De: Gerardo Mora @regandul
A inicios de los años noventa, la Costa Oeste vivió una de las épocas más violentas en sus calles, las pandillas de jóvenes de afroamericanos se apoderaron del sur de California, mientras que los latinos, en especial de origen mexicano, se asentaron al Este de Los Ángeles. Ambos territorios se volvieron campos minados, divididos en peligrosos barrios que se defendían a muerte en cada esquina.
En el año de 1993, el director Taylor Hackford estrenó en el cine la película Blood In, Blood Out, ambientada entre los años de 1973 a 1985 y aborda la problemática del difícil modo de vida en las pandillas de chicanos, la corrupción en la prisión y el racismo.
Sangre por Sangre como fue llamada en español, trata de la vida de tres adolescentes de raíces mexicanas pertenecientes a la banda de los Vatos Locos: Cruz Candelaria, Paco Aguilar y Miklo Velka. Los dos primeros son medios hermanos y el último es su primo. Miklo, de madre mexicana y padre norteamericano, siempre tuvo conflicto por ser blanco, Cruzito era una promesa de la pintura, mientras que Paco era conocido en el mundo del boxeo como “El Gallo Negro”. La trama se desenvuelve entre peleas, muertes y la dura vida en la prisión de San Quentin, algo común para un film de pandillas, pero el discurso va más allá de la violencia.
La historia aborda la difícil lucha por sobrevivir en un lugar lejos de casa, la ola de migración a principios de la década de los setenta hizo del Este de Los Ángeles un sitio repleto de latinos, en especial de México. Después de una pelea entre los Vatos Locos y 3 Puntos que deja a Cruz malherido, al hablar de buscar venganza, Dolores, madre de Paco, dice una frase que define una nueva forma de genocidio:
“¿Con quién están peleando? Pendejos son ustedes mismos, se matan entre ustedes (...) deberíamos de estarnos cuidando unos a los otros no peleando por una pedazo de esquina” afirma la madre de Paco.
Al mantener a un minoría social en unos cuantos kilómetros, hace que el “peligro” para el sistema de gobierno sea menor, sobre todo cuando existen problemas relacionados con violencia. Se trata de un corral donde la tensión crece día a día, obligando a que los jóvenes se integren a las pandillas por las pocas posibilidades de sobrevivir. De igual forma, son ellos los encargados de ponerse la soga al cuello, la mayoría termina en una correccional o muertos. Montana, líder y fundador de “La Onda” (pandilla de latinos en San Quentin), es el personaje más inteligente de la película, tiene una visión sobre un mundo donde la unión de la raza es la que llega a vencer al enemigo blanco:
“Chicanos contra chicanos, eso es lo que ellos quieren, morenos y chicanos tronandose, eso es lo que ellos quieren, así es como mantienen este lugar (la cárcel), cuando todos nos juntamos no hacen nada” concluye.
Montana es un Stanley Williams cinematográfico, un jefe pandillero que al entrar a la prisión reflexiona sobre su vida y busca lograr la comunión de un grupo social que ha sufrido de las injusticias del gobierno norteamericano: chicanos y afroamericanos unidos por la opresión. Otra de las grandes citas de esta película fue dicha por El Mero Mero a la hora del bautizo de Miklo en La Onda:
“500 años hemos sufrido la opresión de nuestra raza, pero aquí, entre nosotros, vamos a parar este desmadre, porque esta tierra es de nosotros, sangre por sangre, matas o mueres” advierte Montana a Miklo.
La discriminación es una forma de violencia, muy usual y aceptada dentro de las sociedades conservadoras. En este film observamos otro tipo de racismo, ahora por parte de la comunidad chicana hacia Miklo, que por ser blanco no es aceptado por sus primos, sobre todo por Paco. Al interior de la prisión, Velka organiza una guerra racial que termina con los líderes de las pandillas B.G.A. de afroamericanos y Osos Polares de raza aria. Ya regenerado por los golpes de la vida y siendo agente antidrogas, El Gallo Negro le hace ver a Miklo lo equivocado que está respecto al concepto de raza:
“No tienes ni pinche idea de lo que la raza significa, es sobre las personas de allá (fuera de la cárcel) trabajando con orgullo y dignidad, esa es la raza, no asesinando y mintiendo. Lo que tienes es el odio de tu padre blanco” expresa molesto Paco a un Miklo lleno de odio y rencor.
Con la posibilidad latente de que un personaje como Donald Trump llegué a ser presidente de la nación más poderosa del mundo, es necesario establecer diálogo sobre los problemas raciales que existen en Estados Unidos y que pueden empeorar. Desde Martin Luther King, las Panteras Negras, pasando por César Chávez, se ha tratado de combatir el odio hacia las minorías sociales radicadas en el país del norte. Barack Obama simbolizó un avance que se puede ir a la borda con el triunfo de Trump.
La unidad el carnalismo representado en ciertos momentos de Sangre Por Sangre es la clave para combatir un problema que aqueja día con día a miles de personas, que dejaron a sus familias en su lugar de origen con la esperanza de tener una mejor calidad de vida. Estados Unidos fue formado por migrantes, mismos que hoy en día, de forma legal o ilegal, son el corazón de una nación. Término con una cita de Cruz Candelaria:
“Porque somos de East Los Ángeles, nacimos para ser perseguidos”.