Por: Aarón Ávila (chicledeletras) Hace unos pocos meses por iniciativa del Ministerio de Conservación de Primates Exóticos de la isla de Pocajú, se logró la inclusión de una especie sui generis, y hasta entonces endémica de Madagascar, en la selva tropical pocajuta, nos referimos nada más y nada menos al aye-aye (Daubentonia madagascarensis), mamífero de costumbres taciturnas y primo lejano del lémur. Para celebrar tan magno acontecimiento, el Marajá convocó a un banquete en los jardines reales, lo curioso y estrambótico del asunto radicó en que el acto musical telonero comparte nombre con singular animal, acertó querido radioescucha: AYEAYE estuvo en la casa. Y sí, la rompió como los grandes.
Carlos Reinoso, homónimo del icónico jugador de fútbol del club América, es la mente maestra detrás de las tornamesas y computadoras que conforman tan singular proyecto. Reinoso es conocido entre los melómanos ya que es el conductor de La noche de los discos vivientes (Radio Cómeme-PKJU), serial harto conocido por los oyentes de la PKJU Internacional y fervientes seguidores del ilustre gato Panchito Cabrera; también, por ser miembro de la banda Mostro, emblema de la escena subterránea chilena; además, de director del sello independiente Horrible Registros y un largo etcétera.
http://giphy.com/gifs/cat-pizza-crazy-3o7TKJwsoLn5QAmqw8
AYEAYE es un proyecto que se caracteriza por la mezcolanza de estéticas, en su música confluyen la vanguardia y las raíces en un mismo sonido. La frialdad y monotonía de los ordenadores se ve sazonada con elementos (apenas guiños, pero sustanciales en su construcción sonora) de la música popular latinoamericana.
https://www.youtube.com/watch?v=SORSmJAXD4w
Su debut fue con el EP SaYAa (2016, Discos Pegaos), producción fruto del resultado de la incansable labor de recopilación de material musical que va desde la Patagonia hasta el estrecho de Bering. El músico y productor chileno se dio a a tarea de crear un lenguaje sonoro que conjuntara los idiomas: aymara, portugués, inglés y español. El juego lingüístico sólo es el preámbulo a una sosegada e hipnótica procesión de de sonidos etéreos, reconfortantes y a la vez caóticos.
Cuestionado en una entrevista sobre su quehacer y objetivo musical, Reinoso-AYEAYE, comentó:
Producción incesante de ejercicios de estilo
Al grano, como nos gusta a nosotros los isleños.
https://soundcloud.com/horrible-registros/ayeaye-a-medianoche-me-llevare-tu-alma
SaYAa es un viaje en toda la extensión de la palabra, construcción y deconstrucción sonora y fonética, a la usanza de los poemas dadaístas. Percusiones, parajes idílicos, cacofonías y beats demoledores.
https://soundcloud.com/discospegaos/sets/ayeaye-sayaa-ep
2016 fue un año movido para Reinoso, su espíritu ingobernable e inquieto trazó una carta marítima de navegación sonora que desembocó en el afluente de un nuevo EP (originalmente concibió 5) titulado Wila Wila, en lengua aymara “sangre roja”, producción con cuatro cortes llenos de magia, mitología andina, experimentación y juego sonoro entre los instrumentos digitales y análogos. Techno minimal que busca nuevas maneras de reapropiación sonora emanadas desde el continente americano. Según el folclor popular de Madagascar, el aye-aye es un espíritu nocturno, un animal que tiene como hábitat natural la noche, fiel a este mito, Reinoso es un ente de las tinieblas musicales, un maestro de ceremonias que dicta cátedra apostillado en el manto de las sombras, es un aye-aye sonoro, un chamán detrás de una tornamesa que recita fórmulas antiquísimas para embrujar musicalmente a los amantes de la pista de baile y, por ende, de la oscuridad más densa.
Cuentan que sí un aye-aye te señala con su dedo medio (mucho más prominente que los otros apéndices, ¡cuánta ironía!) estás condenado a muerte. Dicen los que saben, que si AYEAYE, Reinoso, apunta su dedo mágico hacia ti, estarás condenado a bailar toda la noche.
¿Ficción, leyenda? Lo descubriremos el once de marzo de 2017, la locación será: Festival NRMAL, en la bella y siempre amiga del reino de Pocajú, CDMX.
https://www.youtube.com/watch?v=dQYCaVRZ_lY
¡Aloha, Marajá!