Por Eduardo Díaz (@lalodiazvalerio)
Daniel Lopatin es una de las figuras más prolíficas, prominentes y abrasivas del espectro experimental. Desde el 2007, Lopatin ha trabajado bajo diferentes nombres, entre ellos GAMES, Chuck Pearson y su más famoso, Oneohtrix Point Never. El brookliniano fue uno de los precursores del vaporwave, género que ha causado mucha discusión en la crítica por su irónica visión de las utopías corporativas y el sueño posmoderno; así como un inteligente heredero del progressive electronic de los 70's y la tradición ambient de los años ochenta. Tanto el sonido como el concepto de Oneohtrix Point Never están concentrados en la exploración del universo de lo ajeno, la despersonalización en el nuevo orden mundial y los espacios sonoros inhóspitos. Ha colaborado con artistas de igual relevancia como Joel Ford, Tim Hecker o Brian Retzell, con quien se unió para hacer el score de la última película de Sofia Coppola, The Bling Ring.
Su último material, Replica (Mexican Summer, 2011) demostró ser un impecable y ambicioso intento por combinar las intuiciones que trabajó en sus primeros años, caracterizados por los profundos drones análogos y un inconvencional uso del sampleo. El acto en vivo de Oneohtrix Point Never consiste en el juego de timbres, texturas y atmósferas, que pendulean entre lo esquizoide y la contemplación para la creación de estadios sonoros únicos.
Apenas hace unos meses, Lopatin anunció su unión al legendario sello Warp, casa discográfica que alguna vez albergó a tótems como Aphex Twin, Autechre o Boards of Canada. R Plus Seven, quinto álbum de estudio y primero con Warp, saldrá el próximo septiembre 30 y promete ser uno de los materiales más relevantes del 2013.
La visita de Lopatin a México el próximo 14 de septiembre en el Ceremonia, es un suceso grande no sólo por la apabullante influencia que Oneohtrix Point Never ha tenido en esferas musicales subterráneas, sino porque es un referente necesario para entender las concepciones musicales actuales.