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Rosa Montero en la FIL de Guadalajara.

Animales difíciles de Rosa Montero, un futuro posible y ¿probable?

Una voz recurrente en FIL Guadalajara es Rosa Montero, narradora profeta de futuros tecnológicos y abismales. Hablamos sobre su nuevo libro Animales difíciles. Entre pasillos llenos, Montero se mueve de forma suelta y feliz en su hábitat: las letras y su ambiente. Aquí nuestra charla ligeramente editada para su comprensión lectora. 

En tu más reciente novela, Animales difíciles, te despides de Bruna Husky, la protagonista que te ha acompañado durante más de 10 años. 

La verdad es que cuando empecé el libro, ni siquiera sabía que iba a ser el último, porque yo no tenía claro desde el principio cuántas novelas iba a hacer de Bruna. De hecho, lo que yo hice fue construirme un mundo propio con personajes estables para visitarlo de cuando en cuando, cada que yo quisiera

¿Quién es Bruna Husky como personaje en general y quién es para ti? 

Bruna es la protagonista de la única serie de novelas con un personaje constante que he escrito en mi vida. Esta es la última novela de cuatro. Las primeras tres suceden en Madrid en el año 2110, pues cuando empecé a escribirla en 2011 miré 100 años hacia adelante. 

Bruna es uno de los nuevos clones humanos que son manipulados por ingenieros genéticos, son criados en tanques y obligados a crecer a toda velocidad. En 14 meses alcanzan una vida biológica de 25 años. Ahí son activados y viven sólo 10 años más. Al cumplir los 35, se les declara fallo orgánico y mueren, por lo que saben exactamente cuándo se van a morir y no pueden olvidarse de que son mortales —que no es lo que hacéis todos los humanos, salvo un puñado de neuróticos profundos como Woody Allen y como yo que siempre estamos pensando en la muerte y en lo que el tiempo nos hace y deshace. 

Por eso me siento muy cercana con Bruna, porque ella tiene ese tic tac del tiempo que pasa hasta el punto de que en cada una de las novelas aparece una cuenta atrás. Me identifico con su conciencia tan crítica del paso del tiempo y también con su conciencia tan aguda del hecho de estar viva, porque yo soy una vividora y soy muy consciente del regalo que es estar vivo. La gente que lo olvida, pasa por la vida como una maleta, pero Bruna tiene las dos cosas: la obsesión por el paso del tiempo y, a la vez, el placer, el vértigo y la furia por vivir. 

En animales difíciles, Bruna habita otro cuerpo. Un cuerpo mucho más lento que apela más a la mente que a la fuerza física. ¿Es una analogía de la vejez? 

Es lo que me han dicho, pero no lo escribí en ese sentido. En las tres primeras novelas, Bruna es una tecnohumana de combate, mide dos metros, es fortísima y los ingenieros genéticos la han intervenido para que tenga mejores reflejos, pero en la tercera novela la envenenan y está a punto de morir, entonces, para no morir entra en un experimento que consiste en trasladar su memoria y toda su dotación sentimental al cuerpo de otra tecnohumana de cálculo que es pequeña y frágil. Y, claro, en esta novela la pobre Bruna tiene que enfrentarse a un problema de identidad feroz que es estar en otro cuerpo. La identidad es uno de los temas más grandes del ser humano y de nuestro mundo en estos momentos, y también habla de la disforia que viven tantos adolescentes que no se reconocen. Pero una vez que se publicó la novela hubo críticos y amigos que me dijeron “¿te das cuenta de que todo esto que escribes también habla de la vejez en el sentido de que la vejez también es haber tenido un cuerpo fuerte y ahora tener un cuerpo mucho más débil?”. 

Ahora quiero enseñarte una foto que tomé de tu libro en el stand de Editorial Planeta, al lado de la biografía de Elon Musk. En la novela hay un personaje: la CEO de Minerva. ¿Te inspiraste en hombre como Musk y otros como él para construirla? 

Yo no escribo pensando en que un personaje representa algo concreto, lo que representan son prototipos y, en ese sentido, efectivamente están todos estos tíos detrás. Todos estos tipos antidemocráticos que tienen, en la sombra, el verdadero poder del mundo ahora mismo y son mucho más poderosos que los presidentes electos, son multinacionales y gobiernan nuestras vidas sin que podamos hacer nada al respecto. 

En la novela introduces al personaje de Filippo Tommaso Marinetti que es crucial para el desarrollo de la trama y que además sirve como puente entre la historia y el movimiento futurista del siglo XX 

Es increíble porque el futurismo data de principios del siglo XX, pero lo que decían los futuristas en su momento es exactamente lo  mismo que dicen ahora los más fervientes partidarios de la IA. Existe una serie de fanáticos que sostienen que la inteligencia artificial va a librarnos de nuestras tareas mientras que ella trabaja como esclava para nosotros o que va a arreglar el calentamiento global o que va a acabar con la muerte y nos va a hacer eternos. A mí me parece delirante, pero es lo que sostiene gente aparentemente seria. Y eso mismo es lo que decían los futuristas, pero es inquietante porque el futurismo acabó muy mal, integrándose en el fascismo de Mussolini y ese es uno de los riesgos: que todos esos grandes gurús de la IA son antidemocráticos y neofascistas. 

Animales Difíciles traza muy bien esa bifurcación ante la que estamos como humanidad, donde la inteligencia artificial puede llevarnos a erradicar el hambre y el cáncer, pero también puede llevarnos al apocalipsis. Y es muy interesante que el epígrafe sea una cita de La historia de dos ciudades de Charles Dickens. 

“Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría y también de la locura. La época de las creencias y de la incredulidad. La era de la luz y de las tinieblas. La primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación”. 

Dickens escribió esto en la frontera de la industrialización, también en el momento de un salto tecnológico bestial, y es adaptable a lo que estamos viviendo ahora, sólo que nuestro salto tecnológico es mil veces más potente. 

Al futurear se toman riesgos narrativos. Al leer tu novela me acordé de las enciclopedias que leía de niño y que aseguraban que en 2025 íbamos a tener coches voladores. ¿Tuviste miedo al describir un mundo dentro de 100 años? 

Para nada, al contrario. Me gusta mucho la ciencia y la tecnología y he intentado crear un futuro que sea posible, y no sólo posible, sino probable. Todo lo que hay en mi libro parte de lo real y es tan real que desde que salió el primer texto en 2011 se ha ido cumpliendo todo lo que predije. En el primer volumen de la tetralogía, Bruna se iba a psicoanalizar a unas psicomáquinas, que es someterse a un proceso psicoanalítico con la IA y sucede hoy. En la tercera novela, el tema esencial es que se produce un apagón eléctrico total en España y Portugal. El texto salió hace 5 años y esto sucedió el año pasado. Pareciera que se ha ido cumpliendo punto por punto todo lo que he escrito porque está ahí. 

En el primer capítulo de Animales Difíciles, un terrorista asalta un almacén tecnológico usando una capa de invisibilidad y esa tecnología existe, es de Quantum Stealth, un material invisible que fue creado en 2019 por una empresa norteamericana. Absolutamente todo lo que cuentan las novelas es parte ya de lo real. 

Y en ese primer capítulo introduces la imagen de los flops, cerebros conectados a la superinteligencia como una forma de inmortalidad. ¿Te gustaría que tu cerebro se conecte a una computadora cuántica cuando ya no estés? 

Es una posibilidad de sobrevivir después de la muerte, pero no me gusta mucho esa idea de estar encerrada en una urna, verdaderamente. En principio no me parece muy tentador. 

¿Piensas que la inteligencia artificial podría ser un buen gobernante? ¿Mejor que los que tenemos hoy? 

En absoluto. No, para nada. Ahora mismo, uno de los grandes riesgos de la IA es que con ella se está construyendo una especie de gobierno global en la sombra que está operando un golpe de estado a todo el planeta. 

Os recomiendo que leáis los trabajos de Francesca Bria, una economista italiana especializada en esto, que cuenta cómo en América y Europa los estamentos más críticos de la sociedades como la defensa, la educación o la sanidad, están siendo tomados y dirigidos por las grandes corporaciones de la IA y por los capos que las representan. Eso es crear un espacio de poder y de ejecución que nos está quitando la autonomía a todos los demás.