por Francisco Hernández @pakosomx
No hace falta que seamos la Alemania dividida para sufrir por la separación de los muros y murallas. El Distrito Federal –o la CDMX como nos la han venido vendiendo–, y en general, todo nuestro país, tienen los propios.
El pasado 15 de septiembre, el gobierno del D. F., en coordinación con el Estado Mayor Presidencial y la Segob, impidieron el paso de los manifestantes que marchaban rumbo a la plancha del Zócalo, para mostrar su rechazo ante el gobierno peñista, representado por un régimen lleno de errores, omisiones y a todas luces, dolosos actos represivos y corruptos.
Ese día, miles de personas, en su mayoría jóvenes, tomaron su derecho de libre manifestación, para hacerse oír y llegar en paz ante un presidente que se ha mostrado ciego y sordo, como todos los formados en las filas de su partido.
La muralla impuesta por el régimen fue construida no sólo con vallas y policías federales, también con miles de acarreados, cada uno como un ladrillo más del muro. Reforzado éste con la dureza del también muro informativo de los medios oficialistas que callaron esta protesta.
Lo anterior no es sorprendente por parte del régimen: lo visceral es el doble discurso del Jefe de gobierno, que a la par de cercar la protesta pacífica, anunciaba gratis el mega-concierto de Roger Waters –ex bajista de Pink Floyd– en el mismo Zócalo.
Waters, que en esta gira presenta una sorprendente revisión de su época dorada con Pink Floyd, continúa en su línea contestaría e insurgente en contra de los opresores de la sociedad. Protesta que vive a través del concepto que ha influido a sus seguidores en todas estas décadas.
De pan y circo se alimenta la ignorancia que nutre los actos represivos. Aquí caben algunas preguntas sobre el mega concierto del próximo sábado 1 de octubre: ¿Alguien le habrá contado ya a Waters sobre los muros y murallas mexicanos? ¿Le zumbaron los oídos a Peña y le puede significar el discurso de Waters de la noche del 28? ¿El mismo Roger sabrá qué las barricadas más peligrosas para México, no están en los planes de Trump, sino en los actos de su gobierno? ¿Sabrán Peña, Trump y Mancera que sus barreras, mentiras y amenazas, no se pueden ocultar bajo el eclipse de la Luna?
Y la más importante de todas: ¿Los asistentes alzarán el puño en muestra de resistencia, o será por mero entretenimiento? Porque al final, como Waters dijo en su mensaje de consigna, antes de tocar “Animals”... “Si no estás enojado, entonces no estás poniendo atención”.