Por Santiago Flores Chong

La explanada de la histórica alhóndiga de granaditas se transformó en una gran carpa de circo, donde gracias a la fusión de ritmos gitanos, de la polka, el jazz, el ska, chilenos oaxaqueños, entre otros, Triciclo Circus Band levantó a la gente de sus asientos con brillantes melodías que generaron un ambiente de alegría colectiva entre las y los espectadores que rondaban todas las edades.

El ensamble de nueve músicos surgió en 2009. Antes de llegar a los escenarios se presentaban en las calles del centro de la Ciudad de México.

La vibrante convivencia multicultural se refleja en los grandes visuales y coreografías que acompañan el espectáculo. El clown es parte de su personalidad, con sus narices rojas y sus vestuarios vagabundos; dan lugar a personajes inigualables de excéntrica apariencia.

Las risas no faltaron. El estilo circense de los triciclo rompió la barrera entre el público y el artista, interactuando con asistentes y espectadores que abarrotaban la banqueta con tal de poder disfrutar y moverse al ritmo de las distintas expresiones artísticas que proponían.

Triciclo Circus Band interpretaron un amplio repertorio de canciones que abarcó desde sus inicios hasta sus más recientes éxitos. Con el tema de “La ausencia”, la banda recordó a los seres queridos que hemos perdido como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, llenos de resiliencia y solidaridad, incitaron al público a no desistir y a seguir buscando el bien común.

El grupo no decepcionó en la edición número 49 del Festival Internacional Cervantino. Su característico estilo, inspirado en el circo callejero, transformó los callejones de Guanajuato en un performance circense.

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