Entre más posibilidades tengamos a la mano, elegiremos la menor cantidad de ellas. Aunque tal vez nos llame la atención cuántas puertas podemos tener en un pasillo, probablemente abriremos la misma en varias ocasiones y permaneceremos en aquel cuarto.
Somos seres predecibles erizos que nos aplacamos con nuestra zona de confort.
Durante un festival cuyo formato es el de un corredor cultural y por lo tanto sugiere la movilidad hacia distintos foros, pones a prueba que tan dispuesto estás a alterar tu propia estadística…
Van dando las 3:00 de la tarde y estoy entrando al Tara, mientras subo las escaleras en espiral cuadrada se va limitando la visibilidad y mis decisiones… Presiento que no pasaré la prueba, no visitaré otro espacio durante el Marvin…
El soundcheck dura unos cuantos minutos y después suben a la tarima del Tara el proyecto de los hermanos Sotomayor con banda completa.
Aprovechando el tiempo y dándole a la música, el conjunto liderado por Raúl y Paulina recibieron felicidad y baile de una público mezclado entre los fotógrafos, staff, amigos de la banda y uno que otro afín a la banda. Con unos pocos meses de haber comenzado el proyecto, y su primer álbum ‘Salvaje’ (Tropic-All, 2015) lanzado en marzo, su presentación fue una gran manera de introducirnos a su música con canciones como “Selva”, “Pajaritos” y su sencillo pegajoso “Cielo”. Ofreciendo un elemento sorpresa y especial a la tocada, invitaron a Alejandro de Belafonte Sensacional a que tocara la armónica durante canciones.
Como primer acto y mecha del foro, Sotomayor fue un gran detonador de ambiente y dispersor de nubes. Lo necesario para ir aflojando a los cuerpos para un lineup desvariado en estados de ánimo.
Al que le tocaba subir a la tarima era un productor que ha cautivado los oídos de aquellos que gozan de las exploraciones en la cumbia rebajada y el paisaje sonoro extraído de la naturaleza combinado con viento y golpes en la tierra. Conocido como El Búho, este individuo constantemente está haciendo música que se caracteriza por alzar el mood hacia algo alegre y en ocasiones produce una sensación envolvente.
Cuando se escucha el sonido del Búho se reciben abrazos andinos manifestados en frecuencias, evoca a la serenidad y la belleza.
https://soundcloud.com/meles-meles-records/sayaranigracht
La sesión de relajación a cargo del Búho consintió en un recorrido enfocado a la cumbia con una dosis más prendida de lo que se puede escuchar en su soundcloud, bajos más groseros y no tan hippies además de que constantemente se estaba mezclando y entrando otra canción. Algo así como un DJ Set de alguien que recicla PET y quiere que te prendas pero en vez de voces graves de raperos negros samplea pajaritos.
Uno de los momentos donde se reflejó la similitud (y probablemente amistad) que tiene con miembros del colectivo ZZK fue cuando tocó “Sueno en Paraguay” de Pedro Canale (Chancha Vía Circuito). La tranquilidad bajo el tragaluz del lugar era recibida sin queja alguna y el baile fue agradecido por El Búho.
De arriba-abajo la sintonía…pocos sabíamos que lo siguiente iba a subir bastante.
No había escuchado nada de Sunsplash, mientras veía como subía el realizador detrás del seudónimo (Alberto Stangarone) y su atractiva colaboradora (Clarissa Steed) a la tarima estaba intentando imaginar cómo sonaría. Sin tiempo suficiente para fantasear, el principio de su set aclara que ellos van a enfiestar como en los noventa.
Con un acompañamiento de voz sabroso en las secuencias houseras vieja escuela (aunque con más velocidad e inclinación hacia eso del Ghetto o Trap), cada canción iba escalando en la intensidad y derramando la dosis latina. Así como si fuéramos jugadores en el TuneSquad después de tomar del termo en los vestuarios, Sunsplash nos iba motivando mediante sus frecuencias a ponernos más looney que tunes.
Para afirmar la esencia noventera y de vivencia latina, en un momento atinado soltaron “Tiburón” de Proyecto Uno.
Sudado y animado, permanezco por unos minutos más antes de dirigirme al lugar donde transmitiré a las 7:00 pm y donde será el último recorrido de la noche antes de ver a una limosina descompuesta e interpretarlo como el final de la noche…
No logré cambiar los números que por los cuales auto-defino mi probabilidad de elecciones(y tal vez mi personalidad), me quedé sin abrir otras puertas…