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Portada del disco Nested In Tangles de Hannah Frances.

La protesta siempre vive en la música

Esta semana, Raquel arrancó nuevos proyectos y eso nos hace muy felices. Y esa es la razón por la que, desde la Redacción de Ibero 90.9, quien se encarga de que ustedes puedan leer las reseñas de los Discos de la Semana, está al volante.

La música que proponemos para estos días de clima diverso y confuso son un poco de eso: diversidad, incomodidad y cero música de fondo.

No haré más larga esta intro; solo disfruta y abre esas puertas que has dejado pendientes.

A

 

GIRLS – Princess Nokia
Malau

 

Portada del disco GIRLS de Princess Nokia.

 

Este disco es una invitación disfrazada de provocación, no pide perdón ni permiso. Es la tesis de Princess Nokia que habla sobre lo hermoso, pero a la vez horrible que es ser mujer; ser mujer es una experiencia colectiva.

GIRLS existe con toda la intensidad, contradicción y ternura que esto implica. Nokia canta desde un lugar incómodo, desde la rabia y el deseo, desde lo que duele y lo que libera, y lo hace sin tratar de encajar, porque justo de eso se trata: de romper la idea de que hay una sola forma correcta de ser mujer.

Nokia, en un acto de celebración, transforma lo que la sociedad ha intentado mantener como tabú, y eso es profundamente político. Habla del cuerpo sin filtros, de la sangre, de la sexualidad y de los roles impuestos. Habla de cómo nos enseñaron a odiarnos, a compararnos y a competir. Este disco no es un manifiesto solemne, sino una fiesta de esas en las que bailas mientras lloras. Rompe los tabúes con ironía y colmillo. 

Este proyecto expresa que no hay un solo tipo de “feminidad”. Hay morras rudas, dulces, agresivas, frágiles, excéntricas, tranquilas, sensuales, asustadas, valientes. Hay mujeres trans, mujeres racializadas, mujeres que no quieren ser madres, mujeres que no quieren ser nada que se acerque a lo que se espera de ellas, y todas caben. Porque como dice Nokia, “girlhood is a spectrum”.

Ser mujer no es una esencia: es un territorio, y cada una lo habita a su modo.

 

Sky Is Falling – dust
Tania

 

Portada del disco Sky Is Falling de dust.

 

“Padre Rico, Padre Pobre” es un chiste más que un texto. Lo mismo aplica para “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”. Ambos prometen ayudarte, empoderarte, transformarte; pero lo único que logran es que desconfíes de tus capacidades y termines convencido de que tu vida es una mierda.

Los libros de autoayuda son, en el fondo, una especie de esquema piramidal emocional.

Piensa en ello: primero te hacen creer que estás roto, que algo en ti necesita reparación urgente. Es lo más común, dudar de ti mismo. Ese mismo espíritu, el de la duda, el absurdo y la sospecha de que nada es del todo real, atraviesa Sky is Falling, el disco debut de dust. Busca sentido, pero se ríe de su propia búsqueda. Quiere escapar de sí mismo y, al mismo tiempo, vivirlo todo. 

Cada canción parece algo que ya escuchaste antes. Tiene tintes de Fontaines D.C. y la furia encapsulada de IDLES. Todo gira en torno a la desconfianza; aquella que usualmente tenemos en los otros, en el mundo, en uno mismo; desconfianza que culmina con “In Reverie”, un cambio sonoro radical con “Drawbacks” que abre el disco. 

Nada es suficiente; no puedes escapar de ti mismo. Como Chicken Little, terminas siendo tu propio enemigo. Él siempre supo que algo estaba mal, al igual que dust, creía que el cielo se estaba cayendo, pero la burla colectiva pesó más que su intuición.

Por eso seguimos comprando “Hábitos atómicos” y creyendo que el próximo capítulo traerá la respuesta definitiva, aunque sepamos que no existe tal cosa. Y si todo esto suena demasiado coherente, de paso también deberías dudar de mis palabras.


 

Nested In Tangles – Hannah Frances
Tello


Portada del disco Nested In Tangles de Hannah Frances.


Hoy, lo cool es ser un caballero medieval o un vaquero. Con aspiraciones realistas, no todo mundo puede ser un vampiro, nada cool ser un militar (aunque los caballeros también usen la violencia para mantener el statu quo) y muy andrajoso es pensar en un pirata o vikingo, a pesar de las versiones metrosexuales de los mismos.

Todos estos arquetipos son muy de vato, y aunque son igual o más cool Juana de Arco y las pistoleras badass, hay otros elementos que definitivamente funcionan mejor y son más excluyentes del exceso de testosterona ¿Qué tal entonces, la bruja y la druida?

Más lejos de las planicies de pasto seco, con porches de madera crujiente y caballos, más adentro del bosque. Más allá de las carretas abandonadas y los letreros de advertencias. Donde las flores son silvestres y desaliñadas, pero más bellas que las que están acomodadas en un ramo, o las que son prisioneras de un florero. Donde los días son hermosos, pero las noches escalofriantes.

Así se siente el enmarañado orquestal de Hannah Frances en su disco Nested in Tangles, guiado por la guitarra y la voz; los arreglos y percusiones se aferran como raíces a las botas desconocidas que irrumpen el terreno. El sol nace y se pone cíclicamente en cada canción, avanzado como días con noches más largas y oscuras. Culmina con luna nueva por ahí del track 7 en “Surviving You”, donde escuchas la misma voz cantando por todos lados; misma letra, diferente intención. Una de las únicas guitarras distorsionadas confunde tu camino y te pone en el único punto del bosque donde los hongos forman un círculo y la sal no tiene poder. 

Qué poder ser un druida, sin espadas filosas o revólveres calientes. Con canto, instrumentos e ingredientes que bien podrían estar en una ensalada, ser capaz de confrontar a las personas en su propia mente, y perderlas en lugares a los que pertenecen naturalmente.

Un tercer álbum tan asequible como extraño, que demuestra que a pesar de las referencias en todas partes, ya no estamos en los 90. Que ya no hay hijos grunge rebeldes que aprenden guitarra a escondidas y se visten de forasteros como statement. Ya es la generación que aprendió un instrumento clásico en el programa de expresión musical de su colegio, que leyó a Kant, Proust y Butler de la misma repisa en la que sus padres guardaban Radiohead y Nirvana, y que después fue a terapia a hablar de cómo les hizo sentir. 

Mencioné vampiros, brujas, vaqueros y caballeros porque son los personajes que puedes escoger en este tetísimo y horripilante juego de rol que es 2025. Pero Hannah Frances decidió otras etiquetas que pueden ser más reales. En uno de los primeros sitios que arrojan su búsqueda se lee “vocalista, guitarrista, compositora, bailarina y poeta, y si bien todxs podemos crear nuestro avatar físico y digital como personajes semi ficticios, tal vez el mundo seria mejor si nos esforzamos por ser más vocalistas, bailarines y poetas.

 

 

Buddhist Hipsters – The Orb
Isabella


Portada del disco Buddhist Hipsters de The Orb.

 

The Orb vuelve con Buddhist Hipsters, un álbum que se siente como un viaje largo, psicodélico y envolvente. Desde los primeros minutos deja claro que no tiene la intención de complacer tendencias, más bien quiere que te sumerjas en su mundo, ese que mezcla dub, house, ambient y momentos experimentales con la calma y la confianza de quien ya lleva décadas marcando estilo.

Este disco tiene algo hipnótico. Suena a un rave en cámara lenta a las dos de la mañana, con gente a tu alrededor que se vuelve un eco lejano. Lo más poderoso no es que sea “moderno” o “retro”, sino cómo logra unir ambos extremos. Comienza con beats más bailables y conforme avanza, las canciones se van volviendo más atmosféricas, introspectivas y densas. Hay temas que te empujan a querer moverte y otras que te obligan a sobrepensar durísimo qué estás haciendo con tu vida.

The Orb no tiene que esforzarse para demostrar que sigue siendo relevante. Si te gusta perderte en sonidos y no tanto en la letra de las canciones, si disfrutas artistas como Daft Punk y The Chemical Brothers, este es uno de esos discos que te podría llegar a gustar.

 

 

Vertical Life – Astral Bakers
Silvia

Portada del disco Vertical Life de Astral Bakers.

 

Este disco empieza como si alguien te abriera la puerta de su cuarto sin avisar. No hay presentación, no hay urgencia, solo una especie de entrada suave, sin filtros, como si ya hubieras estado ahí antes.

Vertical Life no grita, pero tampoco se esconde. Es un disco que va construyendo atmósferas con cosas tan simples como un rasguño de guitarra mal tocado, una voz que se rompe un poco o un silencio que se queda más tiempo del que debería. Pero todo eso funciona, y se siente real. Astral Bakers no está aquí para revolucionar el indie, pero sí para recordarnos que se puede decir mucho con poco.

Este no es un álbum de grandes producciones ni de estribillos que se te quedan desde la primera escucha. Es más como un suspiro largo que alguien dejó grabado sin querer. Un disco que se cuece lento, como cuando te das cuenta de que algo te dolió… pero tres días después.

Y sí, las canciones merecen mención aparte.”Into the Sea” arranca con una batería contenida y una guitarra delicada, como si la canción misma dudara de existir. “Mirror es puro minimalismo emocional, como mirar por la ventana de un tren en movimiento. “Healing tiene esa nostalgia que no sabes de dónde viene pero te toca. 

Todas suenan a pensamientos que alguien se atrevió a grabar antes de entenderlos por completo.

Vertical Life no está hecho para llenar estadios, sino para acompañarte en esos días donde no sabes qué sientes, pero igual necesitas que alguien te lo cante.


 

Hostile Design – Black Eyes
Carol


Portada del disco Hostile Design de Black Eyes.

¿Ubican esos espacios públicos incómodos, con bancas inclinadas, picos en el concreto o superficies diseñadas para que nadie se quede mucho tiempo? Ese tipo de arquitectura se llama “diseño hostil”, y el nuevo disco de Black Eyes, Hostile Design suena justo a esto, si los espacios hicieran ruido. 

Después de más de dos décadas de silencio la banda regresa con este disco que es asfixiante. Todo suena confuso, rápido y desordenado, como si cada instrumento estuviera peleando por quien hace más ruido. Tiene percusiones desenfrenadas, una guitarra que no sabe guardar silencio, un saxofón que parece llorar y una voz que aunque no es bonita ni afinada tiene rabia, intención y encaja perfecto con el caos que la rodea. 

Hostile Design no es un disco para poner de fondo mientras vas y haces otra cosa, es un disco que aunque no sepas qué está pasando te exige escuchar. Hay momentos en los que parece todo se calma pero vuelve a explotar y es desesperante pero no puedes dejarlo ir casi por morbo. A mi me pareció demasiado estimulante como si estuviera en un cuarto de metal al que no dejan de pegarle pero entiendo no está hecho para gustar pero para provocar y es interesante. 

Black Eyes regresa para recordarnos que el ruido también tiene algo que contar.