Vida sin color. Albinismo en Tanzania
La ausencia de pigmentación puede afectar a humanos, animales y plantas. El albinismo es una condición genética que ocurre por la ausencia de melanina en un cuerpo; este pigmento tiene la facultad de darle color a los ojos, el pelo y la piel.
Sin importar la nacionalidad, el género, raza, etnia o creencias religiosas, cualquier persona puede nacer con albinismo. Según la organización Under the Same Sun en la región de África Sub-sahariana, una de cada 15 mil personas viven con esta condición.
Las personas con albinismo deben de tener mucha más cautela con su exposición al sol, ya que su piel es más delgada que la del resto de la población y les puede ocasionar dolorosas ampollas. Al igual, tienen problemas de vista que no se pueden corregir usando lentes, lo cual incrementa la posibilidad de que terminen ciegos. A pesar de estas dificultades, esto no debería impedirles desarrollar una vida normal. Sin embargo, muchos pueden sentirse excluidos desde chicos.
Dentro de Tanzania, se calcula que alrededor de 150,000 personas son albinas. Las tribus tienen supersticiones por las que creen que los albinos pertenecen al inframundo; pueden ser considerados fantasmas o espíritus embrujados, poniendo su vida en riesgo desde el nacimiento.
En África, algunos mitos y tradiciones niegan que una persona albina tenga un "alma verdadera". Son perseguidos, mutilados o asesinados; sus piernas o brazos son vendidos en el mercado negro para utilizarse en rituales o como amuletos para atraer riquezas y buena suerte. Según la Cruz Roja Internacional, pueden comerciarse hasta por 75 mil dólares.
Se cree que mantener relaciones sexuales con una persona albina puede curar el SIDA, por lo que muchas mujeres en la región son acosadas y violadas desde muy jóvenes. Algunos curanderos en Tanzania creen que la sangre albina es muy valiosa y recomiendan beberla para curar todo tipo de enfermedades. Asesinos lucran de esta creencia y de la intolerancia. Claramente, acentuar estas diferencias sólo ha conducido a la deshumanización.
En Tanzania, los albinos son vistos como inferiores, por lo que matarlos no es grave. En otros países no se les mata literalmente, pero discriminar a alguien por su aspecto físico hace que estas tendencias extremistas no se logren erradicar.
El gobierno tanzano y las autoridades locales internan a niños albinos en escuelas especializadas, por el simple hecho de tener esta condición genética. Dichos internados han funcionado como refugios exclusivos, donde a pesar de estar protegidos, son alienados y también separados de sus familias. En vez de buscar métodos de integración y educar al resto de la sociedad sobre el albinismo, son aislados. No es abandono, es segregación.
En caso de que sobrevivan a todos los atentados contra su vida, es probable que mueran por cáncer de piel. La expectativa de vida para una persona albina en África es menor a los 30 años. Hay una educación nula para proteger la piel y muchos no tienen acceso a productos como bloqueador.
Este miedo no les deja salir al público, ya que son reprimidos; viven con miedo y desconfianza de ser perseguidos, lo cual limita su desarrollo. Se necesita aceptación y respeto.
El pasado 13 de junio fue el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo. Hay que ser incluyentes, no solo con las persona albinas, sino con la sociedad que nos rodea. Como mencionó El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres: "no dejamos a nadie atrás".
No "mutilemos" a las personas diferentes; el bullying y la discriminación se aprenden. La cultura de odio puede cambiar. Una sociedad que no reconoce los derechos y necesidades de las minorías frena su evolución. Este tipo de pensamientos son las verdaderas discapacidades que deberíamos tomar en cuenta.