Khruangbin, un poema de psicodelia y rock and roll
Guitarra, bajo y batería, por años, esa fue la fórmula del Rock and Roll. Los grandes Power Tríos, encabezados por Cream, prendieron fuego a los posibles caminos que la desnudez del sonido que sólo tres almas podrían generar. Khruangbin lo hace, pero también sabe quemar lento y a paso fino.
Como en las viejas historias de los que ahora catalogamos como clásicos, Khruangbin nació de los ensambles gospel de las iglesias del sur de los Estados Unidos, el guitarrista Mark Speer y el baterista Donald Ray "DJ" Johnson Jr. vivieron esa primera experiencia que los unió por destino a las cuatro cuerdas de Laura Lee. Gracias a ello, y muchos otros factores, los asistentes al Corona Capital 2021 fueron testigos del alucinante viaje que este trío es capaz de lograr en la tarima.
Llegadas las 7 de la tarde del primer día del festival, Khruangbin tomó las llaves del escenario Cero y nos llevó entre sus cuerdas, por diferentes sonoridades de la música popular de los últimos 50 años, desde el Bam Bam de Sister Nancy, hasta los salvajes riffs de AC/DC, pasando por el surf y el garage de Dick Dale, The Shadows, Elton John, hasta llegar a un delicioso coqueteo con la música disco, en especial en People Everywere, rola de su primer álbum que inevitablemente trajo a los Bee Gees a nuestro imaginario, todo esto mientras una bola disco flotaba sobre el tejano trío psicodélico. Hace unas décadas, en los años de mayor segregarismo musical, nadie habría imaginado tal escena.
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Pero vayamos por partes, e intentemos descifrar cómo ocurrió todo esto, el show abrió con “Time You And I”, sencillo de su más reciente álbum “Mordechai” donde el bajo de Laura Lee, quien se posicionó del lado derecho del escenario con su ya icónico vestido traslúcido, bajo eléctrico blanco y cabello extremadamente lacio, silenció al público con esa poderosa línea acompañada de un cúmulo de guitarras y la base rítmica de Donald Johnson.
Inmediatamente llegó “August 10”, y con ella la primera referencia a la música jamaiquina. Después de dudarlo por unos segundos, la fiesta llegó cuando de manera colectiva y casi al mismo tiempo, quienes estábamos ahí nos dimos cuenta de los guiños a Sister Nancy, “Bam bam dilla, bam bam… Bam bam dilla, bam bam...” así una y otra vez.
Más psicodelia llegó, con el arribo de “So We Went Forget” y “Lady & Man” para dar paso a “Pelota”, donde el segundo apellido de Laura Lee (Ochoa) se hizo presente. El tercer sencillo de su reciente álbum es de las pocas canciones de la banda con letra, es cantada en español y contiene pasajes que nos recuerda a la música tradicional mexicana, en esos intercambios líricos que la acompañan la mayor parte del tiempo.
Después de esto, demostraron lo ruidosos que pueden llegar a ser con una pizca de “Back In Black” de AC/DC que fue unida a “Bennie and the Jets” de Elton John. La influencia del oriente siguió manifestándose con su propia versión de “Misirlou”, rola de la que Dick Dale tomó escalas folclóricas de esa región del mundo de la que Khruangbin se ha inspirado desde el arranque de su carrera.
Traducida literalmente, la palabra tailandesa Khruangbin significa “motor volador” y aplica perfecto para cuando el trío se conecta en el escenario, un aeroplano con capacidad de llevar a miles de pasajeros a través de un viaje lleno de psicodelia, soul, funk, disco y un largo etcétera de ritmos que conviven entre lacias cabelleras y el místicismo que el grupo tiene a su alrededor.
Khruangbin continuará rodando, después de su paso por México y sus artes en las trajineras de Xochimilco, llegarán a Alemania y Suecia. El Corona Capital se ha ido, pero nos ha dejado, como en cada edición, actos de altura internacional. Esa experiencia, en un contexto global como este, siempre merece un agradecimiento.
“That's life, If we had more time, We could live forever, Just you and I, We could be together”
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