Por Sebastián Rico
Es interesante echar un vistazo retrospectivo a la música, en especial en un momento tan crítico para la estratósfera musical, donde lo análogo se vuelve digital y lo digital se vuelve común. Mucho ha cambiado desde el lanzamiento de Echoes, diez años atrás. Mucho ha sido negado y enterrado en una cueva lejana pero cerca de nuestro subconsciente. The Rapture es uno de los formuladores del paisaje musical de nuestros tiempos. Si bien no explican el terreno sonoro actual, ciertamente cuentan la historia de cómo ha llegado a ser así. Hace diez años “House of Jealous Lovers” apenas sonaba como una desconocida rola de un relativamente desconocido grupo, que ya llevaba bajo su manga un disco de larga duración. Apenas se tomaba forma para lo que sería la música de una nueva década y de un nuevo milenio.
Luke Jenner, Pete Caffarella, Vito Roccoforte y Matt Safer lograban apenas el reconocimiento de su trabajo, cuyo estandarte era “hacer buena música de baile.” Eventualmente, con este disco, lograron alcanzar el éxito.
“I don´t know what any of the songs are about, really/En realidad no sé ni de qué tratan las canciones" dice Luke Jenner. El disco está lleno de palabras, acordes, desacordes y melodías que en conjunto simplemente suenan bien, lo cual era el máximo propósito para la banda desde el principio. Los afilados encuentros sonoros en las canciones darán una pista al estado de la banda y las consecuencias de la rivalidad entre dos de los vocalistas. La base de The Rapture, si no es que la sinopsis, se encuentra en Echoes. De aquí explotarán desacuerdos, se desencadenarán problemas y se formulará el prestigio de la banda.
Echoes, por su parte, conforma las bases de la innovación musical de la última década. El raspy sonido descuidado del proceso creativo delinean el feeling del disco. Parece ser una creación meticulosamente descuidada sin frenos. El resultado culmina como el encontronazo rítmico entre la música y un poste de luz.
Luke Jenner, vocalista principal de la banda, declaró que durante el proceso creativo de este segundo disco de larga duración, existieron fuerzas oponentes entre los integrantes, así como con la compañía disquera. “Everything feels like it's in an argument with each other/Parece ser que todos los instrumentos se pelean unos contra otros". Los sonidos se contraponen para ver qué instrumento gana. Quizás es precisamente esta combinación de competencia y batallante cohesión lo que logró posicionar a The Rapture como una de las bandas pioneras del 2003.
Echoes se convirtió en el primer lanzamiento de DFA, disquera creada por James Murphy y por su compañero y manager, Jonathan Galkin. DFA procedió a producir discos de bandas como LCD Soundsystem, integrado por el mismo James Murphy, cuya influencia de The Rapture resulta innegable. Siguieron la voga que unos años atrás, “House of Jealous Lovers” había originado.
La escena musical de hace diez años ha sufrido un largo y profundo cambio para convertirse en lo que es hoy. Las pautas innovadoras han sido esbozadas en el devenir de la industria musical. Por suerte, aún se puede regresar a este disco, para escuchar su eco una vez más.