El Viacrucis de desplazarse en la CDMX
Por: Andrea Izurieta
El primer tercio de 2019 estuvo marcado por los inconvenientes provocados por el desabasto y suministro de gasolina en nuestro país, y con ello, fue inevitable pensar en las alternativas de movilidad que existen dentro de la Ciudad de México.
Si eres una de las personas que tiene un coche particular, posiblemente te viste afectado por el cierre de ductos de combustible. Ya sea en interminables filas que parecían kilométricas las 24 horas del día, o bien, por el tráfico provocado por estos ciempiés vehiculares. En medio del caos que se logró disipar, probablemente cruzó por tu mente:
¿Qué pasaría si llegáramos a un total desabasto de gasolina?
A pesar del tráfico insufrible en el que podemos perder hasta más de dos horas en un sólo recorrido, únicamente alrededor del 20% de la población de la CDMX cuenta con un auto particular, según datos del INEGI recabados el año pasado. El 80% de las personas se desplaza en transporte público colectivo, bicicleta, caminando y otras alternativas más sostenibles. Sin embargo, aún cuando manejar en esta ciudad significa estar en medio de un total caos vial, el número de automóviles aumenta año con año.
Las ciudades son como seres complejos que funcionan como un organismo vivo en donde las avenidas y calles forman las redes de circulación y conexión como las arterias y venas de la metrópoli, así que con cada congestión la ciudad comienza a colapsar poco a poco. Según datos del INEGI publicados en 2016 con motivo del Día Mundial sin Auto, en la CDMX se encontraban registrados más de 5 millones de automóviles.
En una de las urbes más pobladas del mundo con casi 22 millones de habitantes, ¿qué pasaría si cada uno de éstos fuera propietario de un automóvil? Manuel Suárez Lastra, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, apunta que en caso de que el número de coches siga aumentando, ¿Cuántos segundos pisos más necesitaríamos para que la ciudad se mantenga con vida?
Si renunciamos al coche y decidimos sumarnos al 80% de la población que usa el transporte público, ¿Podría la ciudad movilizar al 100% de la población a través de su red de transportes? En ciudades como Londres, en donde se han implementado medidas para erradicar el uso del coche y Luxemburgo, donde el transporte público es completamente gratuito, los habitantes de cualquier estrato social hacen uso de éste. No lo hacen porque no tienen otra opción sino porque estas grandes urbes se han enfocado en optimizar su infraestructura para promover y restablecer la ciudad como un gran espacio público.
Las ciudades no sólo necesitan ofrecer una red de transporte, sino que deben apuntar a que estas alternativas de movilidad sean adecuadas, eficientes y sobretodo dignas.
Por ejemplo, en la CDMX se comenzaron a incorporar carriles de bicicleta en avenidas como Revolución y Patriotismo, y en zonas como la Roma, Condesa y Polanco. Estas alternativas de movilidad deberían ser aplicadas en toda la ciudad y no solamente en ciertas zonas en donde los habitantes pertenecen a un estrato social medio y alto, al final la ciudad la vivimos todos. El hecho de sólo marcar un carril destinado para las bicicletas en la calle no nos asegura que así sean aprovechados. Aunque sí vemos que los ciclistas usan estos carriles, también los coches los invaden para orillarse, detenerse y hasta estacionarse. La ciudad podría ofrecernos todas las opciones para desplazarnos dentro de ella, pero somos nosotros los que le damos vida, por lo que su funcionalidad también depende del buen uso que le demos. Si tenemos distintas posibilidades de movilidad pero éstas no funcionan de una manera óptima, entonces las personas seguirán optando y anhelando tener un automóvil.
Las ciudades modernas se diseñaron para los coches y los habitantes pasaron a un segundo plano. Las calles son construidas para la circulación de los vehículos y no para que la población las viva. Si realmente aspiramos a otras alternativas de movilidad dentro de la CDMX, ésta debe ser repensada y rediseñada para ser una ciudad más humana.