Fotografías por Rodrigo Jardón
Una de las frases más perdedoras en la jerga de la admiración a cualquier cosa/persona/banda es: "Honor a quien honor merece". Ir de aquí para allá vomitando adulaciones ha convertido a las viejas generaciones en "clásicos” por el simple hecho de tener una carrera que va de lo medianamente buena a lo mala, pero longeva. Venom en cambio, merece todo el honor. Si tu música es etiquetada como metal EXTREMO, además también merece toda la gloria.
Dos años después del nacimiento del punk, Newcastle parió a Venom una banda que se atrevió a romper con la ejecución elegante y pretensión del metal y unirlo a lo sucio y violento del punk. La obra de Conrad Thomas Lant “Cronos” (Vocalista y bajista) desdibujo dos géneros y los transformó en el puente ideal para que la existencia del thrash, el speed y otras variaciones del hardcore, punk y metal.
La banda que logró derrumbar el muro entre los punks y metaleros se presentó en la nueva favorita meca de maldad y sonido precario, La Carpa Astros y ¿cómo no? les traemos la historia en imágenes así que denle play a esta sugerencia e imaginen al circo en Tlalpan, sangre en el suelo y refrescantes baños de cerveza.