Este no es otro disco de gangsta rap: 'FM!' de Vince Staples
“Sin conceptos, sin esquemas elaborados, sólo música. Porque hoy en día, quien necesita esa mierda?” fueron las palabras con las que Vince Staples describió FM! (2018, Def Jam Records), su más reciente material de estudio que, como bien apunta, no necesita más etiquetas, sólo es música. Y es que vivimos en una época en la que el formato de largo aliento ha perdido creyentes, y miren que la nostalgia es algo que nutre a la industria musical, amén de la voracidad con la que se consumen productos culturales en la actualidad. Lo que hoy es tendencia, mañana es reemplazada. Y esta bien. Y esta chido. No todos podemos (ni queremos) dejar la misma huella que dejaron los Beatles.
Vince Staples es un artista con mucha tela de donde cortar y tal vez todo inicia con su peculiar personalidad, que tal vez no sea la habitual en un rapero. Oriundo de Long Beach, California, el Vicente Grapas (como cariñosamente lo bautizó mi compita Cloob en los primeros demos del Hootie Hoo) creció entre pandillas, armas y violencia, pero su situación en las calles fue por demás singular. En una entrevista con The Guardian, Vince fue brutalmente honesto y comentó “Me uní a una pandilla porque quería matar gente. Quería herir gente, no hay más razones. Sólo por sed de sangre”.
Justo de esa sed de sangre y su afiliación con los Crips es que salen varias partes de FM!, un proyecto que, a pesar de que recalca que no quiere un concepto ni esquema, termina siendo una estación de radio conducida por Big Boy, un vato legendario en la radio de la Costa del Oeste. Desde el primer track, “Feels Like Summer”, Vince relata algunas de las tantas historias que ocurren en cada esquina de los barrios del sur de California: las fiestas se ponen salvajes hasta que sale el sol o sale el cuete. Así son las calles.
Ya para el segundo verso de “Feels Like Summer”, Vince se rifa una buena pedrada a la pandilla que abarrota el festival de Coachella año con año, evento que bien podría ser comparado con la semana de la moda en NY, con chingo de sol y vatos blancos con penacho: “White fans at the Coachella, hey / Never been touched, niggas know better, hey”. El sentido del humo de Vince Staples es igual de puntiagudo que las botas de los tribaleros de Matehuala, si es que todavía existen esos compas. En repetidas ocasiones ha declarado que no le importa un carajo y agarra parejo; como cuando en Twitter dijo que la pandilla se pone muy loca porque no se hinca en el rap de los noventas y remató con un certero comentario: “En 1999 tenía 7 años de edad y ese año salió Toy Story 2. De verdad creen que estaba preocupado por el hip hop?”.
Conforme pasan las canciones en FM! se comprueba que Vicente es un artista diferente; es más, ni siquiera tengo la certeza de que sea uno. En “Don’t Get Chipped”, al lado de Jay Rock (miembro de la TDE que seguro todos conocen por Kendrick Lamar), Vince Staples se avienta una buena letanía de la vida en las calles, los Crips y un chingo de armas, pero una de las frases más inteligentes que se rifa va para todos los que escuchamos con atención intentando descifrar el sentir del artista “You a fan, I'm the man, it's a difference / Stop pretending, you know you feel it”.
Bajo esta frase, ni caso tiene de que yo escriba toda esta reseña. Y es que uno de los pleitos más casados de Vince Staples es contra los aficionados extremos de la música. Hace un par de años, cuando la pandilla no dormía por esperar el disco de Frank Ocean y hasta lo amenazaba por no sacar más música, el rapero de Long Beach habló al respecto. “Tu no eres una persona cuando haces música. Sólo eres un link, uno al que tu quieres dar click” fueron las palabras de Vince Staples y que, si lo añadimos a lo dicho para The Guardian, seguro más de uno lo tachará de cínico malagradecido.
“Nada de eso es real, es solo música. Es como el dinero: este pedazo de papel vale $20 y este vale $1, pero todo comenzó en la misma hoja en blanco. Literalmente no significa nada. Así que no me preocupa la cultura hip-hop. Me preocupa la gente y de dónde vengo. Realmente no me importa ser un rapero, prefiero ser yo mismo” declaró Vince Staples para The Guardian y es justo con esta mentalidad que FM! cobra vida ya que es un disco para su más grande fan, y su más grande fan es él
Justo de esa relevancia que tiene con su comunidad, a quien hizo mucho daño en el pasado y con quién está realmente comprometido, es que sale en “Run The Bands”, un track que continúa por la línea de la ironía y el sarcasmo: siempre fui famoso en el lugar de donde vengo. Ya para terminar el primer verso, justo después de alardear sobre sus triunfos, Vince se cruza la línea con el viejo Ye al mencionar que su “casa es tan grande que necesita la lipo de Kanye”.
Parte del encanto de FM!, y probablemente de Vince Staples, es que los temas abordados en su música son por demás espesos y profundos, pero gracias al uso que tiene del lenguaje logra encapsular todas esas historias en canciones llenas de referencias divertidas con un alto grado de ingenio y creatividad. Si a eso le sumas las intervenciones de Big Boy y los interludios con fragmentos de rolitas de Tyga y Earl Sweatshirt, parece que es una estación de radio creada para el GTA. Para completar la experiencia, y ayudado por Google Maps, Vince Staples creó el video de “FUN!” con diversas imágenes cotidianas en el Sur de California, donde el crimen, el hustleo y las pandillas nunca descansan.
Long Beach es cuna de algunos de los más grandes del gangsta rap de la costa del Pacífico, como Snoop Dogg, Warren G y Nate Dogg, un lugar lleno de violencia que ha sido relatada durante los últimos 30 años. Las batallas de los Crips y Bloods no han terminado, el crack sigue rolando en las esquinas como los Low Riders por los bulevares. Este no es otro disco de gangsta rap. Sólo es un compita que tuvo tiempo libre y un estudio de grabación para contarle al mundo que en las calles la maldad sigue reinando, ya sea por un puño de billetes o un bolsa de pan para su familia.