Huachicolero: la juventud atrapada

Huachicolero: la juventud atrapada

En algún lugar de Irapuato, Guanajuato, Lalo quiere ser novio de Ana, su compañera de la secundaria. La presión social y las expectativas sobre lo que las relaciones deben ser, hacen que Lalo quien es un chico que vive en la pobreza quiera comprar un smartphone para regalarle a Ana y conseguir que sea su novia. Y ahí empieza todo el vaivén pues, para ganar más dinero decide meterse al robo de combustible, es decir, el huachicoleo.

Edgar Nito propone en su primer largometraje una historia dramática que enlaza las relaciones personales con estructuras criminales que desembocan en violencia. No le interesa el tema del huachicoleo, desde una vista política o económica, sino desde la historia de jóvenes que van entrelazando sus deseos y expectativas con un contexto sin oportunidades para su desarrollo y un desentendimiento de ellos con los otros.

La película Huachicolero, fue la película inaugural del Guanajuato International Film Fest (GIFF) en su edición XXII, con grandes expectativas el festival guanajuatense recibió a su oriundo. Edgar Nito ha sido apoyado por el festival a lo largo de su joven trayectoria desde sus primeros cortometrajes. El mismo director, se pronunció a favor y en agradecimiento al festival pues, cuando era más joven asistió a él y así decidió que quería hacer cine.

El director nacido en Irapuato ha tenido gran éxito con su ópera prima, al haber ganado el premio Best New Director en el Festival de Tribeca en Nueva York, además, ya ha tenido exhibiciones en otros festivales en Corea y de forma indiscreta, nos dijo en Europa ya los han invitado a presentar la película. Además, ganó el Premio de la Prensa en la edición del GIFF 2019.

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Los hombres protagonistas (Lalo y Rulo) de la película dicen desear a Ana y querer su posesión, ya sea entendido como amor o sexo, sin embargo; son incapaces de relacionarse con ella de manera profunda y para obtener “su favor”, sienten que deben “comprarla” por medio de regalos. Lo cual es un retrato crudo de como se entienden las relaciones entre los géneros, los hombres “deben ser proveedores” y las mujeres “receptoras”, haciendo de las relaciones de amor, compañerismo o sexo sean una especie de intercambio.

Así los hombres jóvenes de esta película entablan un compañerismo dado que juntos realizan el robo de combustible, pero después el mandato de ser “los dueños” de Ana, los lleva a una vorágine de violencia que se inserta en medio de una red criminal avalada por la impunidad y corrupción de la policía, retratada por la figura del comandante.

Lo que parece una historia de amor, en realidad, retrata la incomprensión de los otros y la suposición a partir de mandatos que devienen de la sociedad y no de los sujetos mismos. Los hombres entendidos como proveedores, quienes utilizan la violencia como único método de resolución de conflictos y las mujeres brillan por la ausencia en la cinta cinematográfica pues, los personajes nunca las escuchan, no hay una escucha de su voluntad; simplemente se “lucha por ella”.

Con imágenes impactantes, ojalá pudiera decirse que el director pecó de impulsivo o exageró las escenas, sin embargo, frente a la violencia y los métodos de guerra que se viven en México donde los cuerpos destrozados, las decapitaciones y las muertes por arma de fuego son una terrible realidad y no un invento de la ficción cinematográfica, el director deja bien claro una postura de no minimizar lo que efectivamente sucede.

Los actores de la cinta realizan un excelente trabajo, llaman la atención el protagonista Lalo, quien también es Lalo en la vida real, Eduardo Banda quien sin educación actoral fue hallado por el director de la cinta al estar pintando el teatro donde estaban realizando el casting. La intención de Edgar Nito, fue hallar un joven de Irapuato que le pudiera dar la veracidad al personaje. El resto del casting está formado por Fernando Becerril, Regina Reynoso, Leonardo Alonso, Pedro Joaquín y Pascacio López.

Eduardo Banda, como Lalo, protagonista de la cinta. Imagen: El Sol de México

Eduardo Banda, como Lalo, protagonista de la cinta. Imagen: El Sol de México

Por supuesto que fuimos a la caza de Edgar Nito para poder entrevistarlo en el GIFF19, y le preguntamos acerca de la influencia del festival en su vida como realizador y sobre su primer largometraje.

Ibero 90.9: Sabemos que el GIFF esta ejerciendo una lucha por su sobrevivencia y tú mismo has dicho que ha sido muy importante este festival en tu decisión sobre hacer cine. Cuéntanos sobre ello.

Edgar Nito: El GIFF es un semillero de talentos, empezó como un festival de cortometrajes cuando era Expresión en corto, y mucha gente que está haciendo o intentando hacer largos venían en ese entonces, de aquí en el estado en particular, porque nos quedaba gratis. Entonces, eso ha inspirados a muchos cineastas. A lo mejor, yo ahorita estoy haciendo pero vienen muchos más y eso es producto de que tienen un festival gratuito de cine. Eso no sé, si era la idea o era el turismo pero, culturalmente empapa a mucha gente local y motiva a que se empiece a hacer producción local o con gente de aquí.

Cuando empecé a venir aquí, los cortos que más me gustaban tenían el logotipo del CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica) y apunté mi vara para allá. Entonces hice mis cortos, el primero lo presenté aquí (GIFF) y gané. Y ahorita inaugurar es todo un honor.

Edgar Nito y el crew de Huachicolero durante el GIFF 2019 foto: Milenio

Edgar Nito y el crew de Huachicolero durante el GIFF 2019 foto: Milenio

Ibero 90.9: No hay lugar a duda que tu película nos sitúa en Irapuato, Guanajuato. Hay una intención determinada por referirnos a este lugar. ¿Cómo fue el proceso de investigación sobre el Huachicoleo y cómo lo uniste a tu propia perspectiva sobre la comunidad donde naciste?

Edgar Nito: Como tal no había mucha información, era un poco lo que se escuchaba. Por ahí se decía, ´los huachicoleros hacen eso´, era como lo que se hablaba e investigando en internet, ni siquiera sabía si buscarlos con “G” o con “H” y veía algunas cosas en los medios locales. Entonces, mucho fue a partir de nuestra imaginación y nos asesoramos con algunos ingenieros de cómo podría hacerse.

En el tema de la construcción dramática de una historia de amor fue el contexto.

Yo, por ejemplo, hace muchos años siempre que regresaba de la Ciudad de México, veía a la refinería de Salamanca y decía ´ Un día quiero hacer algo con esto´, cuando llega el momento uno trae una idea y no sabe donde va acabar. Tenía hace muchos años esa chispita y cuando escucho del huachicol, empecé a juntas esas piezas y ahí queda la refinería.

No todo el cine debe ser capitalino, debe de haber propuestas de todo el país y el mundo. Estamos viviendo una época donde en cada rincón del mundo se hacen películas bien distintas. Esto va a crecer y habrá historias de todos lados. Ahora hay una de Irapuato y hay miles de ciudades de México que nos podrán hablar de sus historias. Quería que la película sonará y se viera a Irapuato, por eso está Eduardo con nosotros y la mitad del crew es de la ciudad.

Edgar Nito director de Huachicolero, en entrevista para Ibero 90.9 durante la edición del GIFF 2019. Foto: Ekatherina Sicardo

Edgar Nito director de Huachicolero, en entrevista para Ibero 90.9 durante la edición del GIFF 2019. Foto: Ekatherina Sicardo

Ibero 90.9: En la conferencia de prensa dijiste “Eran las consecuencias lógicas” refiriéndote a las acciones del protagonista de la película. Cuando te escuché me llamó la atención, porque pareciera que es su culpa individual, pero, en la película hay todo un trasfondo donde el protagonista no tiene acceso a ciertos bienes, es más, ni los conocía hasta que su contexto social se los exige o lo excluye por no tenerlos.

Edgar Nito: Eventualmente cuando escribes el guión empiezas a desarrollar a tus personajes a partir del drama y cómo moverlos, realmente no estás pensando en todo el contexto hasta que empiezas a sobre analizarlo después. Pero, tu inconsciente y tu background se pone en automático. Tú a lo mejor piensas “la historia de amor y la pelea” pero sacas otras cosas que te interesan. Yo creo, que Huachicolero, más allá de ser una crítica a la situación violenta del país, al huachicoleo en sí o al gobierno, sí tiene que ver a una crítica al sistema capitalista donde nacimos y que es casi imposible de escapar. El cual genera estas circunstancias aquí y en todo el mundo, el deseo de tener algún objeto, genera que haya diferencias sociales y al final, se desarrollen cosas como es el crimen organizado

Ibero 90.9: Los personajes femeninos en la película sólo se entendían a través de los hombres, tenían un papel a través de los deseos de ellos hacia ellas y no por sí mismas. La película es sumamente masculina hasta en la forma de entender el poder y arreglar los problemas por la violencia.

EN: Sí, también yo crecí en una situación así, no en el huachicoleo, pero sí en una situación machista. Ése es el contexto donde me tocó crecer y este tipo de situaciones las vi todos los días. Eventualmente tiene que cambiar nuestro sistema pero, no puedo dejar de contar lo que me ha tocado ver y al mismo tiempo, siento que eso es una crítica hacia esos personajes. No habla bien de ellos para nada, nadie obtiene nada de estos dos personajes sumamente masculinos; que lo único que les importa, ni siquiera es el cariño de ella, no saben lo que quieren y no logran nada de lo que quieren; están perdidos en el mundo. No tienen nada de eso que supuestamente quieren y ni están seguros si lo quieren.

Es una presión social a la que están reaccionando y creo que sí, tiene algo de mi crítica desde mi punto de vista como varón de la sociedad machista donde me tocó nacer. Entonces, abordó desde los personajes masculinos que son los que más conozco.

Escena de la película, Huachicolero, donde aparecen los personajes de Lalo y Ana. Foto: publimetro

Escena de la película, Huachicolero, donde aparecen los personajes de Lalo y Ana. Foto: publimetro

Ibero 90.9: ¿Y para ti qué significo ponerte en este papel de observador? Porque eres el director, pero, también participaste en el guión.

EN: Cuando empiezas el proceso creativo no lo ves, cuando te tocan varias proyecciones comienzas a ver las cosas que salen por aquí y por allá. Yo lo que hago en el proceso creativo es escupir lo que quiero decir, eventualmente el trabajo te lleva al trabajo de construirlo y de darle lógica dramática. Cuando ves las proyecciones te das cuenta de lo que viviste y como lo plasmas. Sinceramente creo que es tu inconsciente escribe mucho.

La gente si lo ve, lo que tu traes en el inconsciente es lo primero que ve. Y eso esta bien, es la manera en que uno como artista expresa lo que trae.

Definitivamente Edgar Nito y todo su equipo estaban contentos por el estreno de su película en México. Esperemos que su esfuerzo no quede perdido como muchos otros en el momento de la distribución. Y habrá que seguirle la pista a ese joven creador que salió de Irapuato a estudiar cine y está decidido a que su carrera sea larga y fructífera.

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