Maroma presenta “Templo” de Fernanda Caballero
El pasado 12 de octubre, la galería itinerante Maroma, presentó “Templo” de la artista Fernanda Caballero. Maroma es una galería fuera de lo convencional, que promueve y crea espacios para el arte, mediante una galería en movimiento, que se presenta en distintas locaciones de la Ciudad de México.
El concepto fue creado por Samantha Calderón y Alejandro Perez, quienes se conocieron por su interés mutuo en apoyar el arte emergente. Este par de promotores inquietos busca revolucionar la escena de arte en México, integrando la belleza y arquitectura de espacios fuera de lo común con el trabajo de diferentes artistas. Maroma se caracteriza por utilizar lugares como construcciones abandonadas, bodegas y edificios antiguos para transformarlos en espacios de expresión artística.
El evento inició alrededor de las cuatro de la tarde, en un antiguo edificio en la colonia Roma. La majestuosidad del lugar junto con las coloridas piezas de la artista, creaban un espacio muy estético con una atmósfera creativa. El lugar era muy amplio y aun así las piezas de Fernanda cubrieron casi cada rincón de él. Las pinturas buscan relacionar la emoción que había detrás del color y la forma. La artista quiere que su trabajo sea una ventana a lo que ella considera es lo más importante en el proceso creativo: el momento presente.
Ella ha encontrado inspiración en la historia de los textiles y sus técnicas, las cuales por lo general y en la mayoría de culturas son trabajadas por mujeres. Este trabajo es asociado con la labor manual, la paciencia, el detalle y el reciclaje. Fernanda ha trabajado con todos estos temas buscando desarrollar un lenguaje que exprese su condición en el presente. En la pintura, Fernanda encontró una manera de expresarse como una extensión de su cuerpo en movimiento. La exposición trata de las formas en que el lenguaje de la pintura se suma al lenguaje corporal.
La artista realizó dos performance en vivo donde realizaba piezas en el momento. Las personas guardaron silencio y prestaron atención al proceso creativo. El hecho de poder apreciar la creación de una pieza, le otorgó un sentido mucho más personal a la exposición. En cada creación de una pieza, le otorgó un sentido mucho más personal a la exposición. En cada performance se creó una pintura única, y ambas estuvieron a la venta. Para finalizar la noche, hubo una presentación musical de Joaquina Mertz y Agustín Ayala. La voz angelical de Joaquina y el teclado maestro de Agustín fueron el cierre perfecto para una noche llena de arte, amigos y cultura.