Otro día perdido. Ella y yo, nos encaminamos a Fortaleza. A la sede donde México jugará contra Holanda por el pase a los Cuartos de Final.Pero nosotros viajamos en coche, no en avión. Ella y yo somos terrestres, por aquello del presupuesto. A las 11:30 am del sábado 27 de junio, comenzó el viaje en carretera desde Natal hasta Fortaleza. Cerca de siete horas en carretera. En todas esas horas ocurrió de todo, entre esas dos momentos de pánico. Y es que las carreteras están un poco riesgosas. Tantas horas en una carretera de un solo carril no resulta tarea sencilla. Resulta que por un momento, casi no la contamos. Andando a 120 km/hra un burro procedió a cruzar la carretera de dos carriles. La persona que iba al volante apenas lo pudo esquivar. Sudó la gota gorda. Él, la Brazuquita y yo. Casi no la contamos.
La siguiente fue un rebase de mi piloto, que como podrán escuchar, no es muy habilidoso al volante. En fin, luego de varios suspiros y sobresaltos, pudimos llegar con bien a Fortaleza. Al llegar, nos tocó recibir a la Selección Mexicana. Fue un gran recibimiento. La afición mexicana, aunque ya es menor, sigue al pie del cañón y con la ilusión a tope.
Estamos a un día, en la sede indicada y en el momento perfecto. Si todo ocurre como lo esperado, estaremos escribiendo mañana que Brasil ganó y la fiesta sigue por acá. Depende de ellos. Mientras la Selección Brasileña siga avanzando, la fiesta y el ambiente seguirá. Así es que por el buen ambiente, espero contar eso mañana, la calificación de Brasil a los Cuartos de Final.
