos, un ruido sin forma. Es la banda sonora perfecta para perderse entre pieles ajenas, tragos, baile y oscuridad, mientras buscas algo real y, poco a poco, comienzas a entender. Profundiza en los paisajes sonoros electrónicos arremolinados, al grado de que te hace sentir un poco melancólico por esa peda a la que fuiste para olvidar, mientras VLURE te recuerda quién eres y lo que has dejado atrás.

En lo personal, no me convenció del todo el álbum; es de esos discos que solo podrías oír una vez, y hasta ahí. Es refrescante escuchar cómo VLURE mezcla rock y electrónica en un sonido que corta géneros: sintetizadores eufóricos, guitarras densas y un ritmo inconsciente que te arrastra. Un viaje sonoro intenso, que te puede encantar o detestar, casi insoportable si no estás dispuesto a dejarte llevar. Solo te daré un consejo, y este aplica tanto para la resaca como para este álbum: güey, fluye.

Este disco pondrá a prueba tu resistencia. Si no estás preparado para esa intensidad, mejor ni lo intentes. Prepárate para un trip rave‑punk y el bombardeo de algunos recuerdos de pedas sepultados en tu subconsciente.




I’ll stop when I’m done. – EERA
Valentina

 

Portada del disco I’ll stop when I’m done. de EERA.


Este es un disco para mujeres, inspirado en mujeres y hecho por una mujer. Engloba la experiencia femenina y todos los altibajos que experimentamos, con un ancla en la vida de las estrellas de cine de la Edad de Oro en Hollywood.

Esto se nota desde la primera canción, “Celebrate”, que tiene un aire muy cinematográfico, casi hecho para acompañar las películas imaginarias que corremos en nuestra mente. Si lo tuyo son sonidos como el de Adrianne Lenker y Mitski, probablemente te suene familiar este disco, pero con un lenguaje diferente y un estilo propio. 

El título viene de una cita de Marilyn Monroe: “No pararé cuando esté cansada, pararé cuando termine”, una frase con la que muchas mujeres nos podemos identificar. ¿Cuántas veces no hemos sentido que por más cansadas que estemos no podemos parar? 

Es el tercer álbum de Ana Lena Kristen, mejor conocida como EERA. Si hasta ahora no la has escuchado, es probable que sientas como si fuera una amiga de años, de esas que no importa cuanto tiempo las dejes de ver no se siente que ese tiempo pasa. La cercanía y la intimidad permanecen siempre. 

Es un disco cuya escucha no puede tomarse a la ligera, si te agarra en un momento vulnerable, algunas rolas se van a sentir como si alguien literalmente metiera la mano en tu pecho y estrujara tu corazón, o que se acercaran a susurrarte “yo entiendo cómo te sientes y por lo que estás pasando”. Cada una se siente tanto como un espejo, como un refugio. 

En un mundo lleno de estímulos y de múltiples cosas pasando a la vez, I’ll stop when I’m done es ese momento de pausa, compañía y consuelo.

 

 

All That Is Over – SPRINTS
Matisse


Portada del disco All That Is Over de SPRINTS.


Este segundo disco representa un cambio para esta banda de Dublín que combina aspectos de garage rock, post-punk y rock alternativo para crear un sonido potente, emotivo y directo. No solo en su sonido, que es más intenso, sino en la profundidad de sus letras y en la conexión del grupo con su nueva formación tras cambiar de guitarrista.

Desde su primer trabajo, Letter To Self (2024), tocan temas sociales, y sus letras abordan cuestiones sobre crisis globales, conflictos, justicia y el arte como forma de resistencia más allá de la expresión. En esta ocasión, el disco trata sobre la dualidad entre la destrucción y el renacimiento, la necesidad de expresarse artísticamente en momentos difíciles y los conflictos personales en un entorno de guerra, crisis y cambios sociales como telón de fondo. 

El disco alterna entre momentos de casi pura intensidad punk y secciones más oscuras y pesadas; hay influencias que recuerdan a grupos de shoegaze, post-punk gótico y mezclas de ruido atmosférico con grunge crudo. La crítica ha elogiado cómo el álbum conserva la energía y fuerza de su trabajo debut, al tiempo que añade nuevas capas, tensión constante, texturas más complejas y sorpresas dinámicas sin perder su coherencia.

Descartes” es el primer sencillo que lanzaron para presentar el disco. Combina letras inteligentes con un sonido potente “I speak so therefore I understand“. “Abandon” es la canción que abre el disco y establece su tono oscuro y emocional. Tiene una línea impactante: “I don’t grow old / I grow unrecognisable”. “Better” es una de las canciones más atmosféricas; tiene un sonido shoegaze y culmina en un clímax emotivo. “Rage” es la más poderosa del álbum, con guitarras agresivas y un ritmo que resalta el lado más visceral de SPRINTS.

El título de All That Is Over está en una línea en “Beg”, una canción central en el disco, que sienta las bases del sonido. La banda enfrentó fuertes cambios personales durante la gestación del disco: Karla Chubb vivió una ruptura después de ocho años con su pareja, y la banda perdió a su guitarrista original, Colm O’Reilly, justo antes de importantes compromisos.

Zac Stephenson, el nuevo guitarrista, ya había estado de reemplazo en giras anteriores, así que su incorporación no fue del todo sorprendente. En cuanto a su estilo, el álbum incorpora influencias de My Bloody Valentine, post-punk gótico, Dandy Warhols y elementos de noise rock, logrando que cada canción suene tanto intensa como atmosférica cuando es necesario.