Por Cristopher Echenique (@Echenique_Mx)
Michoacán, Guerrero y el Estado de México son las principales entidades de procedencia de las personas desplazadas de sus localidades de origen a causa de la violencia que viven en ellas, la mayoría llega a la frontera norte con la intención de solicitar asilo político al Gobierno de Estados Unidos, proceso sumamente complicado y casi siempre fallido. Por lo que al ser rechazada su petición, terminan asentándose en ciudades fronterizas como Tijuana, situación que demuestra que el Gobierno mexicano no cumple con su obligación de garantizar la seguridad a los ciudadanos.
De acuerdo al informe "Vidas en la incertidumbre: la migración forzada mexicana hacia la frontera norte de México ¿Y nuestra solidaridad?", elaborado por la Coalición Pro Defensa del Migrante A.C. y American Friends Service Committee-LAC, se ha presentado un cambio en el perfil de los migrantes mexicanos que llegan a la frontera, pues ya no buscan pasar a Estados Unidos por empleo, sino que salen de sus lugares de manera forzada por motivos de violencia. Además, el reporte señala que este es un fenómeno “invisible” para el gobierno federal y autoridades locales.
Según Guillermo Alonso Meneses, investigador del Colegio de la Frontera Norte “es un tema poco explorado”. El investigador asegura que el desplazamiento comenzó a darse en manera de “goteo”, cuando los grupos del narcotráfico se involucraron con el trasiego de droga a EU a mediados de los años ochenta.
Fue a partir de la “guerra contra el narcotráfico” del presidente Felipe Calderón en 2006, que comenzó a registrar se un alza significativa en los desplazamientos en ciudades donde los delitos dolosos, homicidios y secuestros repuntaron exponencialmente.
De acuerdo con información proporcionada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la cantidad de solicitantes de asilo político y de refugio, disminuyó de forma sostenida a partir del año 2000, sin embargo desde el 2010, esta tendencia comenzó a crecer nuevamente hasta llegar a su punto más alto en el 2014.
En entrevista para Ibero 90.9, el Doctor en Relaciones Internacionales y coordinador del Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) de la Universidad Iberoamericana, Javier Urbano Reyes, señaló que la figura de "desplazado" es un tipo jurídico complejo que aplica para quienes migran por motivos de violencia y conflictos armados de forma masiva y constante, y están contemplados en los códigos de derecho internacional humanitario, como es el caso de los desplazados por el conflicto colombiano o por la guerra en Siria, donde existen grupos armados que buscan el poder.
En cambio, en México se trata de víctimas de la violencia, principalmente por la operación de carteles de la droga que orillan a los campesinos a abandonar sus comunidades de origen por temor a algún tipo de represalia por no ceder sus tierras a estos grupos delincuenciales, situación que se da mayoritariamente en entidades como Guerrero y las zonas estratégicas utilizadas para el tráfico de droga. También admitió que es un fenómeno muy actual, para lo que no hay todavía métodos de medición exactos, además de pronosticar que seguirá en aumento, y por lo tanto, organismos nacionales e internacionales como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, deberán voltear a ver este tema.
Destacó que la violencia criminal, en su mayor parte relacionada con el trasiego de droga, desde la producción, distribución y venta, y por ende, la presencia de fuerzas federales, son factores que han desatado un escenario en el que la corrupción juega un papel muy importante. Sin embargo, existen otros motivos por los que se solicita asilo político, como la discriminación a minorías vulnerables además de los casos de periodistas auto-exiliados que se ven obligados a continuar trabajando desde el extranjero.
https://www.afsc.org/sites/afsc.civicactions.net/files/documents/Vidas%20en%20la%20Incertidumbre.pdf