"Cosoco", Juana Molina o de la experimentación perpetua
Con más de dos décadas de carrera musical activa (Rara, su álbum debut, se lanzó en 1996) Juana Molina es inventiva y transgresora, la actriz, músico y productora se encuentra alejada del oropel de las modas y los movimientos musicales efímeros. Siete discos de estudio respaldan una carrera que se encuentra plagada de inquietud y exploración sonora como leitmotiv.
Del pop-folk que enmarcó su presentación oficial dentro de la sociedad sonora, su evolución artística es evidente con cada plato que ofrece, las fórmulas y el encasillamiento no son su estilo. En su primer incursión profesional en la música es notorio su profundo gusto por la guitarra acústica y un elemento que la acompañará a lo largo de su carrera: la introspección.
La búsqueda de elementos armónicos que se ajustaran a sus necesidades creativas la llevó a adentrarse dentro del mundo de los sintetizadores, los pedales, efectos de sonidos, repetidoras y los samples con cajas de ritmos. Su libertad creativa la llevó a componer, arreglar y mezclar su propia música. Los dividendos que arrojó el aislamiento inventivo desencadenaron una catarsis que culminó con la aparición de Segundo (2000) y Tres cosas (2002). El talento y la osadía de Juana llegaron a los oídos de David Byrne y con ello el reconocimiento internacional.
El ingenio y la desfachatez con la que se mueve Molina por la escena musical transnacional, la ha llevado a embarcarse en giras por diferentes y variopintas regiones del planeta. Sus producciones: Son(2006), Un día (2008) y Wed 21 (2013), son periplos que apelan a la mezcla de estilos y a la autogestión en todos los sentidos por parte de la artista. Juana es la capitana indiscutible de su ingeniosa máquina sonora. Folk, pop, art-rock, noise, secuencias atonales, texturas caóticas y envolventes, loops, juegos lingüísticos y un ingenio desbordado son los cimientos de estas tres producciones.
Después de una pausa de 4 años, donde la cantautora retornó parcialmente a la actuación, se cocinó el séptimo LP de la argentina, se trata de Halo (Crammed Discs, 2017), producción grabada en Texas (en el estudio Sonic Ranch) y Buenos Aires, cuenta con la participación de: Odín Schwartz, Diego López y Eduardo Bergallo, en la producción; además, aparece como colaborador en varios temas John Dietrich, miembro de Deerhoof. El plato es una simbiosis perfecta entre el estilo folk oscuro y la experimentación electrónica. Intimista, frío y etéreo, Molina re-descubre el poder de lo acústico en convivencia con elementos preciosistas cuasi maquinales.
A un año de estrenarse Halo (2017), recientemente salió a la luz el video oficial para el tema "Cosoco". Dirigido por la misma Juana Molina (en colaboración con: Alejandro Ros e Ian Kornfeld), se nos presenta un escenario cuasi onírico, donde los elementos surreales (botas bailarinas) conviven con una acérrima crítica al capitalismo (la acción inicial se desarrolla en lo que parece un taller de costura) y a la sociedad del cansancio (Byung Chul-Han, dixit).
Ecos de la mitología o los cuentos de brujas (Eris, Eva, Blancanieves) aparecen en la lírica: Una manzana envenenada/ era el encanto que nos ataba./ Encandilada, amancebada. Cosoco.
Cosoco, vocablo inventado, es una onomatopeya que funge como hilo conductor dentro del mecanismo interno de la melodía. Cello, bajo y secuencias cadenciosas, cosoco. Un riff de guitarra juguetón, percusiones y entra la aniñada y nasal tesitura de Molina, cosoco.
Visualmente, vemos a cuadro a diversos y sui géneris personajes que desfilan como si se tratará de una pasarela estrambótica. El martilleo de la aguja y el pedal de la máquina de coser van en sincronía con la instrumentación del tema.
Si bien, la letra se encuentra presente a lo largo del tema, bien podría ser un elemento prescindible y dejar paso a la locuaz experimentación vocal y sonora de Juana Molina. "Cosoco" es una deconstrucción que franquea los límites entre la excentricidad sonora y lo presuntamente asequible. Molina es una rara avis que continúa con paso firme trazando una senda de experimentación y vanguardia sonora; escuchar su música es como adentrarse en un bosque agreste en medio de la nada, deambular desorientado y repentinamente (como si de una epifanía se tratase) cobrar conciencia de la rica paleta de colores, sonidos y texturas que confluyen en los distintos parajes sonoros. Naturaleza salvaje y perfeccionista que nos reta a encontrar el camino, sin lugar a dudas es sinuoso. pero gratificante de recorrer.
Todo lo que no fui
y todo lo que no te di,
todo lo que estos años escondí,
esa manzana roja ¿por qué la comí?
Aunque nunca mentí,
hay cosas que no quise decir.
Y una equivocación es una humillación,
y una confusión podría ser el fin de nosotros dos.
Encuentra a Aarón Ávila en Twitter como @chicledeletras.