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Portada del libro El Cisne de Cristal Rosa de Lucy Lippard.

Traducir y reimprimir es un acto político: Lia Quezada

Treinta años después de la publicación de su libro The Pink Glass Swan, Lucy Lippard vuelve a entronarse en las estanterías, ahora traducida al español (El Cisne de Cristal Rosa).

Parece menor, casi automático el proceso de traducción que nos permite acceder a textos que de otra forma serían incomprensibles. Lo que permanece sólo en su idioma original, lo que se limita a una única edición, todo lo que se lee y se deja de leer, obedece a un imperativo muy estricto sobre qué libros “merecen” ser traídos de épocas lejanas a la actualidad para difundirse por otras latitudes. 

Para poder invertir recursos en la resurrección de un texto que se escribió en otro tiempo y lugar, se exige de él que sea relevante. Sin embargo, la relevancia (como muchas otras cosas) es el resultado de un sistema arbitrario que dicta lo que sirve y lo que no, y mientras que algunos objetos trascienden la prueba del tiempo, otros son condenados al olvido. 

Hace unas semanas hablé sobre esa condena injusta con Lia Quezada, escritora y editora en Editorial Diamantina y, por el momento, traductora de El Cisne de Cristal Rosa de Lucy Lippard: una colección de ensayos publicados entre 1970 y 1993 al respecto del arte contemporáneo visto desde una perspectiva feminista que fue urgente en su momento y que, aunque no lo parezca, sigue siendo urgente ahora. Hablamos también sobre ese imperativo de vigencia que se le impone a las cosas del mundo y cómo, en medio de un mundo que avanza increíblemente rápido, los discursos alcanzan su clímax y se desgastan a velocidades nunca antes vistas. No obstante, su pronta desaparición de los titulares y las primeras planas no los vuelven menos importantes. 

Para Lia, uno de los retos más grandes durante la labor de traducción del Cisne fue enfrentarse a la pregunta que define todo: ¿por qué? ¿Por qué lo que se dijo en 1970 puede y debe volverse a decir en 2025? ¿Por qué el feminismo de la segunda ola aún no está del todo superado? Si hubiéramos realmente pasado a otra cosa, si nada de lo que se escribió entonces fuera necesario hoy, las condiciones estructurales serían diferentes, pero sobra decir que no lo son y ahí radica su vigencia. 

Cada ensayo contenido en El Cisne me recordó insistentemente a la obra de Sophia Giovannitti, Working Girl: On selling Art and selling Sex, en la que explora las similitudes entre el sistema del arte y el sistema del trabajo sexual, pues ambos operan de manera análoga bajo el capitalismo, ambos se construyen sobre el deseo, la intimidad, la creatividad y ambos satisfacen esa necesidad con una nueva mercancía.

Lucy Lippard fue sagaz al identificar, en la urdimbre del mundo del arte que la rodeaba, su intersección inevitable con categorías de clase y género. Categorías que siguen presentes y que se traducen en reflexiones como la de Giovannitt que es la prueba viviente de que las preocupaciones del siglo pasado no han sido resueltas. 

¿Por qué, entonces, ni Lippard ni Giovannitti son accesibles a públicos hispanoparlantes? ¿Por qué para consumir su obra es necesario encargarla de almacenes estadounidenses y esperar por meses su llegada, mientras que las librerías se abastecen de cinco ediciones diferentes del Origen de las Especies de Charles Darwin o La Mano Invisible de Adam Smith?

La traducción puede parecer un proceso automático, como una calca o una copia, pero es mucho más que eso. Es una labor de cuidado que exige reflexión, que se pregunta todo el tiempo por conceptos, palabras y significados, que debe buscar expresiones donde no hay equivalencias literales y que es profundamente político. La traducción no es obligatoria, pero es necesaria y actúa como un medidor de lo que es importante y merece permanecer. 

Creo que la escritura tiene el poder de trastocar sistemas y la escritura de arte, en ese sentido, es indispensable. Por eso, estoy de acuerdo con Lia Quezada que me dijo que sería muy valioso pensar a Lucy como un clásico: porque los clásicos se traducen y se reimprimen. Pensemos a más autorxs como clásicos. 

El Cisne de Cristal Rosa ya está en librerías como Casa Tomada, La Americana, U-Tópicas, Casa Bosques, El Péndulo, Gonvill y Gandhi. Cómprenlo y me cuentan.