El acoso escolar: esa terrible sensación de indefensión
La niña que vuelve de la escuela sin querer decir quien le pegó. Un niño que le ruega a sus padres que no lo lleven a su sesión de karate o un adolescente que llora mientras mira en su celular el video de la humillación que sufrió en el barrio mientras todos se reían. Ni “son cosas de niños” ni hay que aceptarlo. Son situaciones que tienen un nombre: bullyng o acoso escolar.
El Día Mundial contra el Acoso Escolar se conmemora cada 2 de mayo, desde el año 2013, como una campaña iniciada por la ONG Bullyng Sin Fronteras.
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el acoso escolar está cargado de silencios, y de acuerdo a su informe “Violencia en las escuelas: una lección diaria”, publicado en septiembre de 2018, la mitad de los adolescentes del mundo experimentan violencia entre pares en la escuela y en sus inmediaciones.
En México, más del 50% de los niños, niñas y adolescentes entre los 12 y 17 años de edad han recibido algún tipo de agresión física, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2012).
La violencia escolar reproduce un modelo de organización social caracterizado por el dominio y la sumisión, que representa la antítesis de los valores de igualdad, tolerancia y paz. Por eso son cada vez más las acciones que se intentan llevar a cabo a nivel global para combatir este fenómeno.
En el mismo informe, UNICEF hace un llamado para que se adopten varias medidas urgentes como el instar a las comunidades y a las personas a que se sumen a los estudiantes para denunciar la violencia y trabajen para cambiar las costumbres en las aulas y en las comunidades, entre otras.