La emulsión de géneros de la electrónica hecha en Islandia llegó la noche de ayer, 17 de abril, al número 4 de Juán Escutia: GusGus pintó El Plaza Condesa con la aurora boreal. Las 1900 entradas que puso disponibles el foro de la colonia Condesa se agotaron y la reventa duplicó el valor original de los boletos, la banda de Reykjavik regresó a la ciudad que comparte nombre con su más reciente álbum - México (2014)-.
La banda que ayer se presentó como un dúo integrado por Birgir Þórarinsson y Daníel Ágúst Haraldsson no hizo esperar a los fanáticos que se aglutinaron desde temprano lo más cerca del escenario y lo más cerca que pudieran estar de los nórdicos que cumplen 20 años de carrera. Unos cuantos minutos fueron suficientes para calentar los ánimos e iniciar el show de las luces del norte apenas pasaron las 9:20 de la noche. Las notas iniciales de "México" revientan las bocinas y posteriormente los tímpanos de los fanáticos. La fiesta empieza temprano este viernes.
https://www.youtube.com/watch?v=--wYCa-QO60
El fino traje en el apareció ataviado Haraldsson le hace honor a las dos décadas completas que este par de güeros han experimentado y evolucionado con la música electrónica internacional. Se han reinventado constantemente en la tundra del norte de Europa y del mundo. Han cambiado con los años junto con los aparatos y los procesos para crear música pero se han añejado como los vinos, a pesar de sus cambios constantes de alineación. Posiblemente sea ese constante desfile de individuos lo que le dé frescura a cada una de sus producciones y apariciones sobre los escenarios. Sin embargo, la banda ahora se establece como un quinteto que lo completan Högni Egilsson y Urður Hákonardóttir con apariciones ocasionales en las vocales y President Bongo contramaestre de las secuencias y las texturas, este último enfermó durante su gira por Estados Unidos y desgraciadamente no pudo hacer el viaje a nuestro país.
La segunda canción fue "Not The First Time", lanzada también en el disco del año pasado. En entrevista con el #turnodelas3, el pasado jueves, Daniel y Birgir dijeron que el nombre de su más reciente placa de larga duración se les ocurrió cuando vieron las luces boreales y recordaron nuestra bandera ondeando en el asta. Además, la primera rola que parecía tener sentido durante el inicio de su composición, estaba en español. Para los islandeses la vida se desarrolla de manera diametralmente opuesta en ambos países, lo cual les fascina.
Dentro de su setlist revisaron los mejores cortes de sus últimos cinco trabajos: "Airwaves" y "Crossfade" de la producción más reciente; "Deep Inside" y la canción que comparte nombre con el álbum de 2011, Arabian Horse; "Add This Song" del 24/7 (2009); "David" del Forerver (2007) y "Moss" del Attention (2002) completaron la noche. Hicieron un show más bien compacto que parecía una sola canción de hora y media que no permitió interrupción al zapateo. La pista del Plaza se convirtió en un rave donde los sobrevivientes de los 90's compartieron con los millenials entre las paredes de rombos y madera. A pesar de que GusGus inició como un colectivo de cine y actuación no hubo visuales sobre las mezclas de Biggi Veira. Las luces fueron complemento suficiente para el dúo que hizo olvidar la ausencia de algunos de sus integrantes habituales.
La voz procesada con delay y reverb, siempre en alianza con la mente tras los circuitos eléctricos, creó un imperio sobre los sentidos de todos los asistentes. La música que ha estado expuesta a la parte más baja del termómetro por veinte años parece fortalecerse con la rudeza del frío y que cuando se toca en tierra más templadas eleva la temperatura fácilmente. Pareciera que con esa misión fue creada. Llegan las 22:30 horas y el maestro de ceremonias de este espectáculo de radiación solar anuncia que será su último número.
El mago de los players y las consolas regresa al encore cargado de la dupla de rolas más longevas de la noche. Composiciones que reviven sensaciones en las pieles que ya habían bailado aquello en las mocedades. Las sonrisas ya no son de alegría, ahora son de complicidad. La holgada chamarra de leopardo que luce Daniel representa perfectamente el mood con el que terminó un concierto tempranero pero no por eso menos magnífico. Da la impresión de que posiblemente los asistentes esperaban un acto abridor para que los segundos frente a los nórdicos les llegaran a un cuerpo poco más enfiestado y que se quedaron con ganas de reventar todavía más. Sin embargo la entrega del público fue total y se fueron conscientes de que tendrían que encontrar cada uno la manera de seguir la fiesta que GusGus inició de manera providencial. Nada podía salir mal el viernes en el que una emulsión de electrónica bastante madura nos hizo ver la aurora boreal en el cielo del Distrito Federal.
Una probadita de cómo pudo haber sonado con alineación completísima en esta sesión con la KEXP de Seattle grabada en un hostal de su ciudad natal, Reykjavik:
https://vimeo.com/46452576