Desde 1999 hasta la fecha, The National ha sido referente entre los melancólicos y los atormentados. Matt Berninger y su gravísima voz, suelen soltar frases que hacen clic con las masas solitarias —porque, irónicamente, aunque a veces pensemos que esta posmodernidad (con redes sociales y medios de comunicación muchos más efectivos) nos conectaría más unos con los otros, es común que se caiga en lo contrario, una alienación de la que, quizá, sólo se pueda salir con una mano musical.
Tres años después de High Violet (4AD), su disco de 2010, llega Trouble Will Find Me (4AD, 2013). The National no decepciona. Es un disco redondo. De grandes canciones. Quizá es porque estaban más relajados. Aaron Dessner, el guitarrista, tecladista y co-productor, acababa de tener un hijo y comenzó a idear las canciones, mientras tanto, un Berninger relajado —cosa extraña en él, pues suele pensar mucho en el proceso creativo—, empezó a escribir las letras. La soltura parece irle bien a los que se formaron en Ohio, pero que quizá —y con toda razón— todos relacionen más con Brooklyn.
“Graceless” y su video, son un ejemplo claro de ese estado de libertad. Están enfundados en trajes: solemnes. La fotografía es en blanco y negro: aura monocromática. Cierto, la primera impresión no es una alberca de pelotas o un carrito de helados pintado con colores chillantes. Pero después, The National regresa a la infancia. Aventándose a la alberca de una casa como la de Tony Soprano (en realidad es la casa de los padres de Berninger), bebiendo cerveza hasta echársela encima, o caminando a lo largo de un riachuelo mientras encuentran un spot para probar su “bazooka” casera, Sophia Peer —la directora del video que ya había trabajado con ellos en “Sea of Love”— le dan justo al punto de la canción. Es divertida pero oscura a la vez. Algunas veces, los melancólicos y los atormentados, se pueden dar el lujo de sonreír.