El arte de Nicolás Philibert: Un gran maestro para un gran festival.
A tres días de que termine oficialmente el festival de este año me despido de Tesalónica con una enorme sonrisa en la boca.
Las razones sobran: Vine de nuevo a esta hermosa ciudad, vi muchas películas en una semana, comí delicioso, conocí y me reencontré con gente increíble, reporté todo lo anterior y aprendí un montón de cosas. Sin embargo, y por encima de todo lo mencionado, que no considero asuntos menores, tuve la suerte de redescubrir la obra de Nicolás Philibert y el honor de conocerlo en persona.
Dueño de una filmografía espectacular en el terreno del documental Philibert es, además de un cineasta brillante, inteligente y sensible, una persona amable y atenta que recuerda con cariño sus visitas al festival de cine de Morelia y a la Cineteca Nacional de la Ciudad de México.
Con la revisión de su trabajo y la organización de su homenaje el festival de Tesalónica no sólo concretó una acto de justicia enorme si no que también se garantizó la proyección de nueve cintas de una calidad extraordinaria.
Desde los pasillos secretos del Museo del Louvre hasta los estudios de Radio Francia pasando por escuelas rurales, instituciones psiquiátricas o zoológicos parisinos la visión de Nicolás Philibert nos recuerda que los documentales buenos nunca son aburridos y que, cuando hay un autor talentoso detrás de la cámara, la realidad siempre superará la ficción.
Evgaristó maestro Nicolás, evgaristó Thessaloniki.
@elmoremoreno