Bonny Light Horseman: el folk que habías olvidado
"Tenemos que entender la sabiduría de lo viejo e introducirla en nuestra manera actual de ver la vida".
David Ruben Piqtoukun, 2003
Ante una realidad generacional que ansía novedades al por mayor mientras menosprecia o desconoce aquello que yace frente a sus ojos, encontrar una agrupación que rescate del baúl de los recuerdos canciones e historias de hace siglos es digno de aplaudirse y reconocerse. Bonny Light Horseman justo apuesta por ello, por darle nueva vida a clásicos ya olvidados.
Todo comenzó cuando Josh Kaufman, (multi instrumentalista que ha trabajado con Grateful Dead, The National y The War on Drugs) y Anaïs Mitchell (cantautora de folk y creadora del musical Hadestown) se juntaron para recuperar algunas canciones clásicas de los cancioneros anglosajones que recordaban de su infancia o que habían escuchado hacia muchos años. Posteriormente se les unió Eric D. Johnson (frontman de Fruit Bats) y de aquí surgió Bonny Light Horseman.
Desde el nombre de la banda se nota la influencia y el estilo musical que el álbum seguirá: "Bonny Light Horseman" es el nombre del primer sencillo que el trío entregó y se retoma de una canción tradicional de Inglaterra e Irlanda que data de los tiempos de las Guerras Napoleónicas. Relata el lamento de una amante por su amor, un "hermoso caballero a caballo ligero" que ha sido asesinado en la reyerta, a este tipo de caballeros se conocían como "Húsares", se originaron en Hungría en los años 1400s y eran caballerías de veinte jinetes caracterizados por usar bigote y portar una carabina, un sable y un par de pistolas, más una guardia de honor o de alto rango que cuerpos de infantería. Sí, a estos niveles de especificidad llegan Johnson, Kaufman y Mitchell en los temas de su álbum debut.
Así como hay canciones de amplia tradición, hay algunas otras más reconocibles. "Deep in Love" comenzó como un tema original hasta que Johnson se dió cuenta que su estructura era muy parecida a "The Water is Wide // Waly, Waly", una canción que data de la Escocia de 1600 y que ha sido interpretada por artistas como Bob Dylan, Barbra Streisand y PJ Harvey. Cuando la similitud se hizo notoria, la banda decidió conservarla tal cual e incluirla en el álbum, justo este es el sello que distingue a BLH, no buscan solo ser una banda más de covers sino reinterpretarlas, añadiendo párrafos, quitándolos o inclusive mezclando versiones.
Para muestra de esta capacidad de reinvención musical está el tema "Jane, Jane", que fusiona la ronda espiritual tradicional "Children, Go Where I Send Thee" con la versión que Peggy Seeger incluyera en su álbum Animal Folk Songs For Children de 1957, además de contar con cambios por parte de BLH al decir "My Lovely Love" en vez de "My Lordy Lord" y por hacer la acumulación de versos en orden descendente en vez de ascendente. Un tema que no puede evitar mencionar el origen religioso que tiene al hacer mención a los niños Hebreos, al apóstol Pablo y a Silas (historia relatada en el libro de los Hechos de los Apóstoles 16:16-40) y al pequeño bebé nacido en Belén.
Por supuesto este supergrupo de folk no podía existir sin la bendición de músicos que de una forma u otra han mantenido al género vivo y presente entre la juventud, siendo Aaron Dessner (The National) y Justin Vernon (Bon Iver) quienes los firmaran en su sello 37d03d y que además colaboran en el álbum en el tema homónimo y en la canción espiritual apalache "Bright Morning Star" respectivamente.
Con tan solo 10 canciones, el trío conformado por Eric D. Johnson, Josh Kaufman y Anais Mitchell entrega un material que recupera canciones que el folk olvidó hace muchas décadas y les da un segundo aire acústico ante una generación que cada vez lo quiere todo más digitalizado. Las grandes canciones son eternas y en las manos correctas trascienden las arenas del tiempo, que hicieron que sus ya hace mucho olvidados autores desaparecieran en la oscuridad.