[Monedita de Oro] Coleccionismo, Saqueo y Mercado en Latinoamérica por Mario Galeano

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Por Claudia Jimenez

Hay razones poderosas que preceden el interés de Daft Punk por editar su disco en vinilo, desde hace mucho a esta fiebre del oro, le precede una mucho más voraz y profunda que abarca prácticas que le dan sentido a la conservación de la música en este formato, prácticas apasionantes y frenéticas que no sólo generaron gustos y tendencias en la música sino que elevaron los precios de la música en acetato hasta alcanzar precios estratosféricos. El coleccionismo es una de las prácticas más frecuentes y respetables en la cultura del vinilo. En esta semana de aniversario dedicada a este tipo de formato, y a sus feligreses, hablamos con Mario Galeano, coleccionista colombiano que participó en nuestro programa de aniversario Monedita de Oro 12’’. Para este, Mario se extendió en una disertación que habla puntualmente sobre las dinámicas de esta pasión, que ya estableció un mercado con una moneda específica,. Para entender el fenómeno del coleccionismo en Latinoamérica hemos transcrito la plática que nos envió, sobre su experiencia como coleccionista.

Por Mario Galeano

Para hablar del fenómeno del vinilo en Latinoamérica tenemos que ver también la forma como se movió el fenómeno internacionalmente y cómo ha cambiado la dinámica en los últimos años.

Yo lo que veo en Latinoamérica es que hubo una ruptura muy fuerte con el formato y los discos muy rápido se perdieron de las casas, la gente empezó a deshacerse de ellos. Es algo que no sucede con los libros y eso me ha llamado mucho la atención, ver cómo las bibliotecas de las casas conservan una historia: están los libros del abuelo, del bisabuelo, de los padres y hay como toda una historia de 100 años ahí. En las casas no se conserva el mismo sitio importante para los discos. Definitivamente si uno fuera a mirar la colección de discos de una casa esta diría muchísimo de qué tipo de familia es, qué tipo de familia era, que tipo de música escuchan, qué tipo de fiestas tienen, qué tipo de intereses tenían.

Entonces el fenómeno del vinilo, desde el punto de vista de haber sostenido una cultura musical en Latinoamérica, yo creo que se perdió un montón, y yo lo que veo es que durante estos últimos años ha cambiado muchísimo el ambiente. Yo soy un coleccionista joven, llevo más o menos unos 15 años coleccionando y durante estos 15 años he visto un cambio muy radical en la forma en la que la gente se acerca al formato en Latinoamérica. Por ejemplo: los precios son el principal indicador de que las cosas han cambiado mucho, este tema de los precios particularmente, creo que tiene que ver con la masiva exportación y a veces se podría denominar saqueo de los discos de Latinoamérica hacia otras regiones, especialmente Europa, Estados Unidos y Japón, donde ha venido creciendo el interés en los sonidos tropicales y donde, durante los ochenta y noventa, hubo un interés muy grande por el Rock de Latinoamérica cuando los coleccionistas vinieron a llevarse todo el garage y el surf…durante los noventa. Ya cuando eso se acabó, para los años 2000 vinieron un nuevo tipo de coleccionistas a llevarse la música tropical, entonces es bien interesante ver cómo la llegada de estos señores, coleccionistas de todo el mundo hizo que los precios subieran de una forma increíble. Hasta el punto que, en los mercados locales, el estándar internacional de precios es el que predomina. Si tú vas donde un vendedor relativamente joven y que esté conectado a Internet, muy fácilmente te van a decir “es que este disco cuesta en e-bay 200 dólares entonces usted me tiene que dar 150 dólares” por ese lado es bastante impresionante pensar que te están cobrando en una moneda que no es la moneda nacional y segundo que están utilizando unos estándares de mercado que vienen de otros lados.

En e-bay y discogs que son los sitios donde se mueven estas ventas internacionales de discos, yo creo que sí han sido una de las cosas desafortunadas para la gente que quiera seguir encontrando piezas interesantes de música porque básicamente ya están fuera del alcance del bolsillo. Ya no se pueden comprar porque el gringo va a llegar con la plata a comprarlas, y contra eso no se puede pelear.

Por mi lado, tuve la suerte de haber estado buscando discos antes de que empezara este frenesí del coleccionismo internacional de música tropical porque en los últimos años cada vez se ha vuelto más difícil encontrar cosas. Por ejemplo las ciudades grandes como Colombia, Bogotá, Medellin, Cali y Barranquilla son ciudades donde cada vez se encuentran menos discos, entonces en los últimos años, en mi caso, me ha ido mucho mejor buscando en ciudades intermedias, por ejemplo en Colombia serían ciudades como Armenia, Tuluá, Ciénaga, Santa Marta, que son otras ciudades donde no hay tanta circulación de compradores de discos.

De todas formas el coleccionismo de discos pues tiene muchas facetas: hay un tipo de coleccionismo bastante basado en el fetiche, basado en la pieza, en la calidad de las carátulas y en la calidad del arte. Y se vuelven unos objetos de colección muy encerrados dentro de casas, donde el coleccionista es envidioso de mostrar sus cosas.

Hay otro tipo de coleccionismo que es un poco más abierto y con un enfoque más social, que sería estar mostrando, haciendo fiestas, poniendo los discos en blogs, poniéndolos en Facebook para que la gente escuche, conozca, aprenda y hay muchas facetas de la forma en la que se acerca al coleccionismo.

Definitivamente el coleccionista sí hace una labor, bien sea si está poniendo los discos o no, si es egoísta o no, si es abierto con su música o no está haciendo una labor de conservación fundamental para mantener ese repertorio cuidado, para tenerlo en un sitio seguro donde no se vaya a mojar, quemar o romper. Por ese lado el coleccionista está haciendo una labor importante que ya trasciende la cosa egocéntrica o ególatra de poseer una pieza, que es preservarla para nuevas generaciones, preservarla para los años venideros y guardar piezas importantes de la música latinoamericana.

Foto: vía Los Pirañas

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Impala // lunes (maldito) 17 de junio