Ayotzinapa: Primer aniversario en Nueva York

Por Valentina Sarmiento Cruz

También en la ciudad de Nueva York la gente se organizó para conmemorar el aniversario de los hechos acontecidos en las cercanías de Iguala, los cuales dejaron un saldo de al menos 6 fallecidos, alrededor de 12 heridos y la desaparición de 43 estudiantes normalistas¹.

En las redes sociales, la convocatoria a la movilización señalaba que nos reuniéramos de las 16:00 a 18:00, el 26 de septiembre, en el Consulado de México que se ubica en la calle 39 entre las avenidas Madison y Park. La calle se encontraba cerrada al acceso vehicular por mantenimiento, aunque sí había acceso a peatones. Me pareció irónico que los trabajadores que controlaban la maquinaria pesada con la que perforaban la calle y que indirectamente nos acompañaron en la manifestación tenían un fenotipo claramente latinoamericano.

Frente al edificio el asta estaba descubierta. No había bandera mexicana que facilitara la identificación del Consulado, o bien, que vinculara la protesta directamente a un país. En vez, las banderas mexicanas que llevaban los manifestantes –algunas manchadas de rojo, otras sustituyendo el verde y el rojo por negro– se oleaban.

Alrededor de sesenta personas estaban congregadas: mexicanos y primera generación de mexicano americanos conformaban la gran mayoría, seguidos por algunos estadounidenses y una minoría de latinoamericanos y europeos.

Las intervenciones consistieron en discursos, convocatorias, experiencias personales y poemas alrededor de temas como la política en México, el caso de Ayotzinapa y la relación de intereses entre la Casa Blanca y Los Pinos. Se hizo énfasis en el origen capitalista de las políticas de Estado de Estados Unidos, el TLCAN y otras luchas populares/sociales en Centro América y América del Sur. Poco se habló del narcotráfico, de la versión oficial de la Procuraduría General de Justicia en voz de Murillo Karam y nada se habló sobre José Luis Abarca, María de los Ángeles Pineda, Ángel Aguirre. Enrique Peña Nieto, hospedado a unas cuadras de distancia, en The St. Regis Hotel, figuró como el principal responsable de lo situación.

Las participaciones estuvieron intercaladas con consignas traducidas del español como “alive they took, alive we want them back” o “the people united, will never be defeated”. Al finalizar las intervenciones, se comenzó a marchar en el área concedida para la protesta: no más de 30 metros cuadrados.

Pasadas las 18:00 horas, el permiso de una manifestación con sonido –de consignas– había terminado. Se sugirió y se aceptó la idea de caminar hacia Times Square, la famosa intersección en la esquina de la Avenida Broadway y la Séptima Avenida.

En las calles de Midtown se unieron algunos transeúntes y varios gritos en apoyo al movimiento, haciendo del trayecto el momento cúspide de la noche y asemejando la experiencia a las manifestaciones en México.

Una vez en Times Square, el contingente se hizo de un espacio entre la multitud y se instaló cerca de un centro de reclutamiento militar que proyectaba en una de sus pantallas la bandera de Estados Unidos y en otra testimonios de soldados orgullosos.

Turistas nacionales e internacionales se acercaron, algunos con el conocimiento básico del aniversario, otros confundiendo México con Cuba. En un par de horas, creció y disminuyó el tamaño del contingente y con él, la potencia y la diversidad de las consignas.

Alrededor de las 20:00, el tiempo de tolerancia para permanecer ahí, había terminado. Un pequeño grupo de personas se encaminó hacia el Hotel St. Regis, mientras que el resto de los manifestantes se dispersaron entre los paseantes.

Las actividades de conmemoración continuaron durante el domingo 27 de septiembre.


¹ Hay evidencia de más víctimas mortales y heridos que no eran estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa.

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