Hace más de un año que me enteré de la existencia de la séptima edición de Star Wars Celebration que se llevaría a cabo en Anaheim. Sin saber qué estaría haciendo en esas fechas -del 16 al 19 de abril de 2015-, sin saber las actividades que incluiría el programa, sin saber en dónde me hospedaría y cómo pagaría mi estancia y mi vuelo, sin saber que el dólar estaría aun más caro, me aventuré a comprar mi pase para los 4 días de la convención por una sola razón que no necesita explicación: es un evento sobre Star Wars. Antes de continuar hay una confesión que debo hacer y me apena, y de algún modo, me enorgullece al mismo tiempo: hace un año y medio vi por primera vez todas las películas de la saga. Reconozco que me tardé mucho pero me siento afortunada de haber vivido hace poco tiempo esa fascinación, incredulidad y emoción. Al final de cuentas ¿a quién no le gustaría volver a vivir, a sentir y a maravillarse por primera vez?
Sí, no soy el tipo de fan que domina las locaciones y los personajes de la Galaxia y las narrativas transmedia que surgieron a partir de ésta. No me sé los diálogos de las películas, pero sí soy de los que usan La Fuerza para abrir los elevadores y las puertas automáticas. De aquellos cuyas publicaciones en las redes sociales son mayoritariamente sobre Star Wars y que disfrutan y no se cansarán nunca de aprender, de leer, de escuchar, de hablar sobre ello. Que con todo y el poco tiempo, admira, alaba y adora Star Wars.
Hoy 14 de abril, aterricé en Los Angeles para ir a recoger mi pase para la convención. Estoy agradecida y muero de impaciencia esperando que ya sea jueves para convivir con los fans de la saga, desvelarme formada toda la noche para asistir entre otras cosas, al panel de Kathleen Kennedy y J.J. Abrams, para ver a Jeremy Bulloch y saber más sobre el Episodio VII. Dispuesta a dejar ahí todos mis ahorros, a compartir mi experiencia con otros y a vivir cuatro días estando más cerca de la Fuerza que nunca. Si ya no vuelvo es porque por fin pude convertirme en Jedi.
@_DianaSu