A veces el amor no tiene un final dulce y feliz cómo en una película o un cuento de hadas, simplemente suele ser problemático y destructivo. El romance entre el bajista Sid vicious y Nancy Spungen fue un claro ejemplo de ello. La perdición de Vicious fue aquella rubia platinada con rizos salvajes. La pareja más famosa de la era del punk se vio embestida en demasiados problemas desde el inicio en 1977 dónde después de haberse conocido, inmediatamente comenzaron una relación. Ella era una adicta a la heroína y Vicious, ya creía en su propia imagen de "vive rápido, muere joven".
"Todo el mundo quería estar con Sid, pero desafortunadamente llegó Nancy. Ella tenía una piel increíblemente gruesa, era una de las personas más desagradables que he conocido. Todos podían ver a través de ella, excepto Sid." - Montell Jordan.
Aunque estaban profundamente enamorados, su violenta y turbulenta relación tuvo un efecto desastroso en los Pistols. Tanto el grupo como Vicious se deterioraron visiblemente durante su tour por los Estados Unidos de 1978. Considerandola como la “Yoko Ono” del punk. Con Spungen actuando como su mánager, Vicious se embarcó en una carrera como solista durante la cual actuó con músicos como Mick Jones de The Clash, el bajista original de los Sex Pistols Glen Matlock, Rat Scabies de The Damned y Arthur Kane, Jerry Nolan y Johnny Thunders de los New York Dolls.
Era muy predecible que la relación entre el músico y la nauseabunda Nancy no terminaría con un bello final. En la mañana del 12 de octubre de 1978, Sid despertó y encontró en el suelo del lavabo del cuarto del hotel (cuarto 100 del Hotel Chelsea, en Nueva York) el cuerpo apuñalado de su amada, el cual yacía desangrado. Vicious fue arrestado y acusado de su asesinato. Y aunque aún no se concreta cuál fue la causa de la muerte de la novia del bajista; el en una de las notas que le encontraron después de su muerte decía:
"Teníamos un pacto de muerte. Tengo que llevar a cabo mi parte del trato. Por favor, enterradme cerca de mi nena, con mi chaqueta de cuero, mis vaqueros y mis botas de motorista. Adiós.”
Y así fué, cuando en una fiesta de celebración por su rehabilitación, el obtuvo algo de heroína, y pidió a Michelle que le inyectase, el cuál se negó a hacerlo y fue su madre quien le dio una sobredosis suficiente para matar a dos personas. Esto es un acto que recuerda al clásico de Shakespeare Romeo y Julieta.
Noemi Cortez
@memiconfetti