COVID-19 desde la ciencia, tips de los expertos
Frente a la incertidumbre y el temor provocado por la crisis global desatada por la pandemia de COVID-19, la desinformación es un mal común que surge en momentos de ansiedad, confusión y sed de respuestas. Caer en la tentadora, pero riesgosa desinformación propiciada por el incontenible flujo de datos y especulaciones en redes sociales, grupos de WhatsApp y charlas familiares es algo común. Sin embargo, el exceso de estímulos, noticias, fuentes, opiniones, foros y enfoques también puede tener un efecto contraproducente si no se toman con la selectividad y responsabilidad adecuada para la circunstancia actual.
En este sentido, el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, en colaboración con Ibero 90.9, han resuelto algunas preguntas clave y frecuentes respecto al COVID-19 y las acciones entorno a él, a partir del respaldo científico y académico de sus integrantes. El C3 es un espacio de encuentro de científicos, artistas, humanistas y técnicos de Facultades, Escuelas, Centros e Institutos de la UNAM que, a través de un enfoque integrador y transdisciplinario, busca aportar soluciones para los desafíos del país y su sociedad. Con esta vocación y el interés de 90.9 de acercar a su audiencia información clara, precisa y fácil de asimilar frente a un panorama incierto como lo es la crisis sanitaria, aquí te dejamos algunos datos que pueden servir de guía durante estos momentos complejos.
¿De dónde viene el coronavirus?
COVID-19 es una enfermedad causada por un nuevo virus de la familia de los coronavirus, el SARS-CoV-2, entre los cuales se encuentran los que causan otras enfermedades respiratorias como el SARS y el MERS.
El origen de estos virus no está completamente determinado, pero los análisis sugieren que se originaron en murciélagos y posteriormente adquirieron la capacidad de infectar otras especies de mamíferos.
El nombre de coronavirus se debe a que esta familia tiene en su superficie unas proteínas que dan la apariencia de “corona solar”. Estas proteínas les permiten entrar a las células y empezar su ciclo reproductivo.
¿Cómo ayudar frente a la creciente pandemia?
No entres en pánico. Las acciones individuales, conscientes e informadas, son la clave para evitar la propagación del virus. Si tienes síntomas respiratorios y no estás dentro de los grupos vulnerables, quédate en casa y consulta a un médico. Si no tienes síntomas, tampoco salgas. Así, previenes el riesgo de contagio. Evita reuniones, saluda de lejos y lávate las manos frecuentemente.
¿Cómo ayuda el jabón a evitar el contagio?
Los virus están cubiertos por una capa de grasa que protege su material genético. Esta capa es resistente al agua, pero el jabón disuelve su cubierta y desactiva el virus. Por eso, lavarse las manos constantemente con agua y jabón por más de veinte segundos es la mejor medida para evitar contagiar o propagar el virus. El gel antibacterial puede inactivar al virus, pero solo si posee una concentración mínima de 60% de alcohol. Además, si solo usamos gel, el virus se mantiene en nuestras manos y no es tan efectivo. Restringe su uso sólo para cuando no tengas acceso a agua y jabón y establece rutinas que te ayuden a lavarte las manos con regularidad, especialmente, al entrar y salir de espacios públicos, edificios, salas o sanitarios.
¿Por qué evitar las compras de pánico?
Responder a una pandemia implica hacer cambios en nuestro estilo de vida, aceptando que nuestro ritmo cotidiano será más lento durante la emergencia sanitaria. Reducir los desplazamientos innecesarios, evitar las compras en exceso, tener suministros para una o dos semanas, no ir en grupos al supermercado, son medidas preventivas y responsables para que los bienes y servicios esenciales continúen funcionando.
Si compramos en exceso, estamos dejando sin suministros a quienes los necesitan. Dosifiquemos nuestras compras y habrá suficiente para todos. Ante esta pandemia, nuestra salud depende también de la salud de los demás.
¿Qué hacer si tengo síntomas respiratorios?
Los síntomas más severos del COVID-19 son: fiebre igual o mayor a 38 grados y dificultad para respirar. Si te encuentras en los grupos vulnerables, como las personas de la tercera edad o con alguna condición de salud pre-existente, acude al médico.
Si tienes síntomas leves, AÍSLATE. Es muy posible que sea un resfriado común, así que no te alarmes. Tu cuerpo se recuperará de la infección y no contagiarás a otros.
¿Por qué es importante quedarse en casa?
El virus del COVID-19 es muy nuevo y los humanos aún no tenemos inmunidad frente a él. Probablemente, una gran parte de la población resulte infectada. Necesitamos tiempo para desarrollar tratamientos efectivos y una vacuna. Por eso, evitar el contagio masivo al mismo tiempo es vital para no saturar los sistemas de salud.
Si puedes quedarte en casa, hazlo. Si no puedes, mantén una distancia de al menos metro y medio con otras personas, saluda de lejos, evita compartir vasos y cubiertos y refuerza la higiene de manos con agua y jabón. Usa videollamadas para socializar con tus seres queridos.
¿Cuáles son los medios de contagio?
Los coronavirus se encuentran en el ambiente, las manos, la saliva, pero también en las superficies, donde pueden sobrevivir hasta 3 días. Las superficies contaminadas pueden ser de cualquier tipo: cartón, tela, plástico, metal o madera. Por eso, es importante mantener la limpieza constante de los espacios y objetos que están en contacto directo con las manos. Si pides comida a domicilio, desinfecta el empaque antes de abrirla.
Si tus manos están limpias, pero tu celular está contaminado, tus manos siguen siendo un vector de contagio. Sanitiza y limpia tu teléfono dos veces al día, con y sin funda. Evita prestarlo, compartirlo o dejarlo en cualquier superficie. Mejor cárgalo en tu bolsillo y úsalo menos.
Las toallitas de cloro son muy contaminantes. Puedes preparar tu propia solución desinfectante mezclando una cucharada sopera de cloro o limpiador comercial con dos tazas de agua purificada.
¿Es necesario que todos usemos cubrebocas?
El coronavirus se propaga cuando las gotas de saliva de alguien infectado, entran a los ojos, nariz o boca de otra persona. Los cubrebocas ayudan a reducir la dispersión de estas partículas al hablar, toser o estornudar y, por lo tanto, la probabilidad de contagiar o ser contagiado es menor. Se estima que una de cada cuatro personas infectadas con COVID-19, puede no presentar síntomas, pero seguir propagando el virus.
Usar cubrebocas puede ser una medida de prevención, en especial si tienes que salir a trabajar, desplazarte en transporte público o estar en contacto con otras personas. Evita comprar cubrebocas comerciales, ya que son material de protección para los enfermos, los trabajadores de la salud y quienes cuidan de pacientes en casa. Mejor, haz uso de cubrebocas caseros. Lávate las manos antes de ponerlo y después de quitarlo, no lo toques mientras lo estés usando, reemplázalo en cuanto esté húmedo, y tíralo o lávalo inmediatamente después de haberlo utilizado.
Recuerda, tu mayor protección sigue siendo quedarse en casa y lavarse las manos.
¿Qué tan grave es COVID-19?
Si te enfermas de COVID-19, lo más seguro es que te recuperes sin necesidad de ir al hospital. 80% de los casos son leves o no presentan síntomas; 15% son severos y requieren hospitalización, y sólo el 5% son críticos y requieren de cuidados intensivos.
Sin embargo, el riesgo existe cuando quienes tienen síntomas leves, contagian a personas más vulnerables. El período de incubación del virus, es decir, el tiempo desde el contagio al inicio de los síntomas, es menor a 14 días y, en promedio, dura 5. Durante ese periodo, puedes ser un agente de infección. Por eso, si sospechas que puedes estar infectado, es importante aislarte por lo menos dos semanas.
¿Qué significa aplanar la curva?
El coronavirus es una enfermedad muy contagiosa. Cada persona infectada contagia, en promedio, a otras 3. Este crecimiento exponencial es la razón principal para quedarse en casa.
Si una persona practica el distanciamiento social, previene el contagio de al menos 3 personas; esas tres, previenen la propagación de 9, esas 9 de 27, esas 27 de 81, esas 81 de 243, esas 243 de 729, esas 729 de 2187, esos 2187 de 6561, esos 6561 de 19683 personas…
Es imposible impedir que la enfermedad se propague, pero es posible lograr que la propagación sea más lenta y los sistemas de salud no colapsen. A esto le llamamos “aplanar la curva”.