Una tímida mujer parisina, de piel muy blanca y flequito sobre la frente, estudiaba música clásica en un conservatorio élite en Francia. Calladita y sentada con su violonchelo, Melody Prochet pensaba más en la música indie que en lo que tuviera que estudiar; así que un buen día decidió no presentarse a un examen con el que obtendría un diploma; hubiera sido increíble que aventara su violonchelo frente a los examinadores - justo como hace un rockero con su guitarra - pero eso no pasó.
Lo que sí pasó es que un día en un bar conoció a Kevin Parker, el líder de Tame Impala, y así fue como Melody's Echo Chamber empezó a abrir los conciertos de estos australianos, hasta que Parker se ofreció a producir su álbum debut. Gracias a que los antecedentes musicales de Parker eran opuestos a los de Prochet, ella pudo romper todo ese rompecabezas que había armado con partituras en su cabeza, para volver a acomodar las piezas en algo un poco más experimental.
Parte de las grabaciones fueron en Perth, Australia, en el estudio de Parker; y parte en el sur de Francia, en la casa de sus abuelos, donde ella pasó gran parte de su infancia. La parte musical se hizo en Australia y muchas veces se utilizaron las primeras tomas de lo que grababa, mientras que las vocales se cantaron en Francia, con la tímida Melody parada sobre las escaleras que daban a la sala, como si tuviera un público invisible.
El disco abre con "I Follow You", un dulce dreampop con cuerdas sucias que pudieron haberse grabado hace muchos años. Le sigue "Crystallized" con tintes de kraut al comienzo que se desatan en una tranquila melodía acompañada de una suave voz. En general las canciones son muy tranquilas y es fácil identificar la presencia de Parker, con aquellos sonidos futurísticos que se hacían en los años sesenta. En "Some Time Alone, Alone" se puede apreciar un poco más de limpieza musical, con sonidos de rock progresivo un poco fresa. Hay sólo dos canciones en la lengua materna de madmoiselle Prochet, que de alguna manera hacen más sentido que las canciones en inglés, parece que existe una relación más unida entre su voz y aquellos sonidos viejos.
A Melody de repente le gusta trabajar como au pair, pues le encantan los niños, por eso el disco cierra con "Be Proud of Your Kids", donde lleva integrada la voz de una niñita de seis años que Melody cuidaba, y mientras jugaban cartas, la infante empezó a cantar. Como dato curioso, aquella voz fue grabada con un iPhone.
El álbum completo se podría pintar de colores pastel eléctricos, combinados con neón. Parece que tuviera polvo encima. Esto no quiere decir que suene mal, sino que no suena innovador. Sin embargo, es un disco interesante, en donde la colaboración entre un músico clásico que decidió romper el esquema en el que venía ensayando por años, con un productor que a su vez lidera una de las bandas con más peso dentro de la escena de rock psicodélico actual. Está bueno para sentarse en el sillón de flores que está en casa de la abuela, con un whisky en las rocas que debe de durar todo el disco completo - de preferencia en formato LP - e imaginarse como un tranquilo adolescente que vive en los años sesenta.
http://youtu.be/v29I0srhPwg