drukQs, electrónica rápida, inteligente y brutal de Aphex Twin a 20 años

drukQs, electrónica rápida, inteligente y brutal de Aphex Twin a 20 años

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Un viaje en avión hacia Escocia. Sólo tomó eso. Un vuelo para que Richard David James tomara la apresurada decisión que sería la génesis de drukQs. El entonces enigmático por azar —ahora enigmático de acuerdo a una convención social vía aguja hipodérmica— tuvo a mal traer un reproductor de mp3 con 180 tracks inéditos y olvidarlo en el asiento verdigris de aquel charter.

El último álbum de Aphex Twin para el sello Warp, lanzado en 2001 incluyó 30 pistas que Richard extrajo de entre sus múltiples cassettes DAT cuando estuvo de vuelta en su estudio ubicado en lo que quedaba del centro comercial a medio abandonar Elephant & Castle. Y así como suena: lo que pudiera arruinar a cualquiera, le ocurrió al genio. En su caso, material de sobra con puro working title claro que lo hay. 

Antes de que se filtren tus rolas, quémalo al CDr, mandalo masterizar y sacale unas fotos a tu estudio para el arte. Y así fue. En nuestros oídos tenemos, para #Vintage909 y cuando se nos venga en gana escuchar revisitamos 30 de las más crudas, bellas y complejas melodías del inconmensurable hombre-archivo.

Fotos del estudio de Aphex Twin para booklet de drukQs photos

Fotos del estudio de Aphex Twin para booklet de drukQs photos

A la crítica no le gustó el pragmático drukQs cuando salió, porque la figura más imponente de la electrónica occidental no se había reinventado a sí misma como se supone que debía hacerlo para sorprender a todo el mundo. Incluso Simon Reynolds comentó en la revista Spin que el disco quedaba “atrapado en el potencial del ajuste infinitesimal” del sonido de Aphex Twin en Richard D. James Album (1996) y Come to Daddy (1997). 

No cualquiera tenía una plataforma pública tan críptica como la de Aphex Twin para salirse con la suya: lanzar lo que esencialmente es un disco de demosde a sinco peso. Aunque lo parezca, no hay casualidades. El ‘misterio’ alrededor del sujeto en cuestión fue construido a lo largo de los años, en su mayoría por una prensa musical confundida, atrapada en el vaivén especulativo del indicador económico bursátil AFX: “¡Es verdad!”. “¡Mentira!”. “Sí”. “No lo creo”. “¡¿Quién, cuándo y cómo?!”.

Algo cierto es que el hombre de los 18 alias no es un tipo que haga discos al ritmo de una banda de rock pop. Es el mismo sujeto que lleva produciendo música electrónica con sus propias máquinas desde que tenía 12 años. 

Ha dicho que sólo duerme cuatro horas máximo al día, que siempre está fumando cannabis, y que él no escuchaba lo que considera “música de verdad” sino hasta que lanzó su segundo álbum, Selected Ambient Works Vol. 2  en 1994, a los 23 años. 

El señor James, con su cabello rojizo, ha declarado que le gustaría ser esquizofrénico y que, hasta 1993, había hecho aproximadamente 1000 pistas inéditas. Con la misma tendencia, para 2001, éstas se habrían duplicado o, quizá, superado con creces si su tasa de rendimiento aumentara de alguna forma.

Evitar describir el sonido de Aphex Twin es quizá lo más prudente, para ir mejor a lo que es música “de verdad” para él. En el compilado archivístico que es drukQs podemos escuchar las influencias de muchos proyectos que él mismo ha mencionado con el tiempo, con la ventaja de que en este álbum en particular hay visibilidad de las diferentes dimensiones de su música. Al fondo, en la base ambiental de todo el álbum, está Erik Satie, las gimnopedias y las gnossiennes. “Avril 14th”, esa que todos escuchamos cuando andamos pensativos, es el ejemplo más claro, junto con “Nanou 2” o la un poco más melancólica “Strotha Tynhe”

Luego, los experimentos con piano preparado, instrumentos electroacústicos y microtonalismo. Stockhausen, Julián Carrillo, Steve Reich, Terry Riley, Eno, Cage y La Monte Young lo hicieron antes y les salió muy bien. En el caso de Richard, el piano y el clutter están preparados de forma que es posible manipularlos desde su laptop, introduciendo la técnica al uso y desuso dentro del hardcore continuum y la electrónica de los dos mil.

Más allá de la academia y hacia el siglo XXI con un estruendo, como lo imaginaron Davis, Zappa, Coleman, Roedelius, Moebius, Dinger, Rother, Hütter, Schneider, Weiss y compañía a mediados y finales del siglo XX. 

En esta capa estilística podrían caber las piezas que más suenan a un Aphex Twin muy distinto al que el mundo había conocido en los noventa. 

Destacan la oscura “Gwarek2”, el drone surround de “Gwely Mernans” o la cadente “Kladfvgbung Mischk”; sin dejar fuera al grandioso acto inicial, “Jynweythek”, palabra para decir “máquina” en el antiguo idioma en extinción de la nación celta de Cornualles.

Todo eso es pinche excelente. In C de (Terry) Riley es estupendo. Realmente me gusta eso… ¿Cómo lo llaman? Minimalismo. Selected Ambient Works Volume 2 está repleto de las piezas más simples que he podido hacer. Durante años fui un ignorante de la música, salvo por el acid y el techno, de lo que compraba casi todo. Este último par de años ha sido un bombardeo constante para ponerme al corriente. Este año he comprado y escuchado de 6 a 7 mil discos. Me los sé de memoria.
— — Aphex Twin, The Quietus, 1993

Aunque toda la música de drukQs es en esencia electrónica, una gran parte del álbum consta de tracks que cumplen todos los requisitos para ser música electrónica rápida, inteligente, brutal y descabellada creada por el grandioso AFX

Entre pianos y ambientes clavicordes, el breakcore de “Omgyjya-Switch7” irrumpe cerca del inicio del álbum para recordarnos los momentos más ácidos de I Care Because You Do… (1995) o los menos melódicos del Richard D. James Album (1996). “Cock/Ver10” sigue la misma línea, al igual que la primera parte de “Mt. Saint Michel”

Sin embargo, es el último tercio del álbum el que contiene los picos y curvas peligrosas del breakcore más impresionante, junto con la bebida energética IDM de pH óptimo. “Meltphace 6” es, aún medio en secreto, una obra maestra de la discografía de AFX. Inspirado en lo que parece ser el techno más profundo del Reino Unido de inicios de los noventa por genios como Steve Rutter de B12 o Steve Pickton (Stasis). 

El track 20 es un diamante escondido entre las 30 piezas que conforman el que por mucho tiempo fue el último álbum del artista. Esta pista es un plato fuerte que consolida, junto con “Ziggomatic 17” y “Afx237 v.7”, a drukQs como un disco provocador de obsesiones, alimento diario de toda una escena de braindancers sedientos por más Aphex en larga duración.

La topología de la autopista drill and bass en drukQs es escarpada e inmisericorde, a diferencia de sus álbumes ancestros. Sin embargo, existen paradas técnicas en el recorrido. En la tienda de conveniencia “Bbydhyonchord”, el cajero James nos regala una probada tamaño bocadillo de lo que está por llegar al pasillo de los Analords unos años después, con sus referencias a Larry Heard y demás música honda del llamado Corredor del Óxido estadounidense. 

En la misma categoría pragmática, “Saint Michaels Mount”, “Petiatil Cx Htdui” (¿una parada en la farmacia, quizá?) y el combo de “Lornaderek” con “QKThr” son momentos en los que el auto se detiene para una cautivadora contemplación bucólica, posible producto de una alucinación o regresión a las pasturas de Cornwall en los recuerdos de Richard, el chofer desmañanado. 

En su entrevista con Simon Reynolds para The Quietus, Richard D. James comentó que durante toda su infancia disfrutó tocar el piano de la casa familiar en Cornwall, en el suroeste de Inglaterra. Veinte años después, en estado hipnopómpico, el cuerpo de Richard se empeña en soñar sin haber dormido durante días, mientras crea cientos de archivos de música en una computadora. 

Lo opuesto a la hipnagogia, cuando el cuerpo dormido sueña lúcidamente durante la fase de movimiento ocular rápido (REM), es la hipnopompia: alucinar entre el sueño y la vigilia. Estas alucinaciones no corresponden a una realidad objetiva, pero Richard no las distingue de una experiencia normal vivida completamente despierto. 

En ese estado, algunos servimos agua en lugar de leche dentro de un plato de cereal. Aunque puedo imaginar cómo el reflejo hipnopómpico de Aphex Twin, conectado a la mátrix, es tocar una melodía de su infancia sobre percusiones taladrantes que hizo mientras no dormitaba. Tiempos más simples sobre tiempos oscuros y luego, a dormir un poco menos que ayer. 

Listen to Drukqs on Spotify. Aphex Twin · Album · 2001 · 30 songs.

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