Es difícil retratar la complejidad en el cine. La acción requiere estar informado y ser respetuoso con todas las representaciones. Para que una película alcance la complejidad, todas las voces deben ser escuchadas con atención y forma. La película La Profesora de Historia (Les Héritiers), es un claro ejemplo de cómo hacer cine incluyente, estimulante y reflexivo. Talada del mismo árbol que otros largometrajes franceses como Entre les Murs o Les Intouchables, este filme resalta las diferencias entre los diversos grupos sociales y étnicos que existen en el París contemporáneo, así como la manera en que estas diferencias nos unen más que separan.
La Profesora de Historia (tercer largometraje de Marie-Castille Mention-Schaar), aborda la memoria del holocausto y los conflictos entre grupos árabes e israelíes, así como la presión social y los duros ambientes que existen en los suburbios de París. Todos estos conflictos tienen casi siempre una misma raíz: la raza y el poco entendimiento de cómo funcionan otros grupos sociales ajenos al de uno. Es ahí donde el largometraje triunfa.
La Profesora de Historia, parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine Judío, hace un retrato poderoso de los puntos comunes que tienen grupos usualmente catalogados como diferentes. En una época llena de racismo y poca comprensión, un largometraje como este resulta indicado y exactamente al punto de una muy necesitada comprensión de los demás.
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