Regresión de la memoria en 60 minutos: a 10 años del debut de Moderat
¿En qué medida el tiempo desgasta los elementos que rodean a los seres? Piezas que el mismo humano plasma como rastro de algo, de alguien. Lo que fuere, bocetos, fotos, o el disco como elemento de memoria. Un registro que carga en su espalda un contexto, un cúmulo de señales personales y colectivas.
¿Vale la pena mirar hacia 10, 15, 20, 25 años atrás? Meditaciones estacionales y existenciales. Esta reflexión trae consigo una estela perceptual en tiempo presente, entonces en ese punto y vale la pena hacer introspección. Revivir lo vivido es jugar con el presente. Aquí se vuelve fascinante la música corpórea, el disco como vestigio de un estado.
El año 2009 puede representar demasiadas cosas, Estados Unidos elige al primer presidente afroamericano en su historia, Usaint Bolt bate el récord en 100 metros planos… en música se trata de un océano incuantificable, aunque dentro de ello existe un punto focal común: su poder de hermanar. Estas sensaciones colectivas son palpables en un concierto, tras sentimientos similares de uno a uno.
Posicionar el año, además de otras coordenadas, focaliza en un proyecto específico. Aquel experimento sonoro surgido a principios del milenio, amalgamó al entonces incipiente proyecto Modeselektor y a Apparat y de ese punto neurálgico surgió Moderat. Un proyecto con poco más de una década de existencia y que cultivó un sonar propio permanente.
La primera placa fue suntuosa y elegante, un fino balance entre sonidos abismales, desoladores, sombríos, fríos y fluidos derivados de la instrumentación. Cuando salen a escena, la voz de Sascha genera implosiones enternecedoras. Revivir el homónimo de Moderat es una gratificante meditación y un rito bailable en un solo acto, atribuido al valor estético sonoro.
El trío siempre comprendió el techno, deep o dubstep desde un punto evolutivo y progresista, sin que sus discos necesariamente manejen un concepto sonoro propio de principio a fin. Simplemente en un plano panorámico, la música de Moderat es divisible y cada partícula conforma una ola con ritmo propio. Con escenas álgidas y terráqueas.
Piezas difíciles de quitar de la conciencia que constantemente permean la cabeza y el efecto no va hacia otro lado sino al dibujo de imágenes. La producción de música basada en la sinestesia, tendría forzosamente que poseer un efecto similar, por ejemplo bajo los sonidos de “New Error”, “Seamonkey” o la inolvidable “Rusty Nails”. Piezas que parecen tener vida propia.
Como parte del balance pertinente que envuelve al álbum, se encuentran las inclusiones de voces de algunos invitados, lo que germinó en una simbiosis que abona al ritmo del disco. La inclusión del multi instrumentista alemán Frank Delle y el legendario rastafari dominicano Paul St. Hilaire, dueño de un registro y habilidad vocal única.
Luego de la aparición de “Auf Kosten Der Gesundheit”, aquel experimento fallido en el lejano 2002 entre el Modeselektor y Apparat, se dijo que Moderat no prosperaría. Hoy se saben cómo un proyecto memorable gracias a la sutil mezcla de cada una de sus mentes o que para fines musicales funciona hacer referencia, la fusión de corrientes y sensibilidades con el hip hop y estructuras pop sintéticas, cobijados por una herencia musical particular en Alemania: el techno.
Moderat representa sensaciones para cada persona que reposó sus sentidos en ellos, su disco debut simboliza un manojo de emociones que se unifican gracias a las resonancias que tiene. Esta banda del 2009 podría ser como obertura tenue, atmosférica y etérea de lo que vendría en años posteriores con el II y III. Una mezcla lenta instrumental levitativa que nos recuerda que vale mucho tenerlos vivos entre nosotros.
Escucha el #Vintage909 completo aquí: