Damaged, el ímpetu combativo de Black Flag a 40 años

Damaged, el ímpetu combativo de Black Flag a 40 años

Arte Vintage 17 de abril. Foto portada: punkygibbon.co.uk

Arte Vintage 17 de abril. Foto portada: punkygibbon.co.uk

De aquellos punks que surgieron e idolatraban a los Ramones y a los Sex Pistols por sonar novedosos, quedaban pocos. Ahora estaban de moda bandas con un discurso más articulado, quizá menos frenético como Gang of Four o The Fall. Iniciaba la década de los 80, pero todavía quedaban algunos que, sin importarles si era un ritmo de moda, seguían creyendo en la ideología del punk. Eran más bien tipos duros, de pensamientos radicales. Tipos que necesitaban algo salvaje para conectar con la existencia. 

El sur de California era un caldo de cultivo casi perfecto. Desde el 77 existían fanzines como Slash o Flipside, además de disqueras como Danhergouse. En la radio KROQ, Rodney Bingeheimer ponía a grupos de punk locales y eso hacía que los conciertos tuvieran cierta afluencia. De alguna u otra forma, había una cierta escena que podía respaldar algo importante. 

En 1981, eso que marcaría un punto de ruptura entre los fans casuales del rock o punk llegaría de la mano de una banda que, para muchos, sonaba agresiva, abrasiva y desagradable. Mientras que, para otros, sonaba como el mensaje que habían estado esperando toda su vida. Aquel fue el año en que se estrenó el Damaged de Black Flag. Y a cuatro décadas lo revisitamos como el Vintage 909 de la semana.

Desde muy temprano en la historia de la Black Flag, comenzó una dinámica de puerta giratoria en la que integrantes entraban y salían cada determinado tiempo. Greg Ginn como guitarrista y cerebro es el único integrante que se ha mantenido en la banda hasta la fecha. Pero no debemos restar importancia al bajista Chuck Dukowski, quien participó activamente en la banda hasta el año 1984, a él podemos agradecerle haber escrito “My War” y “Spraypaint” entre otras. 

Para completar los integrantes de esa época tenemos que agregar al baterista Robo Valverde y al vocalista Dez Cadena. Robo dejó la banda tras grabar Damaged, mientras que Dez esperó dos años más para despedirse, no obstante su papel como vocalista no duraría mucho, pues antes de grabar su álbum debut, él comenzó a tocar la guitarra para dar paso en la voz a un individuo que resultó ser la pieza faltante para que la expresión artística, musical y de protesta llegara a niveles impensables para Black Flag.

Así como en California, gran parte del país estadounidense estaba comenzando a ser contagiado por la energía de Black Flag, casi a la par de los californianos, en Washington DC, también surgía una escena de hardcore punk de la mano de Ian MacKaye y bandas como Teen Idles, Minor Threat o Bad Brains. Es así como dentro de toda esta vorágine de agresividad, un joven que trabajaba de gerente en una heladería  de DC, demostró su capacidad para transmitir todo ese enojo y toda esa crítica social de una manera cruda, llena de microfonazos, puñetazos y peleas. Su nombre era Henry Rollins, quien dejó todo en Washington DC para ir a California a ser el vocalista de Black Flag.

Para cuando Rollins entró a la banda, todas las canciones para el Damaged ya estaban escritas, incluso varias grabadas con la voz de Dez Cadena. Estos cortes salieron a la luz en 1983, aunque nunca tuvieron la trascendencia que logró Rollins con Black Flag. Se trataba de uno de los mejores frontman que se han visto en la historia. Eran los integrantes correctos con una idea sólida y con la posibilidad de grabar con el sello discográfico Unicorn en Hollywood. Todo parecía de lo más favorable para los californianos, aunque las complicaciones estaban por llegar.  

Tras tener listo el álbum la disquera decidió cancelar su lanzamiento por tener contenido explícito. Como era de esperarse, Black Flag ignoró los comentarios de la disquera y sacó el disco de manera independiente, esto les costó renunciar a su nombre como banda por 2 años debido a las disputas legales. Lo único bueno que podemos rescatar de la extinta Unicorn Records es haber llevado “TV Party” a soundtrack oficial de la película punk de culto Repo Man.

Las famosas cuatro líneas negras de Black Flag que refieren a una bandera ondeando, podrían ser reconocidas por cualquier elemento de la Policía de Los Angeles en la década de los 80 —por más ajeno al punk que éste sea—. Las calles de Los Ángeles se encontraban plagadas del arte de Raymond Pettibon, quien se encargaba de tocar temas como la religión y ridiculizar a la autoridad a través de dibujos realmente transgresores que al mismo tiempo funcionaban para anunciar dónde y a qué hora se presentaría Black Flag. 

Tras este antecedente y tomando en cuenta que la manifestación social de la banda era muy difícil de ignorar, se dice que en varios de sus conciertos asistían  policías infiltrados para ver a Henry Rollins agarrándose a golpes con quien pueda. También las patrullas merodeando por los alrededores de los recintos donde se presentaban eran el efecto de todo lo que se logró con este primer disco de estudio. 

Pocas veces es posible repasar un LP con tanto impacto cultural y social como el Damaged de Black Flag. Este es el disco de hardcore punk por excelencia, una pieza histórica que vendría a enseñarnos de crudeza, lucha y catárisis. La existencia de este material histórico se lo debemos directamente a los integrantes de Black Flag, pues si el ímpetu combativo no estuviera presente, tal vez nunca hubiéramos escuchado este disco, o tal vez Greg Ginn no hubiera formado su sello independiente en forma para grabar con Overkill, Bad Brains o Descendents. 

No cabe duda que mucha de la historia del harcorepunk está recargada en este Damaged que a cuarenta años de su lanzamiento sigue teniendo la magia que nos hace levantar la voz.

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