Vida verde: casas autosustentables
Cuando de viviendas se trata, hoy día, mucha gente prefiere elegir un cómodo departamento en medio de la ciudad o una casa suburbana que se pueda adecuar a todas las necesidades que pudiera tener. Incluso la gente más preocupada por el medio ambiente escoge el llevar a cabo su vida minimalista en una casa o departamento tradicional. Sin embargo, dentro del mundo de la arquitectura y la ecología, existe un modelo de casa que es innovadora en todos los aspectos, pues no sólo no necesita luz eléctrica ni de sistemas de agua tradicionales, sino que desafía los límites de la arquitectura y crea nuevos modelos que en un futuro pueden expandirse a la esfera de lo mainstream y ayudar a cuidar el medio ambiente.
El concepto de estos tipos de viviendas, conocidas como earthships, fueron creados por primera vez por el arquitecto americano Michael Reynolds (quien vale la pena mencionar comparte la ideología del radically sustainable living), y desde entonces se han expandido a diversas partes del mundo, atrayendo el interés de arquitectos y ecologistas por su adaptabilidad a diversos climas y suelos. El modelo de Reynolds es interesante porque no es rígido y permite que los arquitectos jueguen con él para lograr adaptarlo a las diferentes condiciones climatológicas, de terreno y abastecimiento, sin mencionar que la base de su construcción se centra en el usar desechables difíciles de reciclar y biodegradar; hasta ahora se han usado llantas, botellas de plástico, latas, etc.
De este modo se fomenta no sólo una forma de vida más sustentable, sino una reflexión sobre cómo estamos usando los materiales en nuestra vida diaria. La mayoría de estas viviendas cuentan con un sistema auto-sostenible de energía, de drenaje y de suministro de agua. Es importante recalcar que cada vivienda cuenta con su propio sistema para realizar las funciones antes mencionadas, pero en general la energía de produce mediante celdas solares o fotoeléctricas; el drenaje ayuda a fertilizar los jardines que rodean a la casa, y el agua de lluvia que cae a los tejados es purificada y utilizada para consumo. (Ecohabitar)
Pero estas casas también han llegado a pasar niveles más allá de ser simplemente auto-sostenibles y arquitectónicamente minimalistas, hasta el punto de llegar a ser verdaderas obras artísticas de la arquitectura. La casa original de Reynolds en sí es una obra de arte. Localizada en Argentina, llama la atención su aspecto de ventanas gloriosas enterradas en un montículo de tierra, y es visualmente reconfortante, aunque no es la única pionera pues tanto en pertinencia ecológica como en cuestión de diseño, varias de ellas han concursado a nivel mundial y presentado opciones innovadoras de vivienda. Se trata de casas móviles diminutas creadas por estudiantes universitarios y estudios que no dejan nada que desear a las viviendas tradicionales (inhabitat).
Hasta 2013, había alrededor de 2000 viviendas autosustentables alrededor del mundo, y el mismo Reynolds admite que su modelo de vivienda se está volviendo cada vez más y más común conforme la conciencia ecológica va creciendo (USA Today). Y es que el encontrar una forma cómoda de vivir sin los servicios prestados por el gobierno como drenaje, electricidad o gas natural, todo de forma natural, presenta múltiples beneficios para el ambiente, para la economía, e incluso para uno mismo.
Actualmente nos encontramos frente a un problema muy serio de contaminación, y después de recibir la noticia de que 2017 ha sido el año más caliente hasta ahora (The guardian), es urgente comenzar a tomar acción propia contra la contaminación y el calentamiento global, y la opción de adquirir, o transformar la vivienda propia en una earthship es un recurso útil y funcional para comenzar. Incluso si es difícil para muchos comenzar desde cero con una casa 100% autosustentable, vale la pena considerar instalaciones de celdas solares como alternativa a la electricidad común, y comenzar a adoptar estilos de vida más conscientes (basura cero, dejar de usar el auto y moverse en transporte público o bicicleta). En realidad no es necesario adquirir nuevas cosas para comenzar a cuidar del medio ambiente, sino simplemente reevaluar nuestro estilo de vida y las opciones que tenemos, para poco a poco dejar de ir consumiendo y volvernos todos más autosustentables.
