Por: Sofía V. (@sofiavim)
Fluye como el agua del río, recorre las partículas del cuerpo, con cada boom de las percusiones se erizan, uno a uno, los vellos de la nuca. Las voces de las gemelas de 19 años, Naomi y Lisa-Kainde, emergen y logran la yuxtaposición de su multiculturalidad con varios géneros musicales, con la obtención de algo nuevo; una mezcla de batea entre Omara Portuondo y Coco Rosie con un resultado muy, muy sabroso.
Hijas del pródigo percusionista del jazz Miguél “Anga” Díaz (que en paz descanse), perteneciente al Buena Vista Social Club, y del otro lado, tienen herencia francesa; un combo ciertamente curioso y digno de explorarse. Este par heredó el talento y el amor por la música y sus raíces; sus letras en inglés y yoruba —que emerge con especial potencia al final de “Rivers”— con ritmos que oscilan entre el jazz hasta el hip-hop y con unas pizquitas de dubstep y para acabar de hacer el amarre que logra transportar a través de todo el mundo en menos de cuatro minutos.
Los Yoruba llegaron a Cuba desde África Occidental en 1700, y trajeron consigo su idioma, su ropa, su música y su religión. Ahora, las Ibeyi —que en la lengua de esta cultura significa “gemelas”— decidieron actuar cual árboles y estirar sus raíces a lo más profundo de la tierra y retomar esos nutrientes escondidos para enriquecer su música, dándole el sabor de Music of the World que tan sabroso es.
En “Rivers” hay varias cosas bastante suculentas que se deshilvanan poco a poco durante el video. Ambas vestidas de blanco mientras pronuncian letras casi deprecarias, formando una acumulación de angustias enredadas con belleza inminente, cuando el par sumamente parecido, con el iris muy oscuro y el globo ocular muy blanco, mientras piden limpiar su alma en las aguas fluyentes que harán que se lleve sus penas y tristezas de manera intermitente, tomándose turnos para hacer la oración, ejecutando el bautizo con unas manos masculinas que las detienen de sus ropajes albugíneos.
Oya (XL Recordings), el primer EP de las franco-cubanas está compuesto por dos canciones, una homónima, y “Rivers”, además de otras dos versiones de las otras mencionadas. El nombre del álbum nace de la cultura afro-cubana, y es, entre otras cosas, la representación de la reencarnación de los antepasados. Cabe mencionar la curiosidad respecto a la disquera con la que firmaron, pues esta última signee resalta entre los demás, que suelen ser más indie de vanguardia contrastado con la tendencia afro-latina que tienen las chicas de Ibeyi.
El Ep, producido por Richard Russell, es una dedicación a la diosa Oshún, cuyo nombre significa “tu te mueves” y es la madre de las Ibeyi en la mitología Yoruba. Esta diosa, incluso tiene un río con su nombre en la región de África de la que proviene esta cultura, y representa los sentimientos, la espiritualidad, la sensualidad humana y todo lo que es relativo a ella, la delicadeza, la finura, el amor y la feminidad.
El par de tracks de esta producción es de esos que se pueden escuchar una y otra vez, y “Oya” provoca ese sentimiento delicioso en el fondo de la garganta en el que a fuerzas tienes que cantar —o en su defecto, hacer ruido—. Ambas canciones se desenvuelven poco a poco para develar el origen africano, con letras que provocan vueltas en la cabeza y deseos de conocimiento mitológico, además del sentimiento de frescura y desahogo, casi como un ritual religioso.
Escucha el EP completo