Política, Videojuegos y Arte en el Centro de Cultura Digital

El formato videojuego es uno de los productos más redituables para las llamadas Industrias del Entretenimiento. Este género de divertimento contempla, desde su diseño, al player como un sistema orgánico que moviliza la narrativa del mismo mediante sus decisiones de juego. A medida que avanza en niveles, su grado de implicación con el producto lo transforman en un personaje de un juego aún más grande -por no decir perverso-, del que difícilmente es consciente en tanto consumidor.

El Goethe-Institut en cooperación con el Centro para el Arte y la Tecnología Mediática Karlsruhe presentan Games and Politics. Una exposición interactiva montada en el Centro de Cultura Digital, CCD, que consiste en una selección de juegos de video que abordan directa o tangencialmente asuntos de lo político -y lo social- (en el sentido amplio de los términos).

De principio, parece que los videojuegos tienen poco que ver con la política. Sin embargo, a partir de dicha muestra a libre disposición y uso del público, se evidencia esta relación que para nada es menor. Más aún, los alcances de la misma dan para pensar en el trinomio: política-entretenimiento-arte.

De acuerdo con la ficha descriptiva:

“El que los juegos de computadora sean considerados como un asunto político, como un medio de entretenimiento o –incluso- como una forma de arte, depende primordialmente del contexto en el que se ubiquen. Cada juego está situado en un ámbito social, al que por lo tanto tematiza. Así es que bien puede postularse que todo juego de computadora tiene una relevancia política, aun cuando -o precisamente porque- pareciera que se rehúsan a asumir alguna postura política (es decir, tomar alguna decisión que tenga repercusiones colectivas)”.

Desde una concepción elemental, Aristóteles define a la Política como lo concerniente a los asuntos de la vida y el quehacer público. Siguiendo con Max Weber, la acción del sujeto es social en tanto que se dirige a un “otro”. En Games and Politics, la narrativa de la mayoría de los videojuegos encuentra su correlato en situaciones sociopolíticas ordinarias. Es decir, tematiza en relación con asuntos de la vida cotidiana.

El resultado de las decisiones tomadas durante el desarrollo del juego de video son análogas a las posibles consecuencias de la acción social. De ahí que enganchen con el player de inmediato; el grado de empatía que se puede alcanzar es superior al propuesto en otros títulos más comerciales. Así pues, en Phone Story (2011), de pronto sufres un golpe de realidad cuando desde tu teléfono móvil eres coparticipe de no dar tregua a niños del Tercer Mundo en su trabajo de extracción de coltán (un mineral muy común en la elaboración de smartphones).

En la muestra, destacan Sunset, en el cual se tematiza sobre precarias condiciones de trabajo; en Perfect Woman se abordan problemáticas de género y expectativas de vida; en Touchtone el estado policial; las consecuencias de los enfrentamientos bélicos en This War of Mine; y, las revoluciones en contra de sistemas de gobierno totalitarios en Yellow Umbrella.

Muchos de estos videojuegos que contrapuntean a la industria, facilitan la reflexión y la toma de conciencia acerca de las implicaciones adyacentes que hay en el entretenimiento. Entre otras cosas, queda expuesto el rol del player dentro y fuera de un sistema que le conmina constantemente a tomar decisiones de juego... y de vida.

Héctor Herrero y Jacinto Quesnel, responsables del Laboratorio de Juego del CCD, dan más detalles sobre la exposición:

https://www.youtube.com/watch?v=7GuL0HeAIIo&t=403s

Games and Politics se puede visitar y jugar en el Centro de Cultura Digital hasta el domingo 15 de enero de 2017, en el CCD que se encuentra en Paseo de Reforma s/n esquina Lieja, Colonia Juárez, y abre de martes a domingo en un horario de 11:00 a 19:00 horas.  

'The Sound From Way Out!' el nacimiento de la electrónica con Perrey and Kingsley #Vintage909

'The Sound From Way Out!' el nacimiento de la electrónica con Perrey and Kingsley #Vintage909

'Tam… Tam… Tam…! Reimagined': la segunda “Sonzeira” de Gilles Peterson